||  ELLA ES. . .   ||

     Por: Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
  .:: Capítulo 7: Susurrando un adiós ::.



* ¿Segura que esto es comestible?. *


Rukia le dirigió una mirada fría, casi asesina, a su compañero.

¿Cómo se atrevía a preguntarle eso?, todavía que ella se molestaba en preparar la cena.


* Deberías agradecerlo. *


Era desilusión lo que acompañaba la suave voz de la chica.

Ichigo sonrió ligeramente. Acercándose a la pelinegra, la abrazó desde atrás, aspirando el dulce aroma de sus cabellos mientras le susurraba al oído.


* Disculpa, solo bromeaba. No quise ser grosero, es solo que. . . no sabía que cocinabas. *

* Ja !, solo espera y verás; lamentarás haberte burlado de mi comida. *


Kuchiki fingió indignación y aunque le hubiese gustado torturar al pelinaranja con el látigo de su desprecio, no pudo pues el muchacho comenzó a besarle el cuello, mordiendo suavemente de vez en cuando.


* Mmmm. . . *


Un pequeño gemido escapó de los labios de la chica, quien se giró hasta mirar de frente a su compañero.

Se besaron, primero tranquilos, luego con pasión.

Desde que vivían juntos simplemente no podían estar mucho tiempo sin besarse, lo necesitaban, se necesitaban. . . sentirse y saberse propiedad exclusiva el uno del otro.

Fue Ichigo el que se mudó al departamento de Rukia, y desde que puso el primer pie en ese lugar, la chica le amenazó con reglas y castigos.

Qué si llegas tarde te quedas a dormir afuera. Qué si me molestas te echo a patadas.


""Maldición, parezco su inquilino y no su novio.""


Pensaba Kurosaki, un tanto inseguro. Y sin embrago no se quejaba.

Estaba con ella, la tenía todas las noches para él solo; podía hacerle el amor cada vez que se le daba la gana, lo cual era muy seguido ahora que vivían juntos.

Además no podía olvidarse de los pequeños detalles de ella hacia él. . . como este; Rukia cocinando para él.

Los besos se volvieron más largos y profundos y las caricias se tornaron más atrevidas.

Ichigo posó sus grandes manos sobre las generosas porciones de carne que sostenían la espalda de la ojivioleta, haciéndola suspirar agradada con el contacto.
De seguir así hubiesen terminado haciendo el amor ahí mismo, sin preocuparse por la cena, más el repentino y luego constante sonar del timbre los hizo separarse, agitados; alguien allá afuera había escogido el peor momento para interrumpir a la pareja.


* Deja que se cansen de tocar, no vayas. *


Pidió el pelinaranja a su chica.

Pero Rukia estaba dispuesta a hacer efectivos dos tiros. Iba a matar a quien quiera que la haya interrumpido en un momento de intimidad y, de paso, dejaría a Ichigo con tremendas ganas de ella.


""Así las cosas se pondrán más interesantes para cuando regrese.""


Pensaba la pelinegra, con una traviesa sonrisa atravesando su linda cara. Pero la sonrisa se borró de sus labios en cuanto abrió la puerta, encontrándose con quien menos esperaba.


* Renji !. *


Susurró.

Una palabra, un simple nombre que logró articular con mucho esfuerzo.


* Hola, Rukia. ¿Cómo has estado?. *


Esa estúpida sonrisa en su rostro, como un niño que hizo alguna travesura y sonríe, esperando ser perdonado.


* ¿Qué haces aquí?. *


Renji dejó de sonreír, nunca la sintió tan fría como ahora.

Era cierto que fue él quien terminó la relación y solo para andar con otra mujer, pero tenía la esperanza de que Rukia lo hubiese superado ya.

Se miraron fijamente por un buen rato; el silencio fue lo único que acompañó a los jóvenes. Incómodo e interminable silencio, mismo que se desvaneció al escucharse una voz varonil adentro de la casa.


* Oye, enana, ¿vas a tardar mucho?, porque ya tengo hambre y. . . *


Ichigo no pudo completar su frase; ver a Renji Abarai no le agradaba nada, nada.

Frunció el ceño; estaba furioso con ese hombre por no valorar a la mujer que tenía.


* ¿A qué viniste?, tú no tienes nada que hacer aquí. *

* ¿Y tú sí?. *


Las pupilas del pelinaranja se tornaron descoloridas. Estaba furioso y dispuesto a sacar a patadas a ese sujeto, más la intervención de la ojivioleta no se lo permitió.


