Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 3 ::.



* Entonces, ¡ tu amigo lo pagará !. *


Rukia tardó en reaccionar, cuando recuperó el control de sí misma, el pelinaranja estaba por salir de la habitación.


““Para deshacerse de Renji !!.””


Pensó, aterrada.
Ella no pudo, no quiso pensarlo. Su cuerpo, su mente. . . decidían por si solos a pesar de sentirse paralizada.


* ¡ Matte !. *


Gritó e inmediatamente después sujetó la mano del Kurosaki entre las suyas.


* Y-yo. . . *


Bajó la mirada, aferrando la mano, grande y fuerte, de su enemigo, entre las de ella, pequeñas y suaves. No podía hablar y temblaba ligeramente.
Estaba aterrada, por ella. . . pero más por su amigo pelirrojo.


Lucía tan frágil. Por primera vez, Ichigo la veía como la chiquilla que aún era. Estuvo a punto de retractarse de su amenaza y dejarla ir, pero ella se le adelantó.


* ¡ Seré tuya !. *


Le dijo, sin miedos ni titubeos, mientras lo miraba a los ojos fijamente y aferraba con firmeza la mano del Kurosaki.

Ichigo decidió. . . que ella se veía adorable. Por un instante, el pelinaranja deseó haberla conocido en otras circunstancias; que ella no fuese una Kuchiki, ni él un Kurosaki.
Desechó aquel pensamiento; ella había aceptado, ahora comenzaría la diversión. . .


““¡ Es tiempo de mi venganza !.””


Ichigo saboreó aquel pensamiento. . . mientras sus ojos recorrían, con lujuria, las suaves formas de la mujercita frente a él.
El Kurosaki alzó la mano derecha, posándola sobre la mejilla de su prisionera, acariciando con sutileza.


Los ojos violetas se destiñeron ante aquel toque. No creyó que ese bastardo pudiera tratarla con delicadeza. Las manos toscas se deslizaron por su cuerpo, delineando cada curva, ajustándose a su cintura.

De pronto, él se inclinó y atacó sus labios, devorándolos con su experta boca; besándola con brusquedad mientras buscaba la lengua de la pelinegra para acariciarla con la propia, ahogándola en un beso demandante y lleno de lujuria.


* ¡ E-espera, no !. *


La chica giró el rostro y rompió el beso. Respirando agitada, buscaba recuperar el aire que el pelinaranja le había robado mientras este no perdía el tiempo y ya llenaba de besos el cuello de la jovencita, mordiéndolo con ligera rudeza, dejando marcas rojizas.
Ichigo quería dejar su huella en esa deliciosa y perfecta piel blanca. Quería humillarla, a ella y a los Kuchiki.


““No soportarán la vergüenza de saber que la heredera de su clan ya es propiedad de un Kurosaki.””


Sin embargo, los pensamientos de venganza del pelinaranja se tornaron difusos tras la nube de deseo que los envolvió, a él y a la jovencita atrapada entre sus brazos.


* ¡ Ohh, mmm !. *


Y cuando la escuchó gemir de aquella forma tan sensual, Ichigo se olvidó de todo, hasta de su nombre. Solo existía la hermosa y delicada criatura junto a él. . . y quería tenerla, fundirse en ella.


* Oh, preciosa !!. *


Tras aquel susurro, los labios del muchacho no dieron tregua a la joven de ojos violetas y la devoraron con besos profundos y exigentes. El pelinaranja nunca había deseado a una mujer como deseaba a la pelinegra.


Las manos toscas del Kurosaki se perdieron bajo la falda escolar de Rukia, quien se estremeció al sentir las caricias de ese desconocido sobre sus muslos; por un momento quiso empujarlo, alejarlo de si, pero no podía moverse, estaba congelada y no por miedo. Era solo que el toque de ese hombre era. . . maravilloso.


““¡ Y quiero más !.””


Pensaba ella, mordiéndose el labio para tratar de resistir aquel deseo prohibido.
Otra de las manos del pelinaranja delineó las curvas de la chica hasta posarse sobre el pecho izquierdo, amasándolo por encima de las ropas para luego perderse bajo el sostén. Ichigo pellizcó el duro pezón y lo rotó suavemente con los dedos, enviando descargas de placer a todo el cuerpo de la ojivioleta.


* Oh, I-Ichi. . . aahhh. *


Rukia gimió con agrado ante lo que el Kurosaki le provocaba a su cuerpo. Y el pelinaranja enloqueció de deseo al escucharla.
Con brusquedad, llevó a Rukia a la cama y él se arrodilló sobre ésta para deshacerse de la estorbosa ropa de la jovencita. Desgarró el uniforme escolar, dejando a Kuchiki expuesta ante él, tan solo en ropa interior.


* Interesante elección. *


Le dijo Ichigo; un pequeña sonrisa adornando su apuesto rostro.
Rukia reaccionó al comprender sus palabras. Ese día se había puesto las bragas y el sostén de chappy el conejo. Cruzó los brazos sobre sus pechos y bajó la mirada, avergonzada. Al pelinaranja le encantó el carmín en las mejillas de la chica.

En aquel momento, la pelinegra se veía tan pequeña y vulnerable. . . y el Kurosaki no entendía la repentina y fuerte necesidad de protegerla, de todo y de todos.


