Por:
Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
.:: Capítulo 6 ::.
* Lo prometiste !. *
La voz de Rukia sonó acusadora. No solo sus palabras, aquellos ojos violeta también lo miraban acusadoramente.
““¿En verdad le prometí que vería a su amigo?.””
Se preguntaba el pelinaranja. Había dicho muchas cosas mientras la hacía suya. Le habría dicho cualquier cosa con tal de seguir disfrutando de su lindo cuerpo.
Pero Ichigo no quería arriesgarse a, que una vez reuniéndose con el pelirrojo, la chica escapara.
* Te dije que una semana. *
* Sí, pero anoche. . . *
* ¡ Anoche fue maravilloso !. *
Le decía el Kurosaki, al tiempo en que la atrapaba entre sus manos, y su mano derecha apretaba con descaro el trasero de la joven.
* Ichigo !. *
De alguna forma, aquello rompió la tensión entre ellos, quienes rieron aun en brazos del otro.
*Tengo cosas que hacer, te veo luego, ¿sí?.*
* Pero, Renji. . . *
* Él está bien, lo verás más tarde. *
* ¿Cuándo?. *
““Nunca.””
Pensó el de cabellos naranja, pero no dijo nada y salió de la habitación, dejando a Rukia muy confundida. Ella tardó varios minutos tratando de decidir qué hacer.
Estaba sola en la habitación de Ichigo, podría salir a recorrer el lugar, pero lo único que cubría su cuerpo era una de las camisas del Kurosaki, una que le llegaba hasta las rodillas, por cierto.
En ese momento, un par de golpes suaves sobre la puerta hicieron que Kuchiki diera un respingo.
* ¿Sí?. *
Una hermosa mujer de largos cabellos verduzcos abrió la puerta; su lindo rostro era adornado por un amplia sonrisa.
* Pero si eres adorable !. *
Apenas dijo esto, la mujer atrapó a Rukia en un estrecho abrazo, frotando su mejilla contra la de la pelinegra.
* Am, disculpa, ¿quién eres?. *
* Oh, cierto. . . mi nombre es Nelliel Tu Odelschwanck. *
* Tu Odel. . . ¿qué?. *
* Solo llámame Nell. *
La peliverde seguía sonriendo, era una expresión muy contagiosa y los labios de Rukia terminaron por formar una pequeña sonrisa, aunque el gesto se borró ante las palabras de Nell.
* ¡ Parece que una dura batalla se libró en esta cama !. *
El rojo en las mejillas de la pelinegra se tornó intenso. Kuchiki desvió la mirada, apenada al apenas percatarse de que era obvio lo que ella y el pelinaranja habían hecho en esa habitación.
* Me alegro por Itsigo. *
* Itsigo?. *
* Sí, es un buen chico y necesita a alguien. *
Rukia dobló las cejas mientras miraba a la peliverde, quien ahora estaba frente al closet, buscando quien sabe que cosa. De pronto se sintió incomoda y ansiosa, pero la curiosidad pudo más.
* Nell. . . ¿Ichigo y tú?. . . ya sabes. *
La mujer de grandes pechos se giró a verla sin comprender, hasta que varios segundos después su mente pareció hacer click.
* Jajaja, ¡ no !. Somos buenos amigos, nada más. Y. . . yo ya tengo a alguien. *
La última frase la pronunció con orgullo y alegría. Kuchiki se decía a si misma que no era alivio lo que sentía, no había forma de que se sintiera aliviada. . . ese secuestrador pelinaranja no le interesaba.
* Por cierto, Itsigo me pidió que te acompañara y te consiguiera todo lo que necesites, pero. . . * Nell posó su verde mirar sobre Rukia, como escaneándola. * Así no puedes salir y aquí no hay nada que te quede. Traeré algo de Lilynette. . . espera aquí, no tardo. *
La pelinegra se quedó inmóvil en medio de la gran habitación, mirando la puerta por la que Nell acaba de salir. Estaba confundida, ¿Quién era esa mujer tan hermosa?.
““Una mujer con ese cuerpo no puede ser solo una amiga.””
Pensaba la ojivioleta, frunciendo el ceño sin ser consciente de ello. Luego, sus cejas se torcieron con enfado y su ceño se frunció aún más al recordar algo que la peliverde mencionó.
