||   PORQUE ME PERTENECE    ||


     Por: Maeda Ai
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                                                                      .:: Capítulo 3 ::.
               “Te quiero solo para mí”



* Yo... lo siento... *


Ni siquiera el mismo Hao podía creer sus propias palabras.
Sin embargo, la itako estaba demasiado ocupada con su dolor como para prestarle atención. El shaman la miró atento; aun permanecía dentro de ella, y la joven ya ni siquiera lo insultaba.


Ya la había lastimado, ¿qué más daba si continuaba con esto?.

A sabiendas de que el dolor de la sacerdotisa seguía latente, Hao dejó que un par de sus dedos se deslizaran cerca de la vagina de la chica, buscando cuidadoso el clítoris, ese pequeño botón fuente del placer femenino. No le costó encontrarlo. Apenas lo sintió, masajeó la zona... primero lenta y suavemente de forma que el movimiento de sus dedos estimulase a la itako y contrarrestara un poco su dolor.


Cuando sintió la humedad del sexo femenino aumentó poco a poco la velocidad de sus atrevidos dedos.


* Ha-Hao... nooo!!. *
_Al shaman le era difícil creer que la sacerdotisa le suplicase de forma tan dócil y excitante._ * Por favor, no.... *


Se sentía tan impotente, tan ultrajada; Anna no podía creer lo que pasaba.

De pronto, la rubia cerró los ojos mientras se mordía el labio inferior; los dedos del shaman se apoderaron por completo de su clítoris. Esos dedos varoniles que jugaban, iban y venían frotando su botón de placer, esos hábiles movimientos hicieron estragos en ella.


Incluso el insoportable dolor que sintiera al ser penetrada sin delicadeza ya había sido olvidado.

Él ya lo sabía, y conforme ella apretaba los dientes para no dejar escapar un gemido delatador, pudo sentir como su vagina se humedecía más y más.


Cuando la velocidad de sus “caricias” estaba por vencerla, ella trató de contenerse, de no sentir nada, pero le fue inútil.


El contacto de los dedos del shaman con su hinchado clítoris la hicieron gemir descontrolada...


* No, no... ahhh... mmmm!!.... *


Pero ya no pudo más. Un indeseado pero delicioso orgasmo recorrió su cuerpo. Hao se aprovechó de las sensaciones que experimentaba la itako para forzar el resto de su miembro al interior femenino. El poco dolor de tener toda la hombría del shaman dentro de ella fue algo que apenas y sintió.


Nunca antes había tenido un orgasmo y este, por el ser el primero, la dejó completamente confundida y cansada. No obstante, poco tiempo tuvo para pensar o disfrutar esa sensación, pues el joven no esperó para iniciar un rítmico mete y saca en la maltrecha vagina de la sacerdotisa.


Anna se olvidó de todo.
Sentir aquel grueso y duro pedazo de carne deslizándose dentro de ella, le hizo olvidar que él no era su prometido, que se suponía debía estar con Yoh. No, nada de eso cruzó su mente. Ni siquiera que minutos antes rogó por que la dejara en paz y no le tocase un sólo cabello... ahora...


* Hao, Hao... no, no... por favor de-detente... no quiero sentir más. *


Nunca haría tal barbaridad. ¿Cómo iba a hacerlo?. El muchacho estaba en la cima del placer; hacer suya a Anna era algo demasiado placentero como para detenerse.


Saberse el primero fue todavía mejor, no por que le importase mucho si Anna era virgen o no, sino porque esto era algo con lo que podía torturar a su hermanito.


Pero por ahora, verla tan entregada, moviendo las caderas en busca de un mayor contacto con su miembro... lo volvía loco de deseo.


De un momento a otro, las grandes manos del shaman atraparon los senos de Anna; jugó entretenido con los erectos pezones de la rubia. Esas pequeñas aureolas que coronaban los pechos de la joven y que tanto le atraían a él.


Después, Hao dejó que todo el peso de su cuerpo cayera sobre la suave y frágil figura de la sacerdotisa mientras seguía aferrado completamente a los senos de la itako, y sin dejar de entrar y salir de su apetecible vagina.


* Te dije que te gustaría.... ¿no es así?. *


Hao acercó los labios al oído de la joven con el único objetivo de susurrarle aquellas palabras, y de paso... morder levemente el lóbulo de la oreja de la chica.


* Hao... si... ¡me gusta!. *


La joven olvidó por completo el orgullo.
Y es que lo deseaba, a él y a su instrumento varonil que tanto placer le estaba dando.


Los gemidos de gozo que Anna emitía no tardaron en volverse gritos al sentir como las paredes de su vagina recibían al pene de Hao.
A la joven le era exquisito sentir como aquel miembro masculino entraba hasta el fondo y salía totalmente una y otra vez en un agradable ciclo de éxtasis.


El shaman se movía de un forma desquiciadamente excitante, aun para ella, haciéndole sentir el gran placer de ser penetrada. Él, a su lado, sigue susurrándole cosas que ella responde solo gracias a las nuevas sensaciones de pasión y placer.


