||  ELLA ES. . .   ||

     Por: Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
  .:: Capítulo 5: Haremos que esto funcione ::.



Miraba el paisaje que le ofrecía el ventanal de su recamara; las personas ir y venir, uno que otro auto. Y aunque pareciera hacerlo atentamente, en realidad estaba desinteresada.

Ya tenía dos semanas de haber regresado de sus "tranquilas" vacaciones en la playa.


""Y el sin vergüenza no me ha llamado siquiera.""


Pensaba la pelinegra, frunciendo el ceño y buscando algo con que desquitarse. . . nada !.


* ¿Qué estoy haciendo?, no debería importarme. *


Pero Rukia no podía entender por qué la realidad estaba completamente alejada de sus palabras.

¿Qué no le preocupaba?, ¡ por favor !, si en el momento en que Ichigo le explicó que debía irse por compromisos deportivos, ella misma se ofreció a acompañarlo. Así que regresaron juntos a Karakura, dejando a Ishida y Orihime sin siquiera darles la más mínima explicación.


* Un torneo. *


Susurró la chica, recordando las exactas palabras que el pelinaranja le dijera aquella vez.

Claro, Ichigo es un jugador de tennis que tenía poco tiempo de haber incursionado en el terreno profesional, aunque ya se había hecho de cierta reputación. Incluso, había quienes decían que el muchacho tenía mucho futuro y podía llegar a ser de los mejores, hasta tenía un grupo de admiradoras.


* Niñas tontas y resbalosas. *


Definitivamente, a Rukia le disgustaba imaginar a ese hombre rodeado por mujeres que le gritaban que lo amaban.

Kuchiki estaba bastante furiosa. ¿Por qué?, bueno, había varias razones para ello. . .

Pensar en quién sabe cuántas chicas se arrojarían desesperadas sobre el pelinaranja, sin mencionar que interrumpieron sus vacaciones. O quizás, el hecho de que todo aquello no tenía por qué interesarle y sin embrago así era.

Pero lo que más la hacía rabiar, era que Ichigo no la había visitado en esas dos largas semanas. . . ¡ vamos !, ni siquiera la había llamado.


* Maldición, ese idiota. . . después de lo que pasó entre nosotros, al menos debería tener la decencia de llamarme para saber cómo me va. *


La ojivioleta apretó los dientes, abandonando el borde de la ventana y comenzando a caminar por toda la habitación, cuál animal enjaulado, analizando la situación.

Estaba realmente ansiosa y molesta consigo misma; nunca dependió mucho de las personas a su alrededor, ni siquiera de Renji. Tampoco recordaba haberse comportado como una chiquilla celosa, posesiva e irremediablemente enamorada. . .

Rukia de pronto se detuvo.

Sus ojos más abiertos de lo normal. Las dos últimas palabras que pasaron por su mente la hicieron dudar.


* ¿Qué me está pasando?. *


Preguntó a nadie en especial, al aire, a ella misma.

Confundida y desesperada, tomó su bolsa y salió con el único propósito de despejar todas sus dudas. Quería saber qué había cambiado en ella después de acostarse con Ichigo Kurosaki.
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Cuando escuchó que golpeaban la puerta, no imaginó que se trataba de Rukia, quién, por cierto, estaba furiosa. Bastaba con percatarse de la mirada malévola y asesina que ella le dedicaba.


* Ah, hola, Rukia. *

* Ah, hola. . . ¿eso es lo mejor que me puedes decir, baka?. *

Después del caluroso saludo de la pelinegra, Ichigo muy amablemente la invitó a pasar.


Nótese el sarcasmo, pues la chica prácticamente empujó al muchacho, abriéndose paso al interior del departamento, como si estuviese en su propia casa.


* ¿Te pasa algo?, ¿por qué estás tan enojada?. *


Las preguntas de Kurosaki parecieron enfadar más a Rukia, pues la ira en sus ojos violeta se volvió más intensa. Pero no dijo nada, la mejor arma de Rukia era el silencio.

Ichigo comenzaba a sudar frío, por más que pensaba, no podía explicarse porque la mujer había venido con ese humor de los mil demonios.


""Si precisamente esto era lo que había venido evitando.""


Pensó el muchacho. Y entonces, la escuchó. . .


* Creí que eras diferente, Ichigo. . . confié en ti. *


La voz de la chica se escuchaba más tranquila, sin embargo, un aire de tristeza no pudo pasar desapercibido para el joven pelinaranja, quién, con una seriedad en la cara que realmente daba miedo, preocupado, le preguntó qué le pasaba.


* ¿Qué me pasa?. Ja !!. . . que eres como todos los hombres, una vez que consiguen lo que quieren, botan a las mujeres y fingen que nada pasó. *

* ¿A qué te refieres?. Rukia, no creo que... *

* No has ido a verme, no has llamado, ni siquiera enviado un mensaje. . . ¿sabes cuántas veces me he quedado viendo el teléfono, esperando una llamada tuya?. O que cada vez que tocan a la puerta, espero que seas tú. Creí que algo había surgido entre nosotros, pero ya veo que. . . *


Kuchiki simplemente no pudo continuar, aunque estuvo agradecida por ello, pues de haber seguido seguramente habría terminado llorando.

Ichigo la había abrazado así nada más, de pronto y sin decirle nada. Tan solo el impulso de su loco corazón que latía intensamente por las palabras de Rukia.


* Disculpa, nunca quise hacerte daño. *


Él le susurró al oído, una sonrisa irónica cruzando su rostro.

Era gracioso, es cierto que la había estado evitando en lo posible desde que habían regresado. . . no quería verla. Pensaba que ella simplemente no estaba interesada en él, aun a pesar del hecho de haberse acostado un par de veces. . . cinco para ser exactos.


* Creí que para ti no había significado nada y que no estaba en tus planes hacerlo de nuevo, con conmigo al menos. *

* Baka !. *


En realidad, la joven no podría culparlo, después de todo, no hace mucho ella misma no estaba interesada en el pelinaranja.

Pero ahora. . .


* Supongo que intentaremos que esto funcione. *


Decía la chica, cerca del oído del muchacho produciéndole una corriente eléctrica muy agradable y, de paso, ocultando su rostro adornado en matices rojizos.


* Y supongo también, que haremos el amor más seguido. *


Kurosaki estaba seguro de que la ojivioleta le hubiese dado un golpe que lo dejase tumbado en suelo por semejantes palabras. Pero esta vez, tan solo sintió como ella lo abrazó con más fuerza, refugiándose en sus fuertes y cálidos brazos.

Con una sonrisa cómplice y unas cuantas palabras que, aunque no lo demostrasen, significaban simplemente que ella compartía los mismos planes y deseos del apuesto joven.


* Eres un hentai. *



Sin finalizar.

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¿Ichigo jugador de tennis profesional?. Lo siento, esa locura se me ocurrió en la primera versión y no quise cambiarlo. Se vería bien ^0^ .

Como Kurosaki no movió ni un dedo, Rukia tuvo que hacer algo para que las cosas entre ellos avanzarán.

Y pensar que ella lo evitó por años ¬¬'.

Próximo capítulo, lemon 7w7 .

—I LOVE ICHIRUKI—

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Y es material de Paradise

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 03 de Junio de 2020.

Versión SK: Totalizado 03-Julio-2006.


La dama del Hentai: Maeda Ai

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