Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 5 ::.



Kuchiki se preguntaba: ¿cómo había terminado allí?.


Con la mirada fija en el licor dentro de su copa, no podía dejar de pensar que había cometido un error al aceptar la invitación de ese hombre, quien por cierto tenía una expresión totalmente distinta a la de su compañera, pues sonreía triunfante, satisfecho e incluso complacido con la compañía de la mujer.


* Te estás haciendo la difícil, Rukia. *


Ella alzó el rostro entonces. Ichigo fue muy atrevido al decir aquello, pero debía admitir que él tenía razón.


Kuchiki evadió toda invitación que le hacía el pelinaranja, por miedo, por vergüenza o por simple capricho, ya no importaba, como quiera que sea, a fin de cuentas ella terminó cediendo.


““Porque se lo debo.””


Se decía mentalmente la jovencita, tratando inútilmente no solo de justificarse, sino también de convencerse a sí misma.


Distraída, Rukia dejó la copa de vino sobre la mesa, siendo su mano inesperadamente atrapada por la del muchacho junto a ella.


Kuchiki se sobresaltó sutilmente, sintiendo el escalofrío que ese simple contacto provocó en ella, sin mencionar la sucesión de imágenes en su cabeza. . . imágenes de la noche vivida con ese hombre.


La chica intentó retirar su mano, más Ichigo, lejos de darle un espacio, se tomó la libertad de entrelazar sus dedos al tiempo en que le dedicaba una linda sonrisa que la desarmó totalmente.


Las mejillas de la joven se tornaron levemente rojas, ella lo sabía y se odió por ello.


““Parezco una colegiala.””


Pensó y tuvo que lidiar con esa situación por una hora más hasta que no pudo más, especialmente porque Kurosaki estaba totalmente ebrio.


Rukia pensó que era el pretexto perfecto para dar por terminada la velada, pero no podía dejarlo conducir en ese estado.
La mujer se maldijo por el jodido sentimiento de culpa. Suspiró resignada.


* Te llevo a tu casa. *

* ¿Mi casa?. . . amm. . . no recuerdo dónde queda, jaja. . . *


La pelinegra cerró los ojos al tiempo en que su boquita formaba un puchero.
Ese hombre no podía estar tan borracho. . . ¿o sí?.


““Debí contarle las copas.””


Pensaba, reprendiéndose por no hacerlo, pero ya no importaba.
Rukia tomó su bolsa y abandonó el restaurante, llevándose a su compañero casi a rastras.
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¿En qué maldito momento pensó que era una buena idea traerlo a su departamento?. ¡Estaba loca!.


* Debí sospechar que querías estar a solas conmigo, enana. . . yo te gusto, ¿verdad?. *


La chica torció la boca, furiosa con las estupideces que decía el muchacho.


* Ichigo, estás borracho. *

* ¿Qué te hace pensar eso?. *


Ella arqueó una ceja. ¿Por dónde comenzar la larga lista de obvia razones?. Rukia prefirió no responder.


* Date una ducha y duerme. *

* Buena idea !. *


Inesperadamente, el pelinaranja tomó entre sus brazos a la pequeña chica, llevándola hasta la ducha.


* ¿Qué crees que haces?. *

* Duchémonos juntos. *

* ¿QUÉ?!!. *


La voz del muchacho había dejado de ser alegre y entrecortada. Rukia alzó el rostro, también la expresión de ese imbécil había cambiado.


Sus miradas se cruzaron y supieron entonces que no podrían detenerse.
Kurosaki la besó con fuerza y desesperación al tiempo en que entraba en la pequeña bañera y giraba la llave. De inmediato el agua comenzó a caer sobre ellos.


* Está fría !!. *


Kuchiki rompió el beso, abrazándose a sí misma, tratando de calmar los escalofríos que la recorrían. El chico sonrió, aquella había sido la llave equivocada, pero pronto corrigió su error.


* ¿Mejor?. *

* Casi !. *


Dicho esto, la pelinegra atrajo el rostro del hombre hacia ella, besándolo con inusitada dedicación. Era una sensación de necesidad lo que la llevaba a buscar los labios de ese hombre.


La ducha dejó de mojarlos una vez que la bañera estuvo llena de agua, entonces, Ichigo se sumergió lentamente, invitando a la mujer a acomodarse encima suyo.
Las ropas de Rukia se adherían a su suave y exquisita figura, traslucidas, permitiéndole a Kurosaki ver más allá de lo permitido.


* ¡ Eres hermosa !. *


Ella parpadeó, como saliendo de una ensoñación.
Lo miró atenta en ese momento, él le regalaba una sonrisa tan amplia y linda que la derretía. Rukia supo entonces que realmente quería pasar la noche con este hombre.


Así que se sumergió lentamente hasta sentarse sobre el muchacho, con las piernas a los costados de él.


* Creí que estabas borracho. *


Le dijo ella, una vez frente a frente; una sutil sonrisa adornándole el rostro.


