|| ALL ABOUT RUKIA ||

     Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 5 ::.



Rukia había arreglado la cama en poco menos de tres minutos.
Sonrió con satisfacción. No cabía duda de que era buena en su trabajo, aunque apenas tenía un par de semanas de experiencia.


* Creo que soy demasiado perfeccionista. *


Decía para sí, a punto de levantar la ropa de su jefe, más apenas había retrocedido un poco cuando lo sintió justo detrás suyo. Su cálido y excitante aliento acariciándole detrás de la oreja, haciéndola estremecer.


*No sé para qué arreglas la cama, si a fin de cuentas la volveremos a dejar toda revuelta.*


Él susurró en el sensible oído de la joven, invitándola a ser parte de ese juego prohibido en el que él la había obligado a participar.


* A-Aizen-san, no !!. . . *

* ¿Cuántas veces debo decirte que debes referirte a mi como ?Aizen-sama??. *


Las grandes manos del castaño rodearon la estrecha cintura de la pelinegra, poco después se deslizaron hasta los pequeños pero redondos senos, oprimiéndolos con ligera fuerza, pero con toda su lujuria.


En ese instante, Kuchiki recordó porque trabajaba para ese hombre. . . y porque tenía sexo con él.
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* Recuerda que gracias a mí, tu hermana está recibiendo ese tratamiento tan costoso para la grave enfermedad que la aqueja. *


Rukia palideció. Era verdad, Aizen la tenía en la palma de su mano.


* No !, onegai. . . no !!. . . *


Le rogó ella, a sabiendas de que bastaba con una sola llamada para que él dejase de hacerse cargo de ese problema.


??¡ Hisana podría !. . . no, dios mío !!.??


Con este pensamiento, Rukia se rindió.


Ellas eran muy pobres, vivían en un barrio llamado Rukongai, al que la palabra ?miseria? describía perfectamente.
Por eso había buscado trabajo, tratando de ganar algo de dinero para ayudar a su hermana y trabajando para Sosuke Aizen había logrado que los mejores médicos atendiesen a Hisana, quien estaba mucho mejor, pero aun débil y frágil.


Pero lo que ese hombre le exigía a cambio de su caridad, era sexo. . . mucho sexo fuerte.
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* ¡ Me temo que tendré que castigarte, Rukia-chan !. *


Las palabras de Aizen la distrajeron de sus recuerdos.
Rukia entrecerró los ojos al tiempo en que un gemido escapaba de sus dulces labios sin que ella lo pudiese evitar. La pelinegra bien sabía lo que significaban las palabras de su jefe.


De pronto, la ojivioleta era cargada por el castaño, cual novia en su luna de miel. Aizen la recostó sobre el amplia cama, la de él, por cierto. Ni brusco, ni delicado, ese hombre era una mezcla perfecta entre la fuerza, la lujuria y la seducción.


Sosuke se acomodó sobre la joven, colmándola con su cuerpo. En ese instante, la pelinegra se sintió mareada; la fragancia de ese hombre la sumergía en una burbuja de deseo y ansiedad.

Las manos expertas del millonario la recorrieron con lujuria y pasión.
Rukia tan solo se dejó hacer. Esto simplemente le encantaba y estaba tan concentrada en el placer que no se percató como Aizen la iba despojando de sus prendas con total tranquilidad, hasta quedar desnuda ante él. Nada en su cuerpo a excepción de los aretes baratos de Chappy que su hermana le había regalado hace algunos años y que nunca se quitaba.


* ¡ Hermosa !. *


Le susurró contra el cuello, lamiendo y mordiendo la blanca piel hasta marcarla como suya. Pronto, el castaño se deshizo de su ropa. De rodillas sobre la cama, frente a su joven amante, Aizen aturdió a la pelinegra con la imponente imagen de su verga erguida y dura.


* Tócalo !. *


Le ordenó; una sonrisa llena de lujuria adornándole el rostro.
Kuchiki obedeció más a sus propios deseos que a los del joven que la miraba casi con hambre... sí, hambre de sexo.


