|| ALL ABOUT RUKIA ||

     Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 8 ::.



??¡ Maldición, la gala benéfica de Soul Society es esta semana !.??


Recordó con fastidio. Aizen Sosuke estaba consciente que tenía que ir acompañado. No era bien visto que un hombre acudiera solo a ese tipo de eventos.


Repasó mentalmente los nombres de todas las mujeres que conocía y sinceramente no le apetecía ir con ninguna.
Entonces, a su mente vino la propuesta de uno de sus socios: Gin Ichimaru. . .


* Es una buena opción. . . sin ataduras. *


Habían sido las palabras del peliblanco, mientras le dejaba una tarjeta.
Ahora, con dicha tarjeta entre sus manos, Aizen analizaba una y otra vez la propuesta de Gin. . . contratar un servicio de compañía.

Eso era. . . pagar por sexo, aunque, ¿no lo hacía ya?. . . todos los regalos extravagantes a sus amantes o compañeras en turno, podrían considerarse como ?un pago por su compañía?, la cual se basaba principalmente en sexo.


* Qué diablos. * Susurró para sí y luego llamó al número impreso. * Las Noches. *


Leía en la tarjeta, mientras esperaba un par de tonos.

Luego, una voz femenina ya lo atendía y pedía todos los datos necesarios.
De pie frente al ventanal que le permitía una vista casi completa de Karakura, el castaño contestaba algunas preguntas sobre su identidad y lo dejaron en espera en lo que verificaban la información. Después de cinco minutos, se reanudó el proceso, diciendo que su solicitud había sido aceptada.


Aizen alzó una ceja. ¿Lo habían aceptado?, ¡ qué diablos !. Si él estaba contratando un servicio, no pidiendo empleo. Como sea, nada dijo antes de colgar el teléfono.
A partir de ese instante, no pudo deshacerse de la sensación de haber cometido un error.
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Vería a su acompañante en el bar del hotel donde sería la gala. La mujer iría de su brazo durante el evento y luego, quizás, disfrutaría de ella por la noche. El único inconveniente fue el precio.


??Creo que es demasiado elevado para una simple prostituta.??


Pensaba el castaño, mientras inspeccionaba el lugar. La persona con la que cerró el trato, quien seguramente era la recepcionista del lugar, le dijo que su acompañante llevaría un broche para el pelo, blanco y con forma de conejo.


??Un broche de conejo, un boche de conejo...??


Aizen repetía aquella frase en su mente, una y otra vez, como un mantra para tener a raya su impaciencia.
Era la primera vez que utilizaba ese tipo de servicios; y ya estaba convencido de que había sido un error. ¿Qué mujer usaba un broche con forma de conejo?. Este era un negocio con desenlace sexual, no una fiesta con las amigas de la secundaria.


La mente de Sosuke divagaba en conejos y niñas tontas, cuando entonces la vio. . .
Era exquisita. Por un momento temió que la mujer se vistiese con una minifalda que permitiese a todo mundo verle la tanga, que llevase un top del que se desbordasen sus pechos, además de plataformas y excesivo maquillaje.
En fin, imaginó que parecería. . . una prostituta de los barrios más desafortunados de la ciudad.


En cambio, se encontró con una hermosa joven que lucía un vestido sin mangas, con lo que sus cremosos hombros quedaban al descubierto.
Con tela negra en la parte superior y entallado hasta la cintura, donde la tela era blanca y amplio hasta las rodillas. Traía unos guantes negros que le llegaban arriba de los codos. Y el listón rojo por debajo de sus pechos no le dejaba apartar los ojos de ese lugar. Sin olvidar el dichoso broche, o mejor dicho un adorno discreto con diamantes incrustados.


* ¿Shirayuki?. *


Le preguntó al acercarse y ocupar el lugar a su izquierda.


* Por esta noche, llámame Rukia. *


Le dijo ella. Su voz era más grave de lo imaginó al verla.


* ¿Algún apellido?. *


Ella pareció dudar por un momento, más finalmente se decidió por ?Kuchiki?.


* Lista para esto, es decir. . . no quiero juegos sucios, me refiero a demandas y...*

* Tranquilo, Aizen-san, esta noche soy tu compañera, ese es mi papel, puedo acompañarte durante la cena y después marcharme, si así lo quieres. *


La voz de la pelinegra sonó tranquila en su pequeña explicación, luego apoyó una de sus pequeñas manos en el brazo del castaño, quien sintió una ligera descarga ante aquel simple contacto. De repente, sus pantalones estaban más apretados.


