||  ELLA ES. . .   ||

     Por: Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
         .:: Capítulo 4: Tiempo compartido ::.



Tomaban un baño juntos en el jacuzzi y él acariciaba su bello cuerpo por debajo del agua.

Ichigo no paraba de besarla; creía que después de aquella noche, Rukia ya no querría absolutamente nada con él y, sin embargo, aquí estaban ahora, acariciándose mutuamente mientras el agua se mecía en un sutil oleaje que los relajaba y excitaba al mismo tiempo.

Entonces, la pelinegra dejó de ser pasiva y en un inesperado movimiento, se sentó sobre las caderas de Kurosaki, quién la miraba embelesado y con satisfacción.


""¿Por qué será tan posesiva?. . . ¿habrá sido así con otros hombres?.""


Pensaba el muchacho.

Y hubiese seguido divagando un poco más en su relación con la chica, si ésta no hubiese comenzado a lamer y morder suavemente su oreja izquierda.


* Estás muy distraído, ¿en qué piensas?. *


Rukia le susurró al oído, haciéndolo estremecer con su cálido aliento.

En ese momento, el pelinaranja no se pudo controlar, estrechó firmemente a la chica y, acercando su boca, mordió la blanca piel del cuello de su amante. Con pasión, con verdadero frenesí, obligándola a gemir agradada, sorprendida y excitada.


* En ti, solo en ti !. *


Le dijo él entre besos; sus grandes y ásperas manos recorriendo la delicada piel de la mujer, hasta aquel par de dibujos que iniciaban al terminar su espalda; apretando las generosas porciones de carne.

Y sus labios, ah !, sus labios que ya habían abandonado su cuello y se posaban ahora en el seno derecho de una Rukia que gimió placenteramente al sentir como el muchacho mordía y succionaba de su duro pezón, como pequeño niño amamantando para extraer su alimento, más este era ya un hombre, quien solo alimentaba su deseo, la lujuria.

Kuchiki arqueó la espalda, echando hacia atrás la cabeza, haciendo más fácil la labor de su compañero, que alternaba entre un pecho y otro, saboreando la lechosa piel y disfrutando de los gemidos que Rukia le regalaba.

Ichigo se mantuvo entretenido por largo rato, besando y lamiendo suave y tiernamente cada uno de los senos de la chica y, también, mordiendo y succionando con desesperación, complaciendo a su compañera y por supuesto a sí mismo.

Sus manos palpando, recorriendo cada fina curva de tan bello cuerpo, aquel que él tanto amaba. La miró a los ojos, ¡ qué bella expresión la de Rukia !. . . suplicante y llena de placer.

Una idea le vino a la mente, haciéndolo sonreír con malicia.

Sin mediar palabras, tomó a la chica por las caderas, sentándola al borde del jacuzzi.


* ¿Qué pretendes, hombre?. *


Preguntó ella con voz cómplice, fingiendo inocencia, mientras se recargaba sobre el húmedo y frío azulejo.


* Tan solo algo que sé que te gustará. *


Un leve escalofrío recorrió la espalda de la pelinegra al oír las palabras de su compañero.

Sonrió ansiosa y se entregó a los brazos de este hombre.

Ichigo no tardó en acariciar las rodillas de la chica sentada frente a él, separando luego las sensuales piernas para descubrir la intimidad de la joven.

Y ahí estaba Rukia, respirando agitada de solo ver como su amante la observaba con detenimiento; había admiración en sus ojos miel, sin mencionar la lujuria y la pasión.

La mujer vio atentamente como el muchacho escondía la cabeza entre sus piernas. Luego, un pequeño choque eléctrico la recorrió entera.
El sentir como Ichigo clavaba dulcemente esa traviesa lengua en su intimidad, recorriéndola con paciencia, lamiéndola entera, separando cuidadosamente los pliegues para poder disfrutar más de ella. . . era hermoso.


