Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 5 ::.



Rukia estaba tan hundida en su tristeza, que no escuchó a Ichigo salir de la ducha, ni que se acercaba a ella. . . hasta que la alzó en brazos.


* ¿Qué haces?. *

* Mimarte. *

* Mi. . . ¡¿qué?!. *


Como respuesta, el pelinaranja le robó un beso mientras entraba con ella en el baño y, con cuidado, depositaba a Rukia dentro de la tina. Kuchiki se estremeció ligeramente al entrar en contacto con el agua caliente.

No se fijó mucho en los movimientos del Kurosaki hasta que este se reunió con ella en la tina. Lo tenía justo detrás suyo, totalmente pegado a su espalda; podía sentir la verga en contacto con su trasero.


* ¿Qué tal el agua?, ¿está muy caliente?. *


Rukia bajó la mirada, al tiempo en que abrazaba sus rodillas, tratando de ignorar al pelinaranja. Debería odiarlo, pues no solo la secuestró y la chantajeó, había lastimado a Renji y para colmo la había violado.


““Tonta, disfrutaste aquello. . . de ninguna forma podría considerarse violación.””


Pensó. A fin de cuentas, se había entregado totalmente a él.


* ¿Te arrepientes?. *


La pelinegra se estremeció; sus ojos descoloridos por la sorpresa. ¿En verdad él le estaba preguntando eso?. Bueno, se odiaba a si misma por ser tan débil y se avergonzaba por su reacción tan desinhibida y lujuriosa.


““Dios, terminé rogándole, exigiéndole.””


Recordó.
¡ Pero había sido estupendo !. Debería, pero... no, no estaba arrepentida.


* Déjame sola !. *


Más aquello fue lo único que emergió de sus labios.
Ichigo frunció el ceño. Sin mediar palabra, tomó una toalla e hizo que Kuchiki se inclinase sobre el borde de la tina.


* ¡¿Qué haces?!, no !!. . . mmm !. *


Rukia gimió al sentir como el pelinaranja frotaba la toalla entre sus piernas, lo hacía con delicadeza para eliminar todo rastro, al menos físicamente, de lo que él le arrebató.

Kuchiki apretó los ojos. Se moría de vergüenza de que él le hiciera aquello, pero también sentía cierto alivio. Era como si el Kurosaki quisiera curar la herida y compensarla de alguna forma. En realidad, lo que Ichigo quería era comprobar que tan dolorida estaba ella.


* Ven aquí. *


Le susurró, sujetándola por la cintura y guiándola para sentarla encima suyo. Rukia dio un respingo cuando su traserito quedó en contacto con la erección de su carcelero. Luego sintió como la mano del pelinaranja se perdía entre sus piernas y hurgaba en su sexo hasta encontrar el clítoris, el cual talló con delicadeza, pero insistentemente.


Rukia cerró las piernas para evitar que el pelinaranja siguiese tocándola, pero lo único que logró fue que los dedos del chico se perdieran aún más en su interior. Ella se arqueó, no pudiendo controlar la oleada de gozo que la recorría gracias al toque de su forzado compañero.


* Ma, matte !!. *

* ¡ Oh, preciosa !. *


Ichigo le mordió la oreja, provocando una corriente de placer extra en la chica, quien dejó de resistirse cuando sintió la otra mano del ojimiel, apretando con ansias su pecho izquierdo.
Rukia se rindió al placer después de largos minutos de estimulación. Se arqueó nuevamente ante el orgasmo que la invadió mientras Ichigo la miraba endiosado y al límite. . .


El pelinaranja no pudo contenerse más, la penetró de una sola vez, sintiendo al instante las fuertes contracciones de la piel femenina, que apretaba su pene sin piedad.

Ichigo se aferró a las caderas de la joven, permaneciendo inmóvil ante la deliciosa tortura a la que estaba siendo sometido.
Cerró con fuerza los ojos, dudando ser capaz de controlar su propio placer; cuando las pulsaciones intimas de la pelinegra se tornaron más suaves y delicadas, el Kurosaki fue consciente apenas de que su verga estaba totalmente enterrada en la vagina de su compañera.


““Soy un maldito bruto !.”” Pensaba, un tanto arrepentido por la poca delicadeza con la que había tratado a la jovencita entre sus brazos. ““¡ Pero se siente tan jodidamente bien !.””


Ichigo estaba más que complacido de ver y sentir como Rukia se abría y amoldaba perfectamente a él.
Perdido en la lujuria, el Kurosaki levantó la pelvis, golpeando el interior de la ojivioleta, enviando cargas de placer.


* Aahh !, oohh !!. *


Ella gimió, y fue el sonido más dulce y sensual que él hubiese escuchado en su vida, así que volvió a alzar las caderas, causando un roce placentero entre su verga y la vagina de su compañera.

Pronto, el ritmo se hizo constante e Ichigo estaba concentrado en penetrar a la chica; nada más ocupaba su mente, no había cosa más importante en la vida que eso. Entonces la sintió lanzar las caderas al encuentro de su pene.


Una sonrisa llena de satisfacción se dibujó en el rostro del Kurosaki, quien poco a poco dejó de moverse. Le encantó comprobar que la pelinegra seguía subiendo y bajando sobre su verga. Más de pronto ella se detuvo, siendo apenas consciente de que era ella quien buscaba ser penetrada.


* ¿Sucede algo?. *


Kuchiki no respondió a la pregunta del bastardo que seguía bien clavado en ella y que al parecer quería burlarse de ella. Inmóvil, Rukia le daba la espalda y se mordía el labio, sintiéndose humillada.


* Por favor, sigue. * Le dijo él. Ella se estremeció ligeramente ante aquellas palabras. ¿Se lo pedía de favor?. * No me dejes así. . . duele !. *


La pelinegra hizo un puchero. ¿Él le hablaba de dolor?. . . ¡ maldito imbécil !.
Kuchiki estaba a punto de alejarse y dejar con las ganas al pelinaranja, pero entonces sintió como él volvía a moverse, golpeando con la punta del pene la entrada de su útero.

Rukia se quedó inmóvil, sus ojos descoloridos. Aquello había sido. . . intenso.
Luego otra embestida más y pronto Rukia volvía a cabalgar a Ichigo, quien pasivo, disfrutaba de la imagen y la sensación, aunque no tardó en unirse a la joven en una danza fuerte y rápida, en la que el choque de sus caderas era el paso principal.


En cuestión de minutos, la ojivioleta se hallaba gimiendo y jadeando con cada embestida del Kurosaki.


* Así, enana. Es para ti. *

* ¿Para mí?. *

* Solo para ti, aahh!!. . . *


Aquellas palabras encendieron aún más la lujuria de la pelinegra, quien se movía sobre aquel pedazo de carne, concentrada solo en la sensación de ajustarse al pene del pelinaranja y el delicioso roce entre este con su interior.


Rukia se entregó a ese hombre una vez más y sin importarle nada, solo ella y él. . . y sus sexos ensamblando perfecta y exquisitamente.
Ichigo apretó los dientes al sentir como la vagina de la pelinegra se cerraba más estrechamente en torno a su miembro, era una dulce agonía a la que no iba a renunciar.

Pronto, las penetraciones se hicieron más bruscas y rápidas.


* Oh, Ichigooo !!, aahhh !! . . *


Rukia fue la primera en caer al vacío. El placer de la joven se desató en intensas pulsaciones que arrastraron a Ichigo con ella. Era como si la pelinegra se derritiera en torno a él.


* Rukiaaahh !!. *


El Kurosaki prácticamente rugió el nombre de su compañera al tiempo en que se aferraba a los redondos pechos de ésta y se vaciaba en su cálido interior. . .


Kuchiki quedó lánguida sobre el ojimiel, ambos respirando agitados con el agua y la espuma cubriéndoles la mitad del cuerpo. . . y él aun clavado y duro dentro de la chica.



Sin finalizar.

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A pesar de ser un capítulo corto, creo que hubo intensidad ^¬^ .

Sé que Ichigo ya no se muestra tan vengativo, pero es que, para mí, el Kurosaki no puede resistirse a su atracción por Rukia.

No importa el universo alterno que imagine para ellos, así los veo.
Aun en el anime y manga, yo veo puro silencioso ichiruki 0v0 .

_I LOVE ICHIRUKI_

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Publicado el 01 de Enero de 2017.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.

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