||   ES COMO VOLVER A EMPEZAR    ||



     Por: Maeda Ai
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                                                                      .:: Capítulo 4 ::.
                 “Visitas inesperadas”



Cuidadosamente, deslizó la puerta, no deseaba que la rubia despertase, no ahora, no.
Intranquilo, bajó las escaleras, guiado por la fuerte presencia que invadía toda la casa. A cada paso que daba, con cada segundo que pasaba, se cuestionaba el por qué de la visita de este shaman.

El miedo lo invadió entonces; quizá esto significaba que debía alejarse definitivamente de Anna.


* No, no.... me moriría sin ella. *


Aquello fue un susurró, escuchado tan solo por el mismo peliazul, quien oprimió fuertemente los puños. La sola idea de alejarse de ella, le destrozaba el corazón y más después de haber hecho el amor con tan maravillosa mujer.

Bajó las escaleras, guiado por el “ki” del inesperado “visitante”, entonces, se percató que la luz que alumbraba el jardín estaba encendida, cