Por:
Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
.:: Capítulo 7 ::.
* Así que. . . ¿volviste a ver fantasmas, eh, Rukia-chan?. *
La jovencita pelinegra torció sus pequeñas cejas con pesar ante la pregunta de su doctor, quien acababa de entrar en su habitación.
Ella bajó el rostro. ¿Por qué sus padres no querían creerle que los fantasmas realmente existían?. . . y que ella podía verlos y hablar con ellos.
??No es una habilidad que yo pidiera.??
Pensaba, ya cansada de todos los problemas que ese ?don? le acarreaba.
Y sus padres, tan estúpidamente adinerados, preferían internarla por un tiempo para tratar su ?enfermedad?, que hablar con ella sobre el tema e intentar comprenderla y ayudarla.
Las cosas serían definitivamente más sencillas si Byakuya y Hisana Kuchiki tan solo. . . le creyeran.
* Hey, Rukia. . . te hablo !. * La ojivioleta alzó la mirada, en la cual podía percibirse cierto odio. * Estás muy callada, ¿acaso hay algún fantasma por aquí?. *
Ella frunció el ceño ante aquel comentario lleno de sarcasmo.
* Cállate !, ¡ te odio !. *
Le dijo ella, enfurruñada, mientras desviaba la mirada y jugaba con uno de sus aretes de animalitos de orejas largas y colas esponjosas. El médico sonrió. Recordaba que, en sesiones anteriores, Rukia le dijo lo mucho que ese personaje le gustaba.
* Pero si yo estoy aquí para ayudarte. *
La pelinegra se mordió el labio inferior, tratando de aguantar las ganas de llorar ante la frustración. Y todavía tenía que soportar a su ?loquero?, quien disfrutaba burlándose de su situación.
Transcurrieron unos minutos en un extraño silencio, como si no supieran que decir, hasta que la voz de su psiquiatra se dejó escuchar en la habitación.
* ¿Qué te parece si comenzamos con la sesión de hoy?. *
Le dijo en susurros que a la jovencita se le antojaron incitadoramente sexys. Y ella no pudo evitar estremecerse de ansias al saber lo que significaban esas palabras.
Rukia alzó el rostro, clavando su lindo e intenso mirar en aquel hombre.
* Sosuke !. . . *
* Aizen-sama, pequeña. No lo olvides. *
Tras decir aquello, el castaño se acercó a su joven y bella paciente, estrechándola entre sus fuertes brazos para llevarla hasta la fría cama.
* ¿Qué haces?, no !. . . *
Pero la voz de Kuchiki se perdió entre los posesivos labios de su doctor, quien devoraba su dulce boquita en un beso cargado de pasión y lujuria.
Rukia se movía inquieta bajo el cuerpo de aquel hombre, pero nada podía hacer contra la fuerza masculina siendo ella tan pequeña y frágil, además. . .
??¡ Me encanta !.??
Admitió ante si, al tiempo en que gozaba de las caricias que las manos de Aizen prodigaban en todo su cuerpo. Las perfectas piernas, la suave curva de su cintura, sus pechos firmes. . . y su hermoso rostro. El castaño sabía como excitarla sin siquiera tocar su sexo ardiente y necesitado.
Él conocía muy bien aquel hermoso cuerpo femenino, así como sus necesidades. ¿Cómo no iba a conocerla?. . . si eran amantes desde hacía algún tiempo. Y sus tórridos encuentros eran lo que ante todos era el ?tratamiento para las alucinaciones de Rukia?.
Kuchiki sonrió traviesa.
??Si mis padres supieran !.??
Pensaba, con el sabor de la venganza endulzando su enojo contra ellos.
Por eso no tenía ningún tipo de remordimiento cada vez que se entregaba a Aizen; después de todo, ella no lo hubiese conocido si sus padres le hubiesen creído en vez de tacharla de loca, o decirle que solo buscaba llamar la atención.