* Basta !. Ichigo, vuelvo en un rato, tengo que hablar con él. Vamos, Renji. *


Fue tan rápido, Kurosaki no entendía muy bien qué era lo que su chica estaba pensando en ese momento y por supuesto que no le gustaba para nada la idea de que ella se fuera por ahí con el pelirrojo.


""Pero confío totalmente en ella.""


Pensaba. Con un suspiro de cansancio y resignación, entró al apartamento, dispuesto a esperar a Rukia.
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* ¿Y bien?. *


Rukia siempre tan directa y práctica.

Sentada en un columpio en el parque, se mecía suavemente, sin siquiera mirar al hombre que la acompañaba.


* ¿Qué hacía él en tu apartamento?. *

* No es de tu incumbencia. *


Abarai frunció el ceño al escucharla.

¿Qué no le incumbía?, después de lo que habían tenido juntos, ahora ella le decía eso.


""¿Es que tan pronto se olvidó de mí?.""


El solo pensar en ello lo hacía enfurecer.

Renji había ido a buscarla con la esperanza, no. . . con la certeza de que ella lo perdonaría y que volverían a estar juntos. Nunca esperó encontrar a ese tipo en su casa.


* ¿Por qué él?. *

* ¿Y por qué no?. *

* Rukia, por favor !!. *


El pelirrojo le gritó enfadado, se paró de golpe, haciendo resonar las cadenas del columpio en el que hasta hace unos segundos estaba sentado.

Más la pelinegra ni se inmutó con la agresividad del muchacho. Con fastidio y cierto desinterés, volteó a verlo.


* Debo regresar a terminar la cena, así que dime ya. . . ¿qué quieres, Abarai?. *

* Nunca cocinaste para mí. *

* Sí, bueno. . . supéralo !. *


Renji apretó fuertemente los puños, frustrado.

Esta plática no lo estaba llevando a ningún lado; ella solo se estaba burlando de él.


* Rukia, ¡ quiero que vuelvas conmigo !. *

* ¿Qué yo vuelva?. Tú me dejaste, no yo a ti. Además llegas tarde. *

* ¿Qué quieres decir?. *

* ¿No es obvio?, Ichigo y yo estamos viviendo juntos. *


El pelirrojo se mordió el labio inferior. No era eso lo que él quería escuchar, no era esa la actitud que esperaba de la ojivioleta.

Nada estaba saliendo como él quería.


* Es por mí, ¿verdad?. Fue despecho porque rompí nuestra relación, tú. . . *

* No lo sé. . . tal vez sí, tal vez no. *
_Lo interrumpió ella; su mirada reflejando serenidad._ * Quizás así fue al principio, pero ahora. . . *


Rukia pasó mucho tiempo pensando en las razones por las que había decidido iniciar un romance con Ichigo.


""Si lo conozco desde hace tanto, ¿por qué ahora?, ¿Por qué antes no me fijé en él?.""


Se preguntó una y otra vez, y después de torturarse tanto, comprendió que siempre se había sentido atraída por ese hombre, sintiendo algo especial por él.

Pero siempre quiso ocultarlo hasta el grado de ignorar sus sentimientos por tanto tiempo.


* ¿Ahora me dirás que siempre lo has querido?. No te creo !. *

* Poco me importa si me crees o no, Renji. *


Ambos jóvenes se miraron por un rato; tantas emociones encontradas. Lo cierto es que ninguno de los dos tenía nada más que decir.

La pelinegra se puso de pie y tras dedicarle una sutil sonrisa al que alguna vez creyó el hombre de su vida, se despidió.


* Debo irme, Renji. Que. . . que te vaya muy bien !. *


Sus palabras, sinceras, sorprendieron a Renji.

Que distinta era Rukia a aquella mujer que, histérica y furiosa, cerca estuvo de arrojarle encima la mesa cuando le dijo que había conocido a otra chica.


* Estás distinta, Rukia. *


O quizás, Kurosaki simplemente había logrado que Rukia fuese ella misma.

Renji cerró los ojos y bajó la mirada; una amarga sonrisa le adornó el rostro. Solo fue capaz de susurrar la despedida.


* Adiós, mi querida Rukia. *



Sin finalizar.

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Sufre Renji. Pero gracias a que dejó a Rukia, ahora ella está con Ichigo.

Así debió ser en el manga ¬¬'.

—I LOVE ICHIRUKI—

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Y es material de Paradise

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.


Totalizado el 03 de Junio de 2020.

Versión SK: Totalizado 03-Julio-2006.


La dama del Hentai: Maeda Ai

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