* Ahhh, Ichigoo !. . . *


La ojivioleta hubiese querido alargar aquel gemido, pero esos labios aprisionando su clítoris casi la hicieron desmayarse. No sabía que el pelinaranja fuese tan apasionado.


""¿Será así solo conmigo?.""


Se preguntaba, recordando que había conocido a algunas de sus novias. . . Senna, Nelliel. . . ¿cómo olvidarla?, si la detestaba.

Jamás supo por qué, pero nunca le agradó encontrarse con ella en la casa de los hermanos Kurosaki, lo cual era muy frecuente.

Más ahora comprendía la razón. . . estaba celosa. Porque esa mujer era muy melosa e Ichigo había dejado de mirarla a ella.


""Pero ahora. . .""


Rukia sacudió suavemente la cabeza.

¿Para qué recordar cosas que habían sucedido varios años atrás?. Ichigo era suyo ahora, todo suyo y solo tenía ojos para ella, la miraba a ella, solo a ella.

Así, el cuerpo de la mujer se relajó, disfrutando la forma en que el muchacho deslizaba su lengua, acariciando con insistencia el botoncito que coronaba la entrada de su sexo.


* Aahh, mmm !. . . *


Ichigo estaba satisfecho de oírla gemir de forma tan sensual, cosa que lo incitaba a continuar. Más pronto los bocados que daba al sensible sexo de la chica se volvieron más desesperados.

Kurosaki estaba hambriento de ella y quería disfrutarla al máximo una y otra vez.

Succionó el clítoris de la pelinegra, sintiendo como ésta se retorcía agradecida por ello, pues pequeñas convulsiones de placer la habían recorrido al sentir el orgasmo.


* Ichigo, e-eres perverso !!. *


Rukia casi le gritó, arqueando la espalda y echando la cabeza hacia atrás, posando las manos sobre los cabellos naranja de su amante, intentando retenerlo entre sus piernas, que siguiera prodigándole placer.

Cansada, Kuchiki se dejó caer sobre las tibias aguas del jacuzzi, siendo recibida entre los fuertes brazos del pelinaranja, quien la llenó de besos y caricias.


* No sabes. . . * _Le hablaba entre besos._ * Cuanto te amo, Rukia. Eres, eres. . . * _Muchas palabras iban y venían en su mente, pero solo dos pudieron describirla en ese momento..._ * ¡ Exquisitamente perfecta !. *


Rukia no sabía que tenía este hombre que la estaba volviendo adicta a él.

Entonces, deslizó sus suaves manos, tocando cada músculo, cada rincón de aquel cuerpo inmenso en comparación con el de ella.

Posando sus dulces labios en su perfecto torso, mientras sus manos, ansiosas, no perdían tiempo y ya se encontraban rodeando el pene del muchacho, sintiendo su dureza, su fuerza, la caliente piel que parecía vibrar con cada roce de su mano. . . su vitalidad y, por supuesto, sus ansias por entrar en ella.

Pero Rukia quiso esperar un poco. Quería hacerlo vibrar, que suspirase las cinco letras de su nombre y lo hizo. . . la seda de sus manos lo acariciaban con paciencia, disfrutando de la dureza que ella misma había provocado.

Lo seguía palpando, de arriba a abajo y viceversa, descubriendo la punta del pene, cubierta por la delgada piel, mientras ambos compartían pequeños besos.


* Ru, Rukia !. *


La chica sonrió con malicia al escuchar a su amante gemir entre sus labios; quizás ya lo había torturado suficiente.

Así, subiendo su pierna derecha a la altura de la cadera del muchacho, sujetó firmemente el miembro del pelinaranja y lo guio con tranquilidad a la entrada de su vagina.

Rodeando el cuello de Ichigo, liberó por fin aquel pene de la prisión que sus manos ejercían en él.

Ichigo, al sentir los suaves pliegues del sexo de su amada, deslizó la punta de su verga por toda la parte externa de la abertura, con lo que la ojivioleta soltó un gemido cargado de placer, directo al oído de su compañero.


