INTO THE SHADOWS

     Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 8 ::.



Los encuentros íntimos entre ambos jóvenes se habían tornado casi constantes, sin mencionar intensos y hasta peligrosos...


Hacer el amor en la terraza de la escuela, donde podían ser descubiertos en cualquier momento y por cualquiera. . . sin duda era muy excitante, pero también estúpido ya que a ninguno de los dos parecían importarles las consecuencias.


De cualquier forma, las entregas que Kuchiki más disfrutaba sin duda eran aquellas en la intimidad de su habitación, cuando Ichigo se escabullía a su recamara con sigilo, la despertaba con besos y carias suaves y al verlo, sus ojos miel centelleaban, pero también algo más fuerte que ella aun no se había animado a descubrir.


Y en ese momento precisamente se estaba llevando a cabo una de las entregas que a Rukia tanto le gustaban.
Ichigo había entrado en su habitación. ¿Cómo?, ¡quién sabe!. Todo estaba total y perfectamente cerrado.


??Seguro que para un demonio como él, un cerrojo no es nada.??


Pensó la ojivioleta, sintiendo las grandes manos del muchacho delineando su frágil figura.
La hora no la sabía, pero aun estaba oscuro. Suponía que debía ser de madrugada pues estaba refrescando.


??Pero aquí adentro pronto se desatará un incendio.??


Pensaba Kuchiki, sonriendo ante lo que sabía, sería una exacta predicción.
Pero Ichigo estaba un tanto extraño esa noche.


* Estás muy callado. *


Susurró la joven, clavando sus hermosos ojos en los del pelinaranja, quien, como respuesta, le sonrió ligeramente. Kuchiki dobló las cejas. Esa sonrisa era tan falsa.


??¡Es la sonrisa más triste que haya visto en mi vida!.??


Pensaba. Y se le rompía el corazón porque era Ichigo quien se la dedicaba.


* Ichigo, qué?. . . *


La voz de la chica se apagó de pronto; el Kurosaki le había plantado un beso desesperado y Kuchiki no pudo cuestionarlo más, no cuando el beso se estaba tornando tan apasionado.


Por esos instantes, la pelinegra se olvidó de todo aquello que no fuese su apuesto compañero, cuyas manos expertas la despojaron de su minúscula bata de dormir mientras las braguitas fueron destrozadas de un leve e insignificante tirón.


Los dedos del Kurosaki, ya sin obstáculos, acariciaron la intimidad de su acompañante, encendiéndola casi de inmediato.


Definitivamente, hoy el pelinaranja estaba muy ansioso, pero no por ello apresurado, al contrario, se tomó su tiempo en brindarle placer a su bella novia.

Primero con los dedos, mimando aquella parte del cuerpo femenino, tan delicada y suave, llevando a Rukia hasta el éxtasis en un par de veces, a pesar de la travesura de detenerse justo cuando ella estaba a punto de llegar al orgasmo, frustrándola. Si no lo hubiese hecho, Rukia seguro habría tenido cinco maravillosos orgasmos.


* I-Ichigo, eres mmm. . . *


Kuchiki hablaba entrecortada debido a su reciente clímax.
Él la miró. Una sonrisa traviesa le cruzó el rostro poco antes de inclinarse sobre ella y regalarle un beso fugaz.


* Te quiero !. *


Le dijo ella; sus ojos titilantes y las mejillas sonrosadas.

Al escuchar a su compañera, la sonrisa del muchacho se suavizó, volviéndose gentil. El corazón de Kuchiki latió con fuerza ante ese gesto tan sencillo. Estaba tan embelesada que ni siquiera se percató cuando el pelinaranja se acomodó entre sus perfectas y torneadas piernas, frotando su verga contra la vulva.


* Estás mojada !. *

* ¡¡ Estoy ardiendo !!. *


Le dijo ella.
Rukia buscó casi con necesidad los labios del demonio, aferrándose a él, sin poder soportar los centímetros que los separaban.


Ansiosa, incluso más que el pelinaranja, la chica de ojos violetas comenzó a mover las caderas, buscando casi con desesperación el roce con la masculinidad del Kurosaki.


* Ichigo, onegai!... ¡ no puedo más !... *


El chico la miró serio. Aunque no lo demostrara, él estaba igual o peor que ella. La deseaba con locura, pero temía tanto lastimarla.


??Y esta noche debe ser perfecta, no puedo arruinarla por no ser capaz de controlar mi lujuria y deseo por ella.??


Pensaba el pelinaranja, para luego sacudir la cabeza. No era el momento de divagar, sino de entregarse a la bella humana que lo deseaba con desesperación, con todo su ser.


Así, el joven demonio colocó la punta de su pene justo en la entrada vaginal de la pelinegra, presionando ligeramente, clavando solo la cabeza de su miembro viril... permaneciendo unos segundos así.