¿Cómo podía ella hacerles entender que los fantasmas no tenían nada que ver con la locura?. Quizás nunca podría lograr que sus padres la entendieran. . .
* Ahh, ma-matte !, ohh !. . . *
Un ligero gemido escapó de los labios de la ojivioleta.
Una de las manos de su compañero finalmente hizo a un lado las bragas y se había dedicado a darle placer.
Es verdad. Este no era momento para pensar en sus problemas familiares, sino para disfrutar del cuerpo de Aizen, de su experiencia y sensualidad. Y eso era lo que iba a hacer, definitivamente, en especial ahora que el castaño hundía su dedo anular en la delicada vulva femenina.
* Ahh, amm. A-Aizen !. . . *
Rukia se arqueó bajo el cuerpo de su médico, pues el placer que él le prodigaba era intenso. Era delicioso sentir los dedos de aquel apuesto hombre hurgando en su sexo, entrando y saliendo de éste, simulando el acto sexual.
Pero Kuchiki bien sabía que nadie se compararía con sentir dentro suyo la verga de Aizen, complaciéndola, penetrándola. . . haciéndola suya. . . ¡ otra vez !.
Pero él seguía estimulándola tortuosamente, sí le daba placer pero no le daba lo que ella más necesitaba en ese momento. . . su verga en su vagina. En cambio, los dedos del castaño hacían magia en su clítoris, y su boca y su lengua en sus pezones. . . ¡ hacían maravillas !.
* Oh, síí !!. *
Gimió ella, disfrutando de los mimos que Aizen le hacía a sus sensibles pechos, lamiendo los erectos pezones rosas, mordiéndolos con lujuria. Y cuando los succionaba. . . ¡ era el paraíso !.
Sus pechos siempre habían sido muy sensibles; podría correrse tan solo con la boca experta del doctor succionándolos alternadamente.
Y Rukia imaginaba como sería si tuviesen leche. . .
??Sería un delicioso delirio !.??
Pensaba ella. Y de solo imaginar a su amante prendado de la boca a sus pezones, mamando para degustar un dulce liquido del que se hiciese adicto. . .
* A-Aizen, Aizen. . . ikuuu !!. *
La pelinegra se arqueó al recibir el tremendo orgasmo que la recorrió tan solo de imaginar al doctor mamando leche de sus pechos.
El estímulo que recibía en sus duros pezones, los dedos traviesos que entraban y salían rápidamente de su vagina, preparándola, sumado a la perfecta y lujuriosa fantasía. . .
Fue demasiado para la jovencita, cuyos ojos desteñidos miraban el infinito, mientras ella aún temblaba gracias al clímax que la hundió en una burbuja de placer hasta alejarla totalmente de la realidad para concentrase únicamente en el exquisito placer del que ya era adicta.
Y quería más. . . mucho más !.
Y Aizen Sosuke tampoco podía seguir esperando. . . con sus ojos castaños clavados en los violeta de Rukia, el psiquiatra se arrodilló sobre la cama, sujetando a la jovencita por los perfectos muslos, hasta acercarla a su pelvis, con lo que pudo acariciar la línea vaginal con la punta de su duro pene.
* Mmm. Oh, sí !!. *
El gemido pareció un ronroneo por parte de Rukia, provocando que el castaño sonriera complacido. Por unos minutos, se dedicó a delinear la abertura vaginal de su joven compañera, para luego acomodar la punta de su pene en los pliegues vaginales, memorizando la imagen de sus sexos a punto de unirse. . . para luego empujar fuerte.
* Aahh !!. *
Kuchiki jadeó al sentirse invadida de tan brusca manera y aunque sintió cierto dolor, también fue consciente del placer que se incrementó desde el instante en que la verga de su amante se clavase totalmente en su interior.
Ella se aferró a las sábanas al tiempo en que arqueaba su exquisita silueta y echaba la cabeza hacia atrás sobre la cama. . . ¡ era sublime !, y lo fue aún más cuando Sosuke comenzó a sacar y meter su pene de la necesitada intimidad femenina.