* Supongo que ya podemos continuar. *


Dicho esto, el joven sostuvo la cintura de la chica, preparándose para entrar en ella.

Empujó suave, tranquilo, pero firme y constante. Cada vez sus embestidas eran más profundas, con cada centímetro que él se adentraba en ella, la chica gemía más y más, entregada por completo al placer.

El sutil oleaje provocado por sus cuerpos en movimiento, relajaba a los amantes, regalándoles un gozo extra.


* Ahh, Ichigo. . . jamás te detengas !. *


Le dijo Rukia.

Algo en esas palabras hizo que el corazón del pelinaranja latiera con mayor fuerza, mientras compartían cortos besos al tiempo en que sus caderas subían y bajaban en una danza de lujuria y amor.

Para él era simplemente el paraíso, su nube personal de la que se negaba a bajar jamás.

Rukia entre sus brazos, él dentro de ella. El ritmo era suave, tranquilo, pero profundo y apasionado, siempre manteniendo un beso igualmente tranquilo, tratando de prolongar esto.

No importaba que esto no fuese alocadamente rápido, igual era delicioso el roce con la suave piel interna de la joven mujer, que abrazaba y apretaba su verga. Kami !!. . . era el delirio.

Pronto, roncos gemidos escaparon de labios de Ichigo; abrió los ojos, encontrándose con la inigualable imagen de la pelinegra, quien respiraba agitada, su lindo rostro matizado en rojo y sus ojos entrecerrados, completamente indefensa ante los choques eléctricos de placer que la recorrían entera.


* Oh !, Ichigooo !!. . . *


Alcanzó a decir, abrazándose a él, meciendo sus caderas un poco más hasta que un cosquilleo terminó en una ruptura de placenteras sensaciones.

La vagina de Rukia se contraía, apretando con fuerza el pene del hombre que la poseía, queriendo no solo retenerlo dentro suyo, sino también hacerlo derramar su esperma, exprimiéndolo.

Ichigo no pudo más; rodeó la estrecha cintura de su compañera, buscando sus labios para besarla con hambre, hambre de ella, de su perfecto cuerpo, de su amor. . . jadeó entre los labios de la pelinegra, sin atreverse a romper el beso, entonces liberó el semen retenido y que era para ella, solo para ella.

Siguieron meciéndose suave y tranquilamente, cómo un pequeño juego para relajarse, tan solo para eso, además de que aún les producía cierto placer.


* ¿Nunca te cansas?. *


Preguntó la ojivioleta, regalando pequeños y dulces besos en todo el rostro de su amante pelinaranja.


* No contigo, enana. *

* Ja, ja, ja. . . tonto, enamorado. *


Ichigo la miraba embelesado; la amaba loca e irremediablemente.

Buscó nuevamente sus pequeños labios, ansioso por perder la razón en ellos. . . pero el repentino y persistente sonido del teléfono los interrumpió.

Exasperado, el muchacho salió de las cálidas aguas del jacuzzi.


* Maldición. *


Rukia se sonrojó ligeramente, mientras admiraba la perfecta desnudez de ese hombre. Ella simplemente no podía negar que él le hacía sentir... tantas cosas.

Y lo miraba fijamente, mientras él intercambiaba unas cuantas palabras con. . . sabrá dios quién. . .


* Sí, nos vemos. . . *


Ichigo terminó la llamada. Parecía serio, resignado.


* ¿Pasa algo?. *


El pelinaranja solo cruzó la mirada con la de Kuchiki, terminando por decir un par de palabras que le dolieron en verdad.


* Debo irme !. *



Sin finalizar.

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Un pedacito de paraíso para el ichiruki, en especial para Ichigo ^0^. . . antes de volver a la realidad.

Después de todo, estas eran vacaciones con los amigos, aunque Orihime y Uryuu no aparecieron por ningún lado ¬¬'.

-I LOVE ICHIRUKI-

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Y es material de Paradise

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 03 de Junio de 2020.

Versión SK: Totalizado 03-Julio-2006.


La dama del Hentai: Maeda Ai

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