““Lilynette, ¿cuántas chicas hay aquí?. . . ¿y cuál es su relación con Ichigo?.””
Kuchiki no pudo quitarse de la cabeza esa pregunta.
~*~
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Rukia miraba pasar a las personas que caminaban frente al Starbucks donde ella y Nell disfrutaban de un frappé, mientras descansaban de lo que la peliverde llamaba “terapia de compras”.
Había un montón de bolsas esparcidas a los pies de la pelinegra, todo era para ella, Nell solo había adquirido un vestido color celeste. Cada vez que la pelinegra se negaba a probarse ropa o accesorios, Nelliel decía siempre lo mismo.
* Itsigo me dio instrucciones precisas. . . todo para Rukia. *
Kuchiki se sonrojó de solo recordar, pues el pelinaranja le dijo eso mismo durante la noche, aunque refiriéndose a algo totalmente distinto.
* Te hablo, Rukia. *
* Ah, di-disculpa. . . ¿qué pasa?. *
* Te preguntaba si habías estado antes en Karakura. * La peliverde hizo un puchero al percatarse que la ojivioleta apenas y le prestaba atención. * Estás distraída. *
Kuchiki apartó la mirada ante aquella afirmación. Si la situación fuese distinta, sin duda estaría encantada de compartir un día de compras con una amiga. Sin nada que la preocupase, tan solo charlando y riendo de cualquier cosa.
Ese era, de alguna forma, un sueño que no había podido cumplir hasta ese instante, al menos de alguna forma. Pero ahora no podía disfrutarlo.
““Yo estoy aquí, tan tranquila, se me está concediendo todo capricho que tenga, mientras Renji. . . ni siquiera sé si él está bien. ””
* Rukia?. *
* Ah, ¿qué cosa?. *
Nelliel entrecerró los ojos, molesta porque volvía a ser ignorada.
* Te preguntaba cómo fue. *
* ¿De qué hablas?. *
La peliverde sonrió picara.
* Tu noche con Itsigo !. *
* ¡¡¿Qué?!!. *
La pelinegra tosió, atragantándose con el café. Estaba sorprendida porque su compañera resultó ser muy directa.
* No voy a hablar de eso. *
* Oh, vamos. . . dame detalles. ¿Es dominante, apasionado?. . . violento? *
Nell no paraba de preguntarle con cierto entusiasmo, inclinándose sobre la mesa hasta arrinconar a Kuchiki contra la silla. Rukia sonrió incomoda.
* Bueno, él. . . es todo excepto violento. *
* ¿En serio?. *
La ojivioleta desvió la mirada al tiempo en que un ligero rubor cubría sus mejillas.
* Es. . . muy posesivo. *
* Vaya, ¿quién lo diría?. *
La peliverde volvió a sentarse, analizando a la mujer frente suyo. Nelliel conocía muy bien al Kurosaki y podría describirlo de muchas maneras, pero posesivo no era una de ellas. De hecho, conocía a algunas de las ex amantes de Ichigo y ninguna le había dicho que el pelinaranja fuese posesivo.
““Recuerdo que una trató de darle celos y a Itsigo le importó tanto como la novela de las siete.””
Nell sonrió ante ese pensamiento. Ichigo Kurosaki era un amargado, serio, amable, aunque muy a su manera, perfeccionista. Pero posesivo. . . nunca.
““Hasta ahora.””
* Regresemos, puede que ya te haya acaparado mucho tiempo. *
A pesar del tono juguetón de la peliverde, Kuchiki asintió sin decir palabra alguna. Estaba ansiosa por volver.
““Podría ver a Ichigo.””
Pensaba. Luego sacudió la cabeza para alejar esas loas ideas. El pelinaranja era quien menos debía importarle.
* Quizás ahora si pueda ver a Renji. *
Rukia susurró para sí, aunque su compañera logró escucharla y sin embargo fingió no hacerlo.
Si el pelinaranja en verdad era posesivo con esa chica, dudaba mucho que le permitiese ver a su amigo.
Nelliel prefirió guardarse ese pensamiento. Esa chiquilla tenía muchas cosas por las que preocuparse y ella no quería alarmarla.
Eso sería algo con lo que Ichigo tendría que lidiar.