* ¿Y si quiero que te quedes hasta la madrugada?. *


Ella sonrió sutil ante la pregunta de su cliente, como si ya la esperase.


* Entonces, seré tuya hasta el alba. *


Aizen sonrió; las palabras de Kuchiki prometían una noche llena de placer. Sin decir más, le ofreció el brazo para que lo acompañase.
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Sosuke fue la envidia de muchos hombres. El mismo Gin no dejaba de ver con lujuriosa expresión a su compañera. De hecho, cuando la pelinegra fue al tocador, Ichimaru le confesó que él había querido tener la compañía de esa chica, pero por una u otra razón, no le había sido posible.


* Ni hablar, quizá para la próxima. *


Susurró el peliblanco.
Aizen torció la boca. No le gustó la imagen de Gin tirándose a Kuchiki. A Ichimaru no le pasó desapercibida la expresión de su socio, pero decidió que no era prudente presionarlo tanto.


Rukia volvió poco después, tomando su lugar junto al castaño, notando algo distinto en el ambiente.
Los hombres no decían nada, pero su actitud era sospechosa, como si tuviesen un secreto. . .


??Y yo fuera parte de él.??


Este pensamiento confundía a la ojivioleta, pues ella no los conocía. Al peliblanco lo había visto algunas veces con Rangiku, pero solo eso.

De pronto, Kuchiki dio un respingo. Aizen había posado una mano sobre su muslo, acariciando suave y lentamente, como calando el terreno, más no tardó mucho en tomar confianza y alzar la tela del vestido para sentir en la palma de la mano la suavidad de la piel femenina.
Rukia deslizó su pequeña mano sobre la de su compañero, entrelazando sus dedos para luego quitar la mano de Sosuke y dejarla sobre el muslo de este, soltándolo.


Aizen la miró sorprendido, sus ojos desteñidos. ¿No se suponía que él podía?, es decir, él pagó por ella. La mujer pareció leer la mente del castaño pues sonrió y le dijo. . .


* Por ahora solo soy tu acompañante, Aizen-san, así que, hasta que este evento termine. . . puedes ver, pero no tocar. Después, no sé...*


Luego le sonrió e inclinó la cabeza en un gesto sutil, pero que invitaba a un sin fin de posibilidades. La verga de Aizen se endureció todavía más.
Prohibirle algo a Sosuke Aizen, aunque fuese por unas horas o como parte de un juego. . . era un asunto peligroso, pero también entretenido y nuevo. Sosuke no recordaba la última vez que alguien le prohibió algo.


??Una mujer, ¡ jamás !, ésta es la primera vez.??


Con este pensamiento, Sosuke buscó la mano de la pelinegra, esta vez la llevó a sus labios, besándola con galantería mientras la miraba fijamente a los ojos.

Kuchiki se estremeció con aquel gesto, aunque logró disimularlo. Aquello implicaba un completo cambio de actitud del castaño con ella. Rukia no podía describirlo, solo lo intuía. Lo cierto era que Aizen, en ese instante, dejó de verla como un cuerpo que compró por un rato. En cambio veía a una mujer que le gustaba.
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Fue difícil resistir las siguientes horas. Sería la una de la madrugada cuando Sosuke por fin pudo retirarse, seguro de no molestar a ningún socio o futuro inversionista. Por fin estaba en una suite del hotel, Rukia estaba con él.


??Escapar para disfrutar de Rukia.??


Pensaba. Una sonrisa irónica cruzándole el rostro.

La verdad es que había disfrutado de la compañía de la pelinegra durante la gala. Debía reconocer que Kuchiki tenía unos modales impecables y sus pequeños diálogos cuando alguien preguntaba su relación con él, habían sido inteligentes y discretos. Conforme la velada avanzaba, el interés de algunos se centraba en ella y no en su relación con el castaño.


* Ya me estoy cansando de mirar. *


Susurró Aizen justo en el oído de la joven, quien sonrió traviesa.
Estaban solos, por fin, maldita sea. La noche había sido un martirio mientras aguardaba el momento de tener a la chica.


Sosuke la atrapó entre sus manos y comenzó a besarla de forma brusca, tanto que a Kuchiki le costaba jalar aire en los pocos segundos que él se entretenía en su cuello.


* Ma-matte, Aizen-san !. . . *


Pidió ella, apartándose ligeramente de aquel hombre, poniendo las manos en su pecho, como una barrera. Él frunció el ceño, otra vez le estaba prohibiendo algo. . . al principio estaba bien, pero ya se estaba aburriendo de ese juego.
Rukia debió notar algo en la expresión de Sasuke, porque una sonrisa le adornó rostro y luego le dijo. . .


