INTO THE SHADOWS

     Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 9 ::.



El rey del infierno, Zangetsu, miraba incrédulo a su único hijo, el mismo que había ido al mundo material sin su permiso, aquel que despreciaba a todo ser que le temiese, por supuesto, los humanos encabezaban la lista. Él...


*Al lado de una humana... ¡ quién lo diría !.*


El soberano de aquel lúgubre lugar, sonrió ligeramente mientras fijaba los ojos sobre la compañera de su hijo. Era linda, debía admitir, aunque. . . algo en especial intrigó al pelinegro. . . la chica no parecía temer ni al lugar, ni a los habitantes del mismo. Aquella niña ni siquiera se refugiaba en Ichigo.

No. Era el pelinaranja quien había tomado una posición por demás protectora y prevenida para que a ningún demonio se le ocurriese atacarla.


El mayor de los Kurosaki estuvo a punto de exigirle a su hijo que devolviese a esa criatura a su mundo, que madurase o que se atuviese a las consecuencias. Ichigo podría perder a esa joven y su propia vida si es que se oponía a las órdenes del rey, aun cuando este fuese su padre.


Pero algo en la joven captó la atención de Zangetsu, quien abrió desmesuradamente los ojos.


* Acércate, pequeña !. *


Rukia alzó una ceja ante las palabras del que se suponía era su suegro.
Hasta ahora Kuchiki se había limitado a observar silenciosa todo a su alrededor. Y es que ese lugar que solo existe en la imaginación de los mortales, ella ya lo había visto en sus sueños, o mejor dicho, en sus visiones.


* ¡ NO !. *


Rukia salió de sus pensamientos al escuchar la voz del pelinaranja, quien se había interpuesto entre ella y el rey de ese mundo, temeroso de las intenciones de este último.


* Ichigo, hazte a un lado !. *

* Debes estar loco, viejo. *

* Obedece !!. *

* ¡ Ya te dije que no !. *


La mirada de Zangetsu se tornó colérica; las discusiones con su vástago siempre tenían ese efecto. Pero ahora no tenía tiempo para pequeñeces como las ?discusiones familiares?.
El pelinegro se tragó su ira para tratar de tranquilizar a su hijo y poder comprobar algo.


*Te doy mi palabra de que no la lastimaré.*


El menor de los demonios frunció el ceño y torció las cejas; no sabía si creerle a su padre.
Kuchiki vio la indecisión en los ojos miel de su compañero, así que decidió por él. . .


* No te preocupes, Ichigo. * Le dijo ella, acariciando la mejilla del muchacho con su mano suave, cálida y gentil. * ¡Estaré bien!. *


Rukia le regaló la más linda sonrisa que el Kurosaki haya visto, pero no por ello se sintió más tranquilo.
Y aunque su corazón latía descontrolado ante las infinitas posibilidades de que su chica resultase herida, el joven demonio no pudo moverse, su cuerpo simplemente se quedó helado.


Insegura, la pelinegra fue donde el soberado del inframundo, aunque increíblemente no sentía miedo. Sus lindos ojos examinaron a detalle a aquel hombre, desde los largos cabellos tan negros como la noche, hasta la barba descuidada y los ojos cansados. A simple vista, él era un hombre de mediana edad común y corriente.


??Me pregunto, ¿cómo será su verdadera forma?.??


Pensaba Kuchiki, recordando haber visto al pelinaranja en su forma de demonio.


Por su parte, Zangetsu solo estaba interesado en los ojos de la mujer de su hijo.
No le prestaba atención a nada más en ella; y es que el hombre fue atrapado por los hermosos y expresivos ojos violetas de la chica. ¿Cuántos humanos poseían ese color de ojos?. . . un puñado, sin duda.
¿Por qué?. . . porque esos pocos son visionarios, un don que ni siquiera el más poderoso de los demonios tenía; ni siquiera el rey de las tinieblas. . . o su hijo, el príncipe.


* ¿Cuál es tu nombre, niña?. *

* Ru-Rukia Kuchiki. *


El rey demonio sonrió ligeramente. Ichigo no pudo haber elegir mejor reina que aquella mujer.


Con delicadeza, Zangetsu tomó la mano derecha de la joven, dedicándole una sonrisa sutil y conciliadora, pero sobre todo, tranquilizante.


* Ichigo, ven !. *


El pelinaranja tardó unos instantes en recuperar la movilidad, cuando lo hizo, se apresuró donde la chica y su padre, aun nervioso de que su progenitor pudiese lastimar a su enana.


Una vez junto a ellos, el rey tomó la mano de su hijo para unirla a la de la mujer humana que todavía entrelazaba.


* ¡Bienvenida al infierno, Kuchiki Rukia !. . . o mejor dicho, ¡ Kurosaki Rukia !. *


Una sincera sonrisa cruzó el rostro de Ichigo, más que de felicidad, de agradecimiento.
El joven demonio puso toda su atención en la jovencita frente a él, desapareciendo todo a su alrededor y quedando solo ellos dos.


* Kurosaki Rukia... me gusta cómo se oye.*


Susurró la pelinegra, embelesada con los ojos miel del hombre al que amaba. Su ángel, no!. . . ¡su demonio!.

Uno al que amaba con locura y por sobre todas las cosas, aquel que conoció, amó y se entregó a él en sueños que mostraban el futuro. Un futuro que ella ya había alcanzado. . . un futuro que le gustaba y la hacía feliz. . . ¡ muy feliz !.



Sin finalizar.

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Me pareció necesario que Rukia conociese al rey del infierno, es decir, al padre de Ichigo.

Este capítulo sirvió para explicar varias cosas, primero, para continuar la relación padre-hijo, ya que en el primer capítulo, Ichigo se va sin más del infierno.

Segundo, el por qué de los sueños o visiones de Rukia.
Aquí, me pareció buena idea relacionar ese poder con el color de los ojos de Kuchiki. Y finalmente, la llegada de la pelinegra a un mundo de demonios.

El siguiente capítulo es el desenlace.

_I LOVE ICHIRUKI_

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 04 de Enero de 2012.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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