Pero Hao, viendo el cambio de actitud de Anna, quiso arriesgarse con sus palabras y sacar provecho de la situación; solo deseaba que ella quedase atada a él después de esto....


* Anna... voy a detenerme. *


* No, no... no lo hagas, sigue!!.... *


* ¿Por qué he de hacerlo?... yo no soy quien debería estar haciéndote el amor ahora. *


* Siiii, si lo eres... mi único hombre... ¡mi dueño!.... no quiero hacerlo con nadie más. *


La itako apenas y pudo creer que todas esas palabras habían sido suyas, pero los orgasmos que le procuraba ese hombre eran tan intensos y continuos.


Además no mentía, al menos no en ese momento, pues en verdad en ese instante lo sentía su hombre... quería tenerlo completamente dentro de ella, que la hiciera suya de las formas que él quisiera.


Este shaman la había hecho olvidarse de Yoh.
Quien sabe como se estaría pasando la noche el menor de los Asakura, pero Hao la estaba pasando de maravilla, de verdad estaba disfrutando de esto, y ni que decir de Anna... ella estaba fuera de si.


La sacerdotisa ya no pudo resistir las delirantes penetraciones de Hao; gimiendo como hasta ahora no lo había hecho, y moviendo las caderas más rápido. Alcanzó un nuevo orgasmo.


Tembló entera y su cuerpo se puso rígido mientras su vagina se contraía haciendo que sus músculos internos apretaran el miembro del joven.
El shaman salió de ella; pero le sorprendió que la itako lo abrazara y besara apasionadamente.


No era para menos, la rubia seguía agradecida y caliente aun, lo suficiente como para continuar moviéndose justo después de que su amante le introdujera una vez más su pene.


Se encontraba aferrada a él; lo mordía, lo besaba, le decía: “quiero sentirte hasta el fondo de nuevo”.


* Te gustó, amor?. *


La pregunta surgió por parte de un Hao que parecía no poder estar más satisfecho de lo que había logrado en ese hermoso cuerpo antes virgen.


* Oh, si... soy solo tuya ahora. *


* ¡Siempre lo fuiste!. *


Anna no entendió esas palabras, aunque poco le importaron. Estaba tan entretenida en sus momentos de placer, que no quiso meditar más.


Solo sabía que ahora, quizá por el placer, estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de darle gusto al shaman. Por eso estaba completamente fuera de si; realizaba movimientos de sube y baja por ella misma mientras sentía como Hao se limitaba a ajustar sus grandes manos a su estrecha cintura de mujer.


El rodear el cuello del shaman con sus brazos, le facilitó a este el deleitarse con el frenético movimiento de los senos de la sacerdotisa, era como si “brincaran” rítmicamente para excitarlo todavía más. Como una pequeña danza que lo invitaba a probarlos hasta saciarse por completo... danza a la que no se pudo negar.


Así pues, el amo del espíritu de fuego dejó que sus labios se saciaran de aquel par de suaves y pequeños pechos que se le ofrecían y que lo estaban volviendo loco.


Estaba tan excitado que lamió y succionó de forma imparable, incluso mordió los duros pezones mientras sus manos apretaban tan hermosos atributos de la mujer; a veces suave, a veces fuerte... las manos del shaman simplemente no podían quedarse quietas.


Los gemidos ahora más constantes y casi descarados, pero incitadores, de Anna ayudaron mucho. Hao sentía que podía quedarse así toda la noche.


“O Toda la vida”.


Pensaba el shaman; la idea de estar posado entre las piernas de la itako era una muy agradable, tanto que quería permanecer así por siempre.


Entonces la besó como si fuere la única cosa importante en la vida. Acarició los labios femeninos con los propios para luego abrirle paso a su traviesa lengua.


Quiso mirarla; los lindos ojos de la rubia, aunque entrecerrados, reflejaban pasión y lujuria, un infinito deseo que debía ser apagado por él.... solo por él.


* Anna.... te amo. *


* Hao, yo.... *


Un nuevo beso silenció a la rubia.
Las palabras del muchacho habían sido firmes y sinceras; en cuanto a la sacerdotisa, Hao prefirió no saber su respuesta.... no ahora.


* Anna. *


Ella, respondiendo nuevamente a su llamado, lo miró profunda y curiosamente, encontrándose con la maliciosa sonrisa del shaman.


Lo sintió salir completamente de su exhausto cuerpo mientras apoyaba las varoniles manos sobre sus caderas. Lo que siguió fue tan repentino como inesperado....


El joven de largos cabellos la penetró de una sola vez hasta el fondo, provocándole choques eléctricos a la sacerdotisa, quien se abrazó a él mientras trataba de jalar aire por la boca; la embestida de su compañero había sido tan tremenda que casi la dejó sin aire.


No pasó mucho tiempo para que le viniera otro orgasmo a la sacerdotisa, que gritaba en la cima de su excitación.