* Déjame a mí. *


Tras aquellas palabras, la ojivioleta se paró de puntitas y desplegó pequeños y suaves besos sobre los labios de su compañero. El castaño se estremeció cuando sintió las pequeñas manos femeninas acariciar el bulto que se notaba en sus pantalones.
Con manos hábiles, ella desabrochó el zipper y liberó la verga, acariciándola con ímpetu mientras seguía compartiendo cortos besos con aquel hombre.


* Es. . . ¡ muy grande !. *


Le susurró ella, con los labios pegados a los del millonario sin dejar de recorrer con sus traviesas manos la longitud del miembro masculino.
Aizen sonrió y luego atrapó los labios de la joven en un beso profundo y demandante.


Rukia comenzó a pelear con las ropas de su acompañante, interrumpiendo el beso para deshacerse del saco y la camisa. Los pantalones cayeron al piso y Sosuke los hizo a un lado de una patada. Él no resistió la tentación de volver a besarla.
Ella se arrodilló frente a él, su boca justo frente a la verga del castaño.


Primero, un pequeño beso justo en la punta del pene, que brincó con aquel contacto. Luego, un lenta lamida justo donde el líquido pre seminal comenzaba a salir. Aizen apretó los dientes.
La pelinegra aun no hacía nada y ya lo estaba llevando a la cúspide del placer. . . se sentía como un adolescente en su primer encuentro con el sexo. Pero nada se comparó a sentir como su pene se perdía dentro de. . .


* Ma-maldición, ahh !!. . . *


Aizen echó la cabeza hacia atrás y empujó las caderas, penetrando en esa traviesa boquita.
Al instante, Rukia comenzó a hacerle una mamada, degustando cuanto podía de la verga de su cliente y liberándolo en ocasiones solo para lamer la punta con insistencia.
Aizen estaba en el paraíso, pero no quería terminar en la boca de Kuchiki.


??Eso será otro día, con más calma.??


Pensaba, mientras trataba de retomar el control de aquello. Fue un gran impacto ver como la pelinegra succionaba su verga. En su lindo rostro, más allá de la lujuria, veía el entusiasmo, el anhelo por aquella parte de su anatomía. También notó como la pelinegra se daba placer a si misma con sus dedos; hacer una felación, definitivamente la ponía. . .


* ¡ Basta !. * Le dijo firme, mientras alejaba su pene de aquella boquita cuya dueña se inclinó, como si no quisiera dejarlo ir. * Si continuas, me vendré antes de hacer contigo todo lo que tengo en mente. *


Aizen sonrió ante la expresión de la joven, quien lo miraba fijamente mientras hacía un puchero, reclamando en silencio.


* Ahora ven aquí. *


Dijo él, extendiendo la mano hacia ella, invitándola. Rukia sonrió, no una sonrisa de lujuria o satisfacción, solo una sonrisa que lo hizo estremecer.
Aizen se recostó en la cama, recibiendo a la joven entre sus brazos, sentada sobre sus caderas, piel contra piel, sin nada que separase sus sexos. . . en contacto total, rozándose sin pudor mientras se miraban con fijeza.


Sosuke quiso recostarla sobre la cama y cubrirla con su cuerpo, pero la ojivioleta se adelantó. . .


* No. . . déjame a mí. *


Le dijo ella nuevamente.
Aizen se dejó llevar. La última vez la dejó hacer su voluntad con él y lo llenó de placer.


* Muy bien. . . ¡ sorpréndeme !. *


Rukia sonrió ante aquellas palabras, luego obligó al castaño a recostarse de espaldas. Se desnudó con rapidez, sacó un condón de su bolso y con este cubrió la verga de su cliente, finalmente se acomodó encima de él, sentada sobre su pene.

Aizen esperaba que ella guiara la verga directo a su cálida vagina. . . sin embargo, lo que hizo fue guiarla a su ano. Ella fue bajando las caderas, clavándose a sí misma aquella barra de carne.


El castaño apretó los dientes al sentir que la punta de su pene hacia presión contra la pequeña entrada de la joven. No era fácil, ella era tan estrecha, además era Rukia la que dirigía todo.

Él fue paciente, lo más que pudo, pero no resistió mucho. Aquel espacio era tan apretado y cálido que Aizen no pudo más. . . sujetó a la pelinegra de la cintura y comenzó a marcar el ritmo, saboreando cada centímetro que avanzaba dentro de ella. La subía y bajaba con fuerza, cada vez más rápido.