La pelinegra se estremeció y soltó un ligero jadeo.
¡ Dios, esto era el cielo !. Pero no tuvo tanto tiempo para armar metáforas, pues de pronto, Ichigo empujó las caderas, clavando totalmente la verga en el pequeño cuerpo de Kuchiki, quien arqueó la suave espalda ante tanto gozo que recibía de golpe.


Casi de inmediato, Ichigo impuso un balance de caderas que ella estaba más que dispuesta a seguir. Era un baile en el que sus cuerpos se fundían hasta formar uno solo, unidos por el placer y el deseo.




Probaron algunas posiciones, pero se acoplaron perfectamente cuando Kuchiki terminó arriba del pelinaranja, prácticamente brincando sobre la verga de su amante, imponiendo ella el ritmo y la fuerza.


Más su insofocable excitación la llevó a mecer de arriba a abajo las caderas de forma desesperada, clavándose ella solita la deliciosa herramienta sexual de su compañero, no. . . ¡ de su hombre !.


* Ru-Rukia, ahhh !!. . . *


Ichigo nunca se sintió tan torturado, y es que la vagina de la pelinegra se estaba volviendo más y más estrecha, matándolo de placer. Pero resistió hasta que la joven tuvo su deseado y necesitado orgasmo.


Kuchiki echó la cabeza hacia atrás, arqueándose de placer y deleitándose con las embestidas que su amante seguía proporcionándole y poco después con el semen caliente que llenó su matriz, logrando prolongar su clímax.


E Ichigo. . . él lleno de placer, apretaba los dientes, pero reprimiendo el deseo de liberar todo su placer con temor a lastimar a su compañera.


Le encantó sentir como las palpitaciones del sexo de Rukia lo volvían loco en un principio, desencadenando su intenso orgasmo, para luego mimarlo con dulzura y suavidad, cuando las contracciones perdieron fuerza y constancia.




La mortal se desplomó sobre el pecho de su amante sobrenatural, siendo recibida por los fuertes brazos del pelinaranja, que además, en ese momento eran cálidos y protectores.


* Voy a irme!... * Le dijo él. * Rukia, yo... debo regresar a mi mundo. *

* ¿Por qué?. . . justo ahora?. *


Las pequeñas cejas de la pelinegra se torcieron con enojo y pesar al tiempo en que se mordía el labio inferior. Luego bajó el rostro, incapaz de sostener su triste mirada ante la seria del Kurosaki.


El silencio los envolvió por largos minutos. Kuchiki sentía que se le rompía el corazón; no quería separarse de él, no estaba lista, y es que esta vez sus sueños no le advirtieron de este dolor.


Más justo cuando creyó que sería el fin de su romance con el demonio, la voz de este se dejó escuchar. . .


* ¡ Ven conmigo !. *


Rukia alzó el rostro sorprendida, no tanto por la proposición, sino por lo que ésta significaba.


* Yo. . . soy el príncipe de las tinieblas, pronto seré rey, así que tengo que volver al averno y yo. . . *


Ichigo desvió la mirada mientras se rascaba la nuca. No era nada sencillo explicarle a su novia quien era él y de dónde venía.


* Necesito una reina !!. *


La sonrisa en el rostro de Kuchiki lo hizo estremecer de emoción y lo animó a continuar...


* Y quisiera que tu. . . Rukia, ¿quieres ser mi reina?. *

* Sí, sí, sí !!. . . *


La pelinegra se arrojó a los brazos de Kurosaki, llenándole de besos el rostro.


La chica ni siquiera meditó en la proposición del muchacho, y es que no había nada que pensar. Él era todo para ella y necesitaba estar con él.


Ichigo sonrió feliz. Nada lo esperaba en el infierno y lo único que lo retenía en el mundo humano era la pequeña mujercita entre sus brazos. Pero con Rukia a su lado...


??¡ Por fin encontré a mi reina !.??


Pensaba el pelinaranja, al tiempo en que recostaba a su compañera sobre la cama y se situaba nuevamente entre las piernas de su chica.


* Te amo !!. *


Le dijo ella, con la mirada baja y las mejillas encendidas en carmín. Sin esperar nada a cambio, ni siquiera unas palabras. . . pero las hubo. . .


* Y yo a ti!. *


Kuchiki alzó el rostro, sorprendida una vez más y con la felicidad desbordándose de su ser.
La joven no pudo más que buscar los labios del Kurosaki en un beso cargado de amor, mientras él empujaba suavemente las caderas, penetrándola una vez más.


Y balanceándose suave y delicadamente, sellaron el pacto entre ambos. . . un pacto de amor para la eternidad.



Sin finalizar.

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Cuando se me acababan las ideas para este fic, me pareció interesante el que Rukia e Ichigo fuesen al mundo de este último, el infierno.

Además me gustó más este lemon que el del capítulo anterior ^^.
De cualquier forma, esta historia está en la recta final.

_I LOVE ICHIRUKI_

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 04 de Enero de 2012.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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