Un amante con tremenda energía, penetraciones fuertes, rápidas y sobre todo profundas. . . y esos calculadores ojos clavados en ella. Todo ello la llenaba de placer y la orillaba cada vez más al ansiado orgasmo. Pronto, Kuchiki se acopló al ritmo que Aizen le imponía.
Y ella lanzaba las caderas al encuentro del miembro viril del castaño, cada vez que este sacaba su pene unos centímetros y luego tomaba impulso, enterrándose en la cálida y mojada vagina que lo recibía.
Así, sus sexos se encontraban y se unían una y otra vez en un ciclo de pasión y lujuria que los aislaba del mundo, de la realidad.
Solo estaban ellos dos, entregándose mutuamente; no sabían nada de espíritus, ni de apariencias familiares o de moral. . . de que un psiquiatra se acostase con una de sus pacientes, por muy joven y hermosa que ésta fuese. . . o por la extraña y casi irreal tranquilidad que solo con ella sentía. . . no importaba que se hubiese vuelto adicto a esa mujercita.
Aizen sacudió la cabeza, no queriendo pensar más y dedicándose solo a deleitarse con la deliciosa caricia entre su pene y la estrecha vagina de Rukia.
El castaño apretó los dientes cuando sintió como la piel interna de la pelinegra lo apretaba cada vez más.
Despegando la espalda de la cama, la ojivioleta buscaba mayor contacto con la verga de su doctor, que aquel pedazo de carne no escapase de su interior.
Y cuando no pudo soportar más, el delicioso escozor en su interior se convirtió en fuertes contracciones que exprimían y retenían el pene en su mojado sexo, expandiendo el placer a todo su cuerpo en forma de descargas eléctricas que la llenaron de gozo.
Aizen apretó fuertemente los dientes ante el delirante orgasmo que lo recorría gracias a la vagina de su amante, que lo mantenía aprisionado en su interior y lo mimaba al exprimirlo con fuerza.
??¡ Dios, está ordeñándome !.??
Pensaba el médico, pues su venida era abundante y aun así el sexo de Rukia parecía necesitar más y más, arrebatándole su semen. Cuando no quedaba ni una gota más que darle, Sosuke colapsó sobre su hermosa paciente.
Cuando su pene perdió fuerza y resbaló de la vagina, la abundante eyaculación escurrió entre los muslos de la pelinegra.
* Mmm, kimochii !!. . . * Susurró ella, medio adormilada y aun aferrada a aquel apuesto hombre. * Hagámoslo de nuevo, ¿sí?. *
Sosuke, cuya mirada estaba fija en la vulva femenina y como el semen seguía fluyendo fuera de ésta, rio ligeramente por el comentario de la jovencita. Kami, esa niña era insaciable.
* Tranquila, Rukia-chan, tenemos todo el periodo de tu rehabilitación. *
* Oh, genial, otro mísero par de meses !. *
La pelinegra hizo un puchero y desvió la mirada. Aizen sonrió. De hecho, él tenía planeado que la rehabilitación esta vez fuese más larga.
* Di la indicación de seis meses. *
Rukia clavó sus hermosos ojos en él; sus pupilas brillaban ante la promesa de un amorío más largo.
Y como si no pudiese esperar un poco más, la mano de Aizen buscó la vulva y sus dedos se perdieron dentro de esta, masturbando deliciosamente a la jovencita entre sus brazos.
* ¿Te gusta?. *
Preguntó él.
* ¡ Me encanta !. *
* Me refería a la rehabilitación. *
* Yo también. * Lo besó fogosa. * La estás reanudando ahora mismo !. *
Aizen sonrió para luego besar apasionadamente a su paciente. Es cierto, la rehabilitación de Kuchiki Rukia era de suma importancia; él mismo le dijo a los padres de la chica, que se emplearía a fondo en el tratamiento de la joven.
Y lo estaba haciendo a fondo. . . muy, muy a fondo !!.