* Pero lo estoy. . . * _Le acarició la mejilla._ * Estoy borracho de deseo. . . por ti. *


Sus labios se unieron nuevamente, ahora en un beso más profundo y desesperado.
Las manos de Ichigo comenzaron a recorrer el cuerpo de su compañera, delineándolo, memorizando cada curva, cada rincón. Era tan suave y a pesar de lo mojada, la sentía arder.


Entusiasmado, sus grandes manos no tardaron más en posarse sobre los pequeños pechos de la chica, haciéndola gemir entre uno de los tantos besos que se prodigaban.


* ¿Te gustó? *

* ¡ Mucho !. *

* En ese caso. . . *


La voz del muchacho sonó traviesa poco antes de deshacerse de las mojadas ropas de Rukia. . . luego las propias, que terminaron sobre el azulejo del cuarto de baño.


* Lo dije antes y lo digo ahora. . . eres hermosa !!. *


Ella sonrió con dulzura, mirando fijamente a su acompañante; podría acostumbrarse a eso. Aunque no dejaba de pensar que Ichigo decía todos esos halagos tan solo para tenerla.


““Está bien, por esta vez no me negaré.””


Pensaba, al tiempo en que se dejaba acariciar por el hombre cada vez más ansioso.
Una de las manos del pelinaranja viajó hasta el sexo de la joven, acariciando tranquilo, separando los pliegues hinchados y hundiendo su largo dedo medio.


* Ahh !!. . . ¡ no hagas eso !. *


La voz de Rukia emergió suplicante, más contrario a su petición, ella se arqueó llena de placer ante las traviesas y profundas caricias del muchacho, quien comenzó a meter y sacar su dedo, luego hundió otro más, duplicando el gozo de la mujer.


* Ahh. . . mmm !!. . . *


Entre jadeos, pronto la chica comenzó a ondular suavemente las caderas, acompañando las descaradas caricias de su amante, quien sonrió complacido sin poder apartar la mirada de los pequeños pechos de Rukia, que subían y bajaban según ella ondulaba las caderas.


Esa imagen que lo idiotizó y le hizo entender que necesitaba a esa mujer. Así que, de pronto y con cierta ansiedad, el pelinaranja retiró sus dedos del interior de la chica para luego tomarla por la cintura y abrazarla ligeramente, colocándola sobre su hinchada virilidad.


La mirada del chico se perdió en el pequeño sexo de su amante al tiempo en que frotaba la punta de su pene contra la línea vaginal de su compañera, delineando, separando los pliegues y penetrando sutil, para luego deslizar la punta de su miembro un poco más arriba, tallando el duro clítoris.


* Ahh, I-Ichigo, ya, ya no puedo, ya no puedo esperar. *


Él sonrió con total empatía. Así que se dejó de juegos y hundió lentamente su virilidad en la intimidad de Kuchiki.


* Ohh, s-sííí !!!. . . *


Rukia arqueó la espalda y echó la cabeza hacia atrás, disfrutando de este nuevo encuentro, de la invasión en su cuerpo.
Pronto, los amantes de hallaron moviendo las caderas agitados, con desquiciada necesidad.


La boca de Kurosaki se mantenía prendada de los sonrosados pezones que adornaban los senos de la pelinegra, y ésta misma a su vez, subía y bajaba las caderas, cada vez con más desesperación, casi brincando sobre el erecto pene del muchacho. Lo sentía entrar en ella totalmente, llenándola.


Era demasiado placer y Rukia no podía reprimir los gemidos, ni tampoco el par de lágrimas que escaparon de sus ojos.


Ella perdió el sentido de las cosas, ya nada importaba, solo el hombre que la hacía suya de esta forma tan intensa y placentera.
Las toscas manos cubriéndole los pechos, la verga en su interior. Sus ardientes labios reclamando su boca. . .


Rukia ya no pudo más, eran demasiadas emociones como para asimilarlas todas, así que cerró los ojos mientras jadeaba sin control y arqueaba su cuerpo ante el fuerte orgasmo que la recorría, gritando el nombre del pelinaranja al tiempo en que su vagina comenzaba a contraerse con fuerza, apretando deliciosamente el pene de Ichigo, cuya mano bajó hasta su clítoris, brindando más placer que ella ya no pudo soportar, prolongando su éxtasis.


Kuchiki sintió como si todo explotase en su interior; tal fue la fuerza de su orgasmo, que Ichigo pronto fue vencido por las pulsaciones de la vagina de la pelinegra, vaciando su semen en ella.



Respirando agitados, se abrazó a su amante, pegando totalmente su cuerpo, sin dejarlo apartarse de ella. . . aun él dentro suyo.
El silencio reinó por largo rato. . . al menos hasta que volvieron a mecer las caderas.



Sin finalizar.

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Sigo sintiendo que el lemon está muy suavecito, ¿no?.

Y aun así, me imagino la escena de esta pareja en la bañera. . . y me sonrojo. . . su romance me emociona, pues ^v^ ’.

—I LOVE ICHIRUKI—

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Paradise

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 09 de Julio de 2009.


La dama del Hentai: Maeda Ai.

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