INTO THE SHADOWS

     Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 4 ::.



Rukia corría a través de aquella interminable oscuridad, huyendo de aquella criatura que siempre la atormentaba, sin embargo, no era temor lo que la hacía correr a pesar de estar exhausta, era su orgullo al no querer volver a doblegarse ante ese demonio.


??Someterme a sus deseos, a su lujuria y su pasión. . . ¡no!, ya no!!.??


Pensaba la joven mujer, poco antes de caer de rodillas ya sin fuerza. Con la respiración agitada, creía haber escapado, entonces lo sintió justo detrás de ella. . .
Más que devastada, estaba sorprendida. ¿En qué momento llegó donde ella?.


La chica trató de escapar nuevamente, pero ni siquiera pudo incorporarse, ya que de un rápido movimiento aquel demonio la sujetó, forzándola a mantener la cabeza y el pecho pegados al suelo, mientras su lindo traserito se alzaba glorioso.


* No, no lo hagas!!. *


Él se detuvo por un instante, escuchándola.
Kuchiki podía oír aquel sonido gutural tan intimidante, quizá por ello, prefería pensar que dicho sonido era más bien un ronroneo. . . uno bastante tenebroso, pero poco después la bestia siguió con su propósito, olvidándose de la petición de la chica.


Con un leve movimiento, las ropas de la pelinegra terminaron hechas añicos por aquellas blancas garras, incluyendo las pequeñas y coquetas braguitas.


Rukia tembló ansiosa, especialmente al sentir la punta del pene de su compañero, frotándose con lentitud contra la línea vaginal. La chica se estremeció de deseo, no podía ser que con un solo roce tan íntimo como ese, su voluntad y su decisión se viesen doblegadas de tan solo sentir a ese hombre.


De inmediato, Kuchiki sintió como su sexo se iba mojando de forma rápida. Se sentía avergonzada, ¡pero maldita sea!, cómo deseaba a ese sujeto!!.


Sin más, sintió como su amante clavaba su miembro viril en su ardiente y empapada intimidad, con solo un embate.
La chica de ojos violetas gritó, pero fue un grito de gozo, de lujuria, de verdadero deseo. . .


* ¡¡Oh, ssiii!!. . . *


Ella cerró los ojos y se mordió el labio, arqueando la espalda mientras se dejaba llevar y se concentraba en la deliciosa sensación de aquel enorme pene entrando y saliendo de ella, obligándola a amoldarse a él.


El roce era tan intimo, tan ajustado y profundo, y tan salvaje, que Kuchiki pronto experimentó un avasallador orgasmo que la hizo gritar de placer, mientras sentía como su interior palpitaba con fuerza y se mojaba cada vez más y más.


* Aahhh!, i-iku!, ikkuuu!!. . . *


La joven arqueó la espalda, al tiempo en que gritaba ante el éxtasis. Luego se quedó aturdida, completamente recargada sobre el piso, pero su acompañante la sujetaba por las caderas, insaciable aun en su afán de poseerla.


Rukia suspiraba en medio de toda esa lujuria, era delicioso sentirlo dentro suyo y comprendió entonces lo mucho que necesitaba a ese hombre.


??¡A él y su maravilloso pene!.??


Pensaba la pelinegra, ya totalmente entregada a ese ser.


Y con deseo renovado y la libido a tope, nuevamente Rukia apoyó las manos sobre el piso, sosteniéndose en cuatro mientras aquel demonio seguía embistiéndola, ahora con más fuerza y rapidez.


Los ojos violetas de Kuchiki brillaban intensamente, aguantando la rudeza con que ese sujeto la poseía. Sintió las toscas manos sobre sus pequeños pechos, acariciando con insistencia, casi con necesidad los pezones rosas que se habían tornado duros cual piedrecillas.


Rukia gimió otra vez. Dios, ¡su toque era divino!.


??No quiero que se detenga, yo. . . ¡quisiera que estuviéramos así por siempre!.??


Pensaba, rogando internamente por algo que en un principio temió. Pero ahora. . .


* Más!, más!!. . . *


Se hallaba rogando mientras movía su cuerpo al encuentro del ancho y duro pene que se clavaba en ella.
La duda y el miedo quedaron olvidados y ahora la pelinegra se entregaba a los lujuriosos deseos de ese demonio; sensaciones que solo él despertaba en ella.


* Y-ya no puedo, no puedo más!. . . *


El ir y venir de sus caderas se tornó más desesperado y podía sentir como un delicioso cosquilleo nacía de su sexo provocado por la verga de su amante.


* ¡Aahhh!. . . *


La chica gritó llena de gozo y pasión y llena de ese hombre, quien al sentir las fuertes pulsaciones femeninas sobre su verga, se dejó envolver por el éxtasis y regó su semilla en la intimidad de la joven. Tanto era el semen que se vertió en ella, que este terminó escurriendo entre sus muslos.


* E-espera!. *


Rukia lo sintió deshacer la unión de sus cuerpos y a pesar de estar agotada, se apresuró a retenerlo entre sus brazos, sosteniéndolo en un posesivo abrazo que no dejaba lugar a dudas de la necesidad que por él tenía.


* Siempre vienes, me haces el amor de la forma más desenfrenada, y luego te vas, dejándome confundida y. . . con tantas preguntas. . . *


Rukia calló; esto era una locura.
La niebla no le permitía ver más que el blanquecino pecho de su acompañante.

Esa fue la primera vez que la ojivioleta se percató del espacio vacío justo en el centro del torso del demonio. Y sin embargo, su pecho le resultaba perfecto, musculoso y tan cálido. . . alzó el rostro, pero no pudo ver el de él, para colmo la niebla se tornó aun más densa. Y Rukia solo pudo distinguir un largo mechón de cabellos naranjas.


Recordó a alguien en medio de la sorpresa, pero una linda sonrisa adornó su exquisito rostro tan rápido como ese pensamiento asaltara su mente.


??¡No, es imposible!.??


Pensaba, liberando a la criatura de su frágil abrazo.
Había sido una locura, él ni siquiera correspondió a su abrazo.


Kuchiki terminó por dejarse caer al piso, esperando a que el sueño terminase mientras escuchaba el sonido gutural de aquel demonio.


* Tu eres. . . *


Rukia abrió los ojos sorprendida para luego alzar el rostro. Era difícil distinguir las palabras tras esa voz tan tétrica. . .


* Tu eres. . . la reina !!. . . *


La chica dobló las cejas con pesar.
No entendía nada, pero había algo que ella deseaba saber con desesperación.


* Por favor, dime tu nombre, quiero saberlo!. *


* Tu eres. . . * Ella desistió, él no planeaba complacerla. * La reina. . . ¡proteger!. *


Tras aquellas palabras que a Rukia no le decían nada, la voz de aquel hombre se fue alejando y la niebla se disipó, llevándoselo a él consigo y dejando incertidumbre y tristeza en el corazón de la joven mujer.



Sin finalizar.

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Un nuevo sueño para una Rukia ahora más. . . dispuesta. Bueno, con un demonio tan sexy, ¿quién puede culparla?.
Yo no, yo la envidio >.< .

Un poquito de lemon. Yo quisiera expresar mucho más, pero aun se vienen muchas cosas para estos dos.

_I LOVE ICHIRUKI_

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 04 de Enero de 2012.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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