La pequeña mano de la pelinegra se posó indecisa sobre el pene de su señor, recorriendo la piel caliente, descubriendo la cabeza gruesa, luego sus manos se juntaron y masturbó con gozo la herramienta sexual que ya quería tener dentro suyo.


* ¡ Aahh, así, pequeña !. *


Sosuke soltaba pequeños jadeos, apretando los dientes por aquella delicia que le hacían las manos femeninas. Él se arqueó de pronto y gruñó lleno de gozo cuando las suaves manos le apretaron con ansia e insistencia los testículos, delineándolos, como jugando con ellos. Esa chiquilla había aprendido como darle placer.


Aizen pudo haber seguido disfrutando mucho más de aquellas traviesas caricias femeninas, pero tenía otros planes.
Rodó sobre la cama hasta quedar de espaldas sobre ésta y sujetar a la pelinegra por la cintura, manteniéndola sentada sobre sus caderas.


* Móntame, preciosa ! *


La voz de Sosuke sonó como cuando le pedía que le preparase un café, pero le sonreía lujurioso.
Se miraban fijamente, diciéndose tantas cosas mientras Kuchiki sujetaba el miembro viril y lo guiaba a la entrada de su propio sexo para luego descender sobre él y clavarse ella solita aquel pedazo de carne viva.


Quemaba. . . y le encantaba. Pronto Rukia comenzó a subir y bajar las caderas, apoyando sus manos sobre el fuerte tórax de su compañero, primero suave y lentamente, luego más fuerte y rápido. La tímida Rukia había desaparecido y ahora se mostraba apasionada, llena de lujuria y desesperada por obtener placer.


Y ahora mismo, cabalgaba a su patrón, restregando su sexo contra el de aquel hombre que la llenaba de gozo y de él mismo. Intenso y constante. . .


??¡ Y delicioso !.??


Rukia se mordió el labio ante ese pensamiento, pero es que no podía creer que le encantaba tener sexo con ese hombre.
¿Cómo podía llegar a gustarle algo que en un principio aborreció?. No lo entendía. . . ese hombre le robó su virginidad, su orgullo, su dignidad, y ahora. . . su voluntad.


Pero todo era por Hisana.
Al menos al principio, ahora a Kuchiki le avergonzaba admitir que lo hacía porque a ella le gustaba y su cuerpo, su vagina, se lo pedían casi a gritos. Si por ella fuera, estaría empalada por la verga de su jefe las veinticuatro horas del día. . . pero solo lo aceptaba ante sí misma.


* Motto, motto !. . . ¡¡ Ki. . . kimochiii !!. *


Susurraba la pelinegra, ahora con los ojos cerrados, mientras se mordía el labio inferior. Los gemidos y jadeos que ella soltaba enloquecían al castaño, quien alzaba las caderas al encuentro del cálido interior de la chica, clavando su dura verga cada vez que Kuchiki se alejaba por unos instantes.


* Toma, pequeña !, toma, ahhh !. *

* Sí, ahhh, mmm !!.*


Era tanto el placer que la recorría en ese instante que Rukia comenzó a acariciarse a sí misma, amasando sus senos, pellizcando sus pezones rosas. Ella doraba esta posición y Aizen lo sabía, por eso la complacía, porque si ella lo disfrutaba, él lo hacía todavía más.


Rukia se sentía segura y poseedora del control cada vez que lo hacían en esa posición, pues ella manejaba el ritmo y la intensidad de las penetraciones. Y su excitación crecía mientras el pene del castaño entraba y salía de su mojada vagina.

Mientras tanto, Aizen parecía hipnotizado por los suaves pechos femeninos que se bamboleaban traviesos cada vez que él se hundía en el sexo de su amante.



Kuchiki comenzó a sentir un delicioso escozor que poco después se tornó en un violento y avasallador orgasmo que la recorrió de pies a cabeza, sacudiéndola sin piedad.

