Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 1 ::.



Una gran sonrisa adornaba el lindo rostro de la pelinegra, quien llevaba al menos cuatro bolsas llenas de artículos del conejo Chappy. Además, Renji también tenía las manos llenas con, según él, “ese montón de basura”. Sin mencionar el pesado estuche rígido de guitarra que llevaba en la espalda.


Pero un minuto después de salir de la tienda, la felicidad se borró del rostro de Rukia, siendo reemplazada por la preocupación y la seriedad.


Muchas miradas los seguían atentamente, vigilándolos y esperando el momento idóneo para lanzarse sobre ellos.


* ¿Ya lo notaste?. *

* Sí. Sigue caminando y finge que no te has dado cuenta. *


Fingir era sencillo para Kuchiki, mostrar emociones que en ese momento no sentía era lo más fácil, lo complicado era calmar las palpitaciones de su corazón. Estaba asustada al saberse en peligro, pero no lo aceptaría aunque así fuere.


““Tampoco quiero complicarle las cosas a Renji.””


Pensaba, sin poder evitar fruncir el ceño.
El pelirrojo era su mejor amigo, pero también era su guardián y él se tomaba su trabajo muy en serio.


Siguieron caminando unos minutos por el centro comercial, mientras el pelirrojo analizaba la situación. La sola idea de contactar a Kuchiki-sama y solicitar ayuda estaba descartada, ya que significaría que no era capaz de hacer bien su trabajo; sería muy humillante.

Tampoco quería involucrar a personas inocentes en una confrontación de la que ni siquiera sabía el motivo. Solo le quedaba una opción. . .


* ¡ Vamos al estacionamiento !. *

* Pero !. . . *

* Conducirás el auto sin detenerte por nada del mundo hasta que llegues a casa... me encargaré de esto !!. *

* Ni siquiera tengo licencia de manejo. *

* Tonta. *


Al Abarai se le escapó una pequeña sonrisa, pero esta se desvaneció casi al instante; la situación era muy grave.


* ¡ No te dejaré solo, Renji !. *


Le dijo Rukia con voz llena de seguridad y coraje; su amigo no respondió. Habían llegado al estacionamiento. . . se les acabó el tiempo.


* ¡ Ahora !. *


Susurró el pelirrojo, sin esperar a que la ojivioleta se quejase o lo contradijera otra vez. Renji soltó las bolsas y sacó una katana con el filo dentado, como una extraña sierra, del que se suponía era un estuche de guitarra, para luego lanzar este a su compañera. Todo en un par de segundos.


* Vete !. *

* Pero. . . *

* ¡¡ Que te largues !!. . . *


Gritó el joven de tatuajes, ya varias zancadas lejos de Rukia, quien ya había soltado sus bolsas de compras y solo abrazaba el estuche de guitarra; con los ojos desteñidos y aun con los pies clavados al piso.

Su mirada se llenó de coraje para luego emprender la huida, corriendo a toda velocidad; no tanto por hacer caso a las indicaciones de su amigo, sino más bien porque estaba segura de que era a ella a quien buscaban, así que la seguirían. . . y así fue.


En su mente, se amontonaban ideas de las posibles formas de salir de aquella situación.
Iría por el auto y regresaría por Renji, pero las cosas eran más difíciles de lo que había considerado, pues varios hombres le dieron alcance e intentaron atacarla blandiendo sus katanas.


* No estorben !!. *


Gritó la pelinegra al tiempo en que esquivaba los ataques de los extraños y los golpeaba con el pesado estuche, derribando a varios de ellos, pero estaba en desventaja.


““No tengo opción !.””


Tras este pensamiento, Kuchiki abrió el estuche y sacó una fina y delgada espada blanca. Segundos después le hizo frente a sus atacantes, dejando fuera de combate a algunos al asestarles un golpe con la espada, pero nunca en puntos vitales.


““Gomen-nasai !.””


Decía ella en su interior, cada vez que atravesaba a alguien con su katana, en su intento por llegar al auto.


Mientras tanto, de entre las sombras un par de ojos miel seguían cada movimiento de la chica, reflejando una mezcla de admiración y sorpresa.

Kurosaki Ichigo no esperaba que la joven supiese defenderse, mucho menos que fuera tan buena como para deshacerse de varios de sus hombres y sin necesidad de herirlos gravemente.
No lo admitiría, pero en ese instante, el pelinaranja estaba hipnotizado por los movimientos de la pelinegra.
Esa chiquilla saltaba y atacaba de forma grácil. Incluso, al bloquear los ataques, lo hacía de forma. . . elegante, por así decirlo.


Pero las cosas cambiaron en un par de segundos; un grito de dolor se escuchó no muy lejos de allí.


* Renji !! *


Susurró la chica; sus pupilas descoloradas por la sorpresa y el temor de que sus sospechas se tornasen reales. Rukia corrió de regreso donde su amigo pelirrojo.

Ichigo la siguió. No le gustaba nada la reacción de la jovencita, quien se volvió más agresiva cada vez que alguien la atacaba, deshaciéndose de todo aquel que trataba de impedirle reunirse con Abarai.




Kuchiki llegó a su amigo justo cuando uno de esos tipos lo había alcanzado a herir y lo desarmaba, arrojando lejos a Zabimaru.

La mente de la chica trabaja a mil y no se detuvo a analizar la situación. Se abrió paso entre algunos de los hombres, que por cierto vestían ropajes blancos, tocándolos apenas con su espada hasta llegar donde el pelirrojo y bloquear el ataque de su oponente.

Si hubiera demorado unos segundos, Renji habría sido cortado con la espalada de aquel desconocido.


A lo lejos, el Kurosaki observó cómo, con destreza, la jovencita desarmaba y se deshacía de Di Roy Rinker para luego postrarse frente a su compañero, quien yacía en el suelo, y lo protegía de cualquiera que intentase acercarse.
El pelinaranja no sabía que pensar; la mirada de la mujer brillaba llena de determinación. . . ella estaba dispuesta a matar. . . y a morir.


La situación llegó a una tensión tal, que todos los involucrados se quedaron estáticos, la pelinegra incluida, como tratando de anticipar el próximo movimiento de su enemigo.


Rukia estaba en una especie de trance, en su mente solo estaba la idea de defenderse y atacar. . . matar o morir. Todo aquel frente suyo era su enemigo, tenía que deshacerse de ellos, tenía que proteger a Renji; podía hacerlo, había sido entrenada. . .


““Nadie va a tocarle un solo tatuaje !.””


Pensaba Kuchiki, dispuesta a proteger a su amigo con su propia vida.




Mientras tanto, a la distancia, el pelinaranja dio la instrucción de no atacarla. Ella estaba en desventaja, así que no haría nada mientras los hombres mantuvieran la distancia.
Los planes del Kurosaki habían cambiado. . .



Sin finalizar.

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No es fácil describir batallas ¬¬'. Pero me gustó mostrar a Rukia involucrada en una.
Sé que esto va lento, pero quiero que conozcan la historia antes de lanzar a estos dos a la cama ^0^ .
También estoy ansiosa, pero ya falta poco.

_I LOVE ICHIRUKI_

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Publicado el 01 de Enero de 2017.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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