Kami, ¡ era el cielo !. . . quizás el infierno, porque era una agonía que su pene fuese oprimido de aquella forma, además sentía como si el interior de la chica lo quemara.


Era la primera vez que Aizen tenía sexo anal, y debía admitir que le encantaba.
La pelinegra cabalgaba sobre la verga dura. Debía ser un gran esfuerzo para ella, pues su rostro estaba bañado en lágrimas, sin embrago, su expresión era de gozo.


??Está en el límite entre el dolor y el placer.??


Pensaba el castaño. Y era cierto, Rukia había estado con varios hombres, pero Sosuke Aizen era el más dotado de todos. Lo dudó un instante, si ella sería capaz de albergar en su interior aquel pene, pero también se excitó por la anticipación.


??¡ Dios, es tan grande !.??


Pensaba, ya de vuelta al presente.
Kuchiki se mordió el labio inferior y echó la cabeza hacia atrás, disfrutando de como aquel pedazo de carne viva forzaba su ano para llenarla de gozo.
Era delicioso sentir como su ano se abría más allá de lo normal y lograba aguantar aquella verga tan grande y dura.


* Ahh !, Ai-Aizen, ya !. . . *


La pelinegra se agitó sobre su cliente. Estaba a punto de venirse; quería que aquello durara más, pero el placer era muy intenso.
El castaño sonrió, él también estaba al límite. Con el dedo pulgar, Sosuke se dedicó a tallar con fuerza el clítoris de su acompañante. Rukia no pudo con la mezcla de sensaciones. . . su clítoris hinchado, lleno de placer, su ano, con la verga de Aizen totalmente clavada, el olor a sexo en la habitación, ¡ todo !. . .


* I-iku, iku, ahh !!. . . *


Gritó ella, en un orgasmo intenso mientras su compañero apretaba los dientes y alzaba las caderas, tratando de clavarse todavía más en aquel pequeño lugar. El interior de la pelinegra se hizo más estrecho, apretando la verga de Aizen, quien no pudo soportar el placer y se vino, llenando el condón con abundante esperma.


Rukia se dejó caer sobre el pecho de su cliente.
Respiraciones entrecortadas, mucho calor, sus cuerpos sudorosos y aun unidos, era tan. . . ¡ delicioso !. Ésta era la razón por la que Kuchiki había entrado en el negocio del sexo servicio. . . le gustaba, pero nunca había sido tan intenso como ahora.
Lo mismo pasaba con Aizen, quien por primera vez había tenido sexo anal.


??¡ Me encanta !.?? _Pensaba._ ??Y ansío hacerlo de nuevo.??


También quería hundirse en su vagina. Sosuke estaba planeando seriamente en volverse cliente frecuente de la pelinegra.
Podría comenzar ahora mismo, pues su pene estaba recobrando dureza.


* Vaya, eres insaciable, ¿verdad?. *


Preguntó ella, mientras veía como el castaño se deshacía del condón y se ponía uno nuevo.


* No sabes cuánto, pequeña. *


Aizen acompañó sus palabras con una estocada fuerte y profunda, ahora en la vagina de la chica, haciéndola gemir.

Las caderas de ambos pronto volvieron a agitarse con rapidez. Esto es lo que Aizen quería. . . nada de sentimentalismos, ningún compromiso. . . y sexo, mucho, mucho sexo salvaje e intenso. . . ¡ perfección !.



Sin finalizar.

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He aquí el capítulo que ha retrasado tanto este fic. . . me atoré años con él.
En parte fue la temática, pues a veces quería escribir sobre sentimientos, pero creo que sería bastante irreal.

Luego, recapacité, y recordé que muchas mujeres que se dedican al sexo servicio lo hacen amenazadas, obligadas y contra su voluntad.

Teniendo en cuenta lo anterior, no fue fácil encontrar una forma de continuar este capítulo.
Preferí que Rukia disfrutara de lo que hace (en el capítulo ^0^ ) y no tratar un pasado triste y cruel.
Como sea, es un tema muy difícil de tratar.


¿Dónde está Chappy? =^w^= .


C1: Coworkers. Office. Creampie.
C2: Adopted. House. Vanilla.
C3: Secretary. Office. Swallow.
C4: Student. School. Cunnilingus / Fingering.
C5: Maid. House. Vanilla.
C6: Model. House. Vanilla.
C7: Patient. Madhouse. Creampie.
C8: Call girl. Hotel. Anal.

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 15 de Abril de 2020.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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