Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 7 ::.



Se suponía que ella se quedó allí para descansar después de un desfile de su línea de ropa, pero lo que menos había hecho hasta ahora fue descansar.


Ichigo era un tramposo, no la había soltado en ningún momento, no le dio descanso alguno, de hecho, en ese preciso instante, el muy sinvergüenza le estaba haciendo el amor en la pequeña piscina que estaba en el amplísimo balcón.


Rukia fue allí a relajarse, lo cual logró por contados minutos, ya que Ichigo se reunió con ella, la tomó entre sus brazos y, sin más, hizo a un lado la parte inferior del bikini y le clavó de un solo empujón su duro y caliente pene.


La pelinegra separó los labios, pero ningún sonido emergió de ellos. Su voz se apagó ante la sorpresa y la fuerte y profunda sensación de tener al chico dentro suyo.


Pronto, el pelinaranja agitó las caderas, adelante y atrás, aferrándose a la estrecha cintura de Kuchiki. Firme, constante. . . delicioso. Rukia no pudo evitar que los gemidos escapasen de su boca.


Kurosaki sonrió complacido; tener a su merced a esta mujer y cumplir todas y cada una de sus fantasías sexuales era sublime.


De pie, dándole la espalda, pero ligeramente inclinada, recargándose en el borde de la piscina, Rukia trataba de concentrarse en dos cosas; la primera era reprimir en lo posible los delatadores gemidos de gozo que de su boca escapaban. Y la segunda, concentrarse en el delicioso pedazo de carne que entraba y salía rítmicamente de su necesitada vagina.


Era delirante, sucio, inmoral, de cierta forma. En ese momento, Kuchiki comprendió que necesitaba sentir dentro suyo a ese hombre, era como una obsesión, una droga, una maldita necesidad que la orillaba a cometer esta lujuriosa locura.


Pero nada más le importaba, solo sentirlo, sentir sus fuertes brazos rodeándola con aires de propiedad, sus grandes manos acariciándola con maestría, a sus labios hambrientos que le robaban besos tanto dulces como desesperados. Y claro, sin olvidar su excitante y dura virilidad que se adentraba en ella con tal fuerza y rapidez que la elevaba a la cima del placer.


Rukia no sabía de ella en ese instante, solo pensaba en él y en su excitante cuerpo.
Ichigo no se encontraba en una situación diferente, sus manos dolían de las tremendas ansias que de tocarla tenía; su exquisito aroma lo enloquecía y su suave y delicada figura lo hacía querer aprisionarla entre sus brazos y protegerla. . . para no soltarla nunca más.



Hacía calor, mucho calor. Ichigo se preguntaba si la temperatura se debía al clima propio del lugar, el agua o quizás, simplemente, eran él y su compañera los que estaban ardiendo. Seguramente, era esta última razón la más acertada, pues el pelinaranja deslizó una de sus manos a la intimidad de la chica, tallando casi con impaciencia el rígido clítoris de la pelinegra.


* ¡ Ahh, uff... I-Ichigo !. *


Kuchiki se inclinó y alzó un poco más las caderas, logrando que unos cuantos centímetros más del pene de Kurosaki se clavasen en ella.


El chico ahora la penetraba más lentamente, su mirada perdida en el lindo y perfecto trasero de su compañera, admirando la sublime escena de su miembro perdiéndose en el espacio que en ese momento Rukia le entregaba a él. . . solo a él. . .


Entusiasmado ante tal pensamiento, el muchacho dejó de acariciar el botón que coronaba el sexo de la chica, tan solo para enterrar uno de sus traviesos dedos en el ano de la mujer.


Kuchiki protestó ligeramente al principio, pero pasado un rato se relajó y terminó disfrutando de las atrevidas caricias que ese hombre le prodigaba.


* Ma, maldito Ichigo !, si no fuera por, porque me haces gozar tanto, yo, yo… *

* ¿Tú qué, preciosa?. *


El pelinaranja se inclinó, aferrándose a la cintura de su amante, pegando totalmente su musculoso pecho a la pálida espalda de de la mujer.
Una divertida sonrisa le adornaba el rostro.


* Si, si no borras esa sonrisa d-de tu estúpida cara, yo, ahh... te, te patearé las bolas hasta dejarte estéril, pa, para que no vuelvas a usarlo jamás. *


El chico rió ligeramente y le besó con ternura su suave espalda; menos mal que la estaba haciendo disfrutar, sino, no le gustaría ser objeto de su enojo.


* Pero eso no te convendría a ti, pequeña !!. *


Rukia se sonrojó ante aquellas palabras, entendiendo muy bien lo que él le quería decir... Ese bastardo tenía toda la razón y eso la hacía enfurecer; ya le daría su merecido, pero después. . . ahora. . .


““Solo quiero gozar de esto, de él...””


Continuaron con aquel frenético ir y venir de caderas, en especial Ichigo; cada vez más fuerte, cada vez más rápido.


Rukia se preguntaba: ¿cómo podía soportar semejante pedazo de carne dentro suyo?; definitivamente el miembro viril de Kurosaki era más grande del promedio, además, le estaba haciendo el amor de una forma tan brutal y salvaje, que se sorprendía ella misma, no solo de ser la protagonista de ese acto tan lujurioso, sino también de soportarlo.


Era tal la fuerza, el calor y la rudeza, que Kuchiki se sintió agradecida al sentir que el éxtasis estaba próximo. . .


Y así fue. . . cuando la mujer fue invadida por un fuerte e intenso orgasmo, no pudo guardar entre sus labios el nombre de su amante.


* Ichigooo !!... *


Eso era increíble, irreal. El éxtasis llegó a ella con tanta fuerza, que sus músculos vaginales se contrajeron de igual forma, apretando la verga del muchacho con tanta fuerza, que este no pudo contenerse más y se vino dentro de ella, derramando en su sexo abundante esperma.


Eso había sido mágico, ¿verdad?. No en balde se corrieron casi juntos. Definitivamente esa fue una unión que ambos disfrutaron al máximo.




Se mantuvieron así por un rato, aun inclinados; Ichigo totalmente pegado a ella y sin intensiones de sacar su pene del interior de la chica, aun a pesar de que un poco de semen comenzaba a escurrir entre los muslos de la pelinegra.
Y es que esa era una sensación relajante; le gustaba sentirla de esa manera, cómo ese pequeño espacio le daba calidez y comodidad.
Y Rukia igual adoraba esa sensación de tenerlo dentro suyo. . . le encantaba.


Y a esa sublime sensación se sumó la de las manos del pelinaranja sobre sus senos, estrujándolos con dulce suavidad, sin mencionar los besos que él desplegaba en su espalda.


Sí. . . adoraba esto y no quería imaginarse a sí misma sin todo eso.




Poco después se separaron y se abrazaron, besándose y acariciándose con una tranquilidad que solo disfrazaba la necesidad de sentirse.


Luego salieron de la piscina y decidieron vestirse y después salir a comprar un helado, como si fuesen un par de chiquillos enamorados.


Ellos no se habían detenido a pensar en ello, pero tal vez eso es lo que ambos eran. . . un par de enamorados.



Sin finalizar.

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Sigo con esa sensación de que los capítulos lemon están muy tranquilos.
Últimamente quiero escribir algo mucho más fuerte 7w7 .

El romance, por otra parte, está floreciendo y eso me emociona. Rukia no puede negarse más al necio de Ichigo. . . ¿quién podría?. ^¬^ .

—I LOVE ICHIRUKI—

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Paradise

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 09 de Julio de 2009.


La dama del Hentai: Maeda Ai.

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