Las palabras al aire se resumían en gemidos de una sola letra, o en pronunciar entrecortadamente el nombre del shaman que, si bien a la fuerza intentó tenerla, terminó haciéndole el amor de una forma que incluso fue correspondida.


Cuando su cuerpo no aguantó más, Anna se dejó caer sobre el cuerpo, empapado de sudor, de Hao.
Aun era agradable, aun era hermoso; la sensación de las paredes de su vagina al contraerse era plena, y prueba de que había disfrutado de esto de forma inimaginable.


Por su parte el shaman de fuego no iba a poder contenerse durante más tiempo pues su pene era apretado y aprisionado por el sexo femenino.


Sujetando la barbilla de la joven, la miró directo a sus cansados ojos para decirle algo....


* Anna, yo.... quiero llenarte. *


Ella sólo acarició una de las mejillas del chico y luego lo besó como respuesta; estaba completamente entregada a él.... Hao en verdad la estaba llenando.


En el momento que el muchacho de morena piel no pudo soportar más, permitió que un orgasmo recorriera su miembro y que dicha sensación se expandiera en su cuerpo.


Cuando se dio el lujo de vaciar su esencia dentro de Anna, no podía sentirse más satisfecho.
Ellos seguían, ahí, abrazados mientras el liquido blanco iba a desembocar en la dilatada vagina de la itako.


Tuvo que pasar un rato para que Hao abandonara el cuerpo femenino permitiendo que el semen escurriera por las piernas de la rubia.
De inmediato y como si recuperara la cordura, Anna se alejó de él; le dio la espalda de forma tan fría, que al shaman le fue imposible no sentirse rechazado. Una vez más.... volvían a empezar con ese juego en el que se lastimaban mutuamente sin desearlo.


Él la observó con atención, creía que ya lo había entendido, pero la escuchó llorar. A pesar de que la sacerdotisa se rehusaba a derramar lagrimas o sollozar, no podía evitarlo, el sentimiento de culpa era muy grande.


* Anna, escucha.... *


* Déjame en paz!. Se supone que debí estar con Yoh, no con tigo....¿cómo pude hacerle esto?, dime. *


El shaman intentó tocarle el hombro, pero la joven se había girado para enfrentarlo; estaba prácticamente histérica hasta que finalmente se calmó un poco al gritarle todo aquello a su nuevo amante.


* ¿Cómo voy a verlo a la cara después de esto?. *


Sus ojos negros amenazaron con derramar más lagrimas, hasta que Hao la abrazó. Esos ojos, hasta ahora entrecerrados por acumular el agua salada, se abrieron con sorpresa al sentirse estrechada de forma tan suave y sutil.


Fue extraño, pero tenia la sensación de que el shaman nunca le haría daño, al menos no desde ahora.


* No lo verás de nuevo. *
_Le dijo con voz firme._
* Porque eres mía, solo mía.... te quiero solo para mi y no solo por esta noche.... serás mía para siempre.... Jamás, óyeme bien, jamás volverás a ver al estúpido de mi hermano. *


* Pero, Hao.... *


El muchacho se atrevió a mirarla, encontrando un lindo tono rosa en sus mejillas, seguramente por sus últimas palabras.


Sujetando el rostro de la rubia con ambas manos, limpió las lagrimas que a sus mejillas surcaban, entonces, al sentirla más tranquila se dedicó a besarla suavemente; con besos cortos, con besos largos... quería memorizarse aquella incomparable sensación de besarla.


Anna simplemente le correspondió; en parte se sentía estúpida porque el pequeño discurso de Hao la había convencido por completo, dejándola sin intenciones de oponerse a los deseos del shaman. También se dejó envolver por sus fuertes brazos mientras gemía tímidamente entre los tantos besos del joven.


No permanecieron mucho tiempo así, Anna se dejó vencer por el sueño pues estaba completamente agotada. Terminó recostada en el hombro derecho del shaman mientras este la rodeaba con su brazo.


La miró por algunos minutos; tan tranquila, tan hermosa, con la tenue luz de la luna iluminando su fino y hermoso rostro.


No pudo evitar sonreír con diversión, batalló mucho para tenerla incluso la obligó, pero todo había valido la pena.


Ahora, tan cansado como ella, cerró los ojos con la seguridad de que esta no seria la última vez que la tendría entre sus brazos, y que mañana, al despertar, ella estaría ahí a su lado, dispuesta a entregarle los días de su vida...


... Porque así lo deseaba, porque ahora era suya... porque la amaba.



Sin finalizar.

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Ahora sí... llegamos al lemon. Creo que la pareja es linda, e inexistente como la que tanto me gusta T_T.

Este capítulo tiene un poco más de romance, según yo, puesto que el otro se tornó un tanto violento. El siguiente capítulo no tiene lemon, pero todavía tengo más intimidades que contar sobre esta pareja 7w7.

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 12 de febrero de 2004.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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