Ichigo torció la boca, se suponía que ella pertenecía al clan Kuchiki, aquella familia que le había destrozado la vida. Hacerla suya era pura venganza. Con su odio renovado, el pelinaranja se posó sobre la jovencita, sujetándole los brazos con brusquedad y obligándola a mostrarle su lindo cuerpo.


Aquel movimiento logró que Kuchiki volviese a mirarlo con rencor, mientras él la miraba con burla y superioridad. Miel versus violeta en una batalla que ninguno pretendía perder y que los hacía odiarse más.


Disfrutando de su ventaja, Ichigo frotó la pelvis contra la vulva femenina, protegida por las braguitas con conejitos.


* Ma-matte, ahhh !!. *


Rukia se arqueó para luego retorcerse bajo el cuerpo del Kurosaki; tratando de escapar, de alejarse de ese hombre y de todas las sensaciones que provocaba en ella.


* ¡ Quieta pequeña !. *


Le dijo él mientras, con una mano, le sujetaba los brazos sobre la cabeza y se posaba entre sus perfectas piernas. Deslizando su mano libre por los contornos de aquella silueta tan divina. Estrujó los pechos, pequeños pero redondos y firmes, acarició el vientre plano... y la vulva.

Haciendo a un lado las bragas, Ichigo se dedicó a acariciar aquella zona tan delicada y sensible. Un choque eléctrico recorrió a la pelinegra.


* ¿Qué haces?!, no !!. . . *


Rukia se agitó, tratando con todas sus fuerzas de detener aquello, pero el bastardo de cabellos naranja era muy fuerte y solo logró que el maldito se acomodase detrás suyo, manteniéndola sobre su costado derecho, mientras sus dedos volvían a acariciar su intimidad.


* Eres tan suave !. *


Ichigo susurró justo en su oído para luego morderle la oreja, haciéndola estremecer.
Kuchiki se mordió el labio inferior.


““Esto no puede estar pasando, ¡ no !.””


Pensaba ella, sin saber qué hacer. Debía resistir. . . por Renji. En su mente, la imagen del pelirrojo, herido e inconsciente.
Más de pronto, esa imagen se fue borrando. Apretó los ojos con fuerza. . . el dedo medio del pelinaranja se había perdido dentro de la vagina de la ojivioleta, quien no pudo reprimir un gemido de placer, leve, casi inaudible. . . casi.


Los ojos del Kurosaki se oscurecieron, hechizado por la imagen de aquella linda mujercita, sometida por él.
Entonces volvió a besarla, ahora con pasión, mientras su dedo entraba y salía de la ya resbaladiza vagina de la pelinegra, quien se reprendía a si misma por excitarse ante el toque de aquel hombre.


El beso se tornó más profundo y apasionado, más aun cuando la lengua del pelinaranja invadió la boca de la ojivioleta, buscando la de ella. Rukia se resistía mientras pensaba que nunca la habían besado de esa forma. Estaba mareada y se sentía como en un sueño.


““Uno muy erótico.””


Pensaba, cada vez más concentrada en el dedo que frotaba su interior, proporcionándole un placer que no deseaba, pero que no podía resistir.


Poco a poco, Kuchiki se dejó llevar por las sensaciones y dejó de forcejear, siendo ya solo consciente del dedo que entraba y salía de ella. Era. . . excitante y muy placentero.
El cosquilleo que le producía era ya insoportable y el Kurosaki le metía ahora dos dedos con más fuerza y rapidez; la ojivioleta no pudo soportarlo más. . .


* Ahhh !!. *


La chica rompió el beso y gritó de gozo ante la avasalladora sensación de su primer orgasmo. Su vagina palpitaba y se apretaba en torno a los dedos del pelinaranja mientras estos aun entraban y salían de ella.


Ichigo quedó hipnotizado por aquella imagen, la de una Rukia apasionada y entregada. . . no pudo esperar más para poseerla.

En instantes, el pelinaranja se despojó de sus ropas y de un tirón, hizo trizas las bragas de conejitos de la pelinegra. Ichigo se acomodó entre las piernas de Kuchiki, penetrándola de una sola embestida; estaba desesperado por entrar en ella, por sentir su íntimo calor.


El Kurosaki esperaba ver en el rostro de la chica, el mismo placer de cuando sus dedos habían jugado en su interior, incluso más. Pero en cambio. . . ella soltó un grito adolorido, apretaba los ojos y se mordía el puño con fuerza. Su rostro de lado, evitando a toda costa mirarlo a los ojos.


* ¿Rukia?. *


Nada, solo silencio.
Kuchiki negó con la cabeza; el pelinaranja estaba confundido. Ella debería estar gritando de placer, moviéndose bajo su cuerpo, buscando ser penetrada con mayor fuerza. Pero en cambio yacía inmóvil y en su rostro una mueca de dolor era lo que había.


* ¿Qué pasa?. *


Ichigo torció las cejas, no podía haberla lastimado. Bajó la mirada justo a la unión de sus cuerpos y sus pupilas se destiñeron por la sorpresa. Un hilillo de sangre escurriendo de la intimidad de la pelinegra.


* ¿Eras virgen?. *



Sin finalizar.

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Ichigo fue muy rudo >.< . Pero tampoco es inmune a Rukia 0v0 .

Hay una historia de odio entre estas dos familias que pretendo desarrollar, al menos un poco. Aunque el lemon me distrae 0¬0 .

_I LOVE ICHIRUKI_

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Publicado el 01 de Enero de 2017.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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