La vagina de la chica se contraía en fuertes y sucesivos espasmos que la hacían sentirse como si su interior se derritiese alrededor del pene de Aizen, exprimiéndolo para extraer su semilla.


Casi al mismo instante, el orgasmo del multimillonario fue tan intenso, que este se aferró a las caderas de la pelinegra, empujando las propias con violencia hasta lograr hundir su verga totalmente en el sexo femenino, que lo abrazaba con fuerza y estrechez, mimándolo con deliciosas e intensas pulsaciones que lo hicieron venirse y soltar una considerable eyaculación en el interior de su compañera, todo al tiempo en que, presos del placer, ambos gritaban sin reserva.


* Ru, Rukiaaa !, aahhh !!. *

* Ai-Aizen!. . . Aizen-samaaa !!. *


Finalmente, la ojivioleta se dejó caer, ya sin fuerzas, sobre el pecho de su jefe mientras este seguía soltando su abundante semen en el interior de la joven. . . era la primera vez que se corría dentro de ella.




Minutos después, Sosuke Aizen seguía con el pene bien clavado en el sexo de su joven sirvienta, mientras ésta, complaciente, lo mimaba con suaves y cálidos besos, como aleteo de mariposa, en los labios y en la comisura de los mismos, de hecho en todo el rostro. Era la primera vez que Kuchiki lo trataba casi con ternura.

Mientras se vaciaba dentro de ella, al castaño le había cruzado por la cabeza poner toda su fortuna a los pies de la hermosa joven. Y ahora...


??Sigo tentado a hacerlo !.??


Pensaba, mientras la chica suspiraba contra su oreja y alzaba un poco las caderas para que la verga del castaño se deslizara fuera de ella.


* Kimochii !. *


Le susurró ella, ante la sensación del líquido perlado escurriendo entre sus piernas.
Aizen cerró los ojos, disfrutando de aquel momento, mientras su mano izquierda se deslizaba por la suave figura de su joven amante, hasta anclarse en los oscuros cabellos, acariciándolos con suavidad.


Sosuke estaba confundido, pues no sabía quién se aprovechaba de quién en esa relación.
¿Él?, por hacer de esa chiquilla su esclava sexual y disponer de su lindo cuerpo cada vez que se le antojaba, haciéndole el amor una y otra vez, amenazándola con dejar de pagar el tratamiento de su hermana enferma. . .
¿O ella?, que lo tenía hechizado, pues no dejaba de pensarla en todo el día, deseándola en todo momento e incluso, dejando de interesarle cualquier otra mujer. Solo ella. . . Rukia.


??A este paso, el esclavo seré yo. . . esclavo de sus lindos ojos, de su lindo cuerpo y su deliciosa forma de hacer el amor. . . de sus caricias, sus besos. . . no hay ninguna otra.??


Se atormentaba él, aunque irónicamente era un tormento dulce. Y lo fue aún más cuando Rukia se sentó sobre la pelvis del millonario y volvió a acomodar su exquisito y suave sexo sobre la verga del castaño, deslizándose sobre esta, lenta y tortuosamente.


* Ahh, pequeña golosa !, ahh !. *


Sosuke apretó los dientes entre jadeos y Kuchiki volvía a cabalgarlo con placer. Oh, sí, no cabía duda de que la más beneficiada con esta relación era la pelinegra.



Sin finalizar.

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Por su forma de ser, Aizen encaja muy bien en el papel de hombre que se aprovecha de su hermosa sirvienta. O que cae rendido ante sus encantos, como se quiera ver ^0^ .


¿Dónde está Chappy? =^w^= .


C1: Coworkers. Office. Creampie.
C2: Adopted. House. Vanilla.
C3: Secretary. Office. Swallow.
C4: Student. School. Cunnilingus / Fingering.
C5: Maid. House. Vanilla.

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 15 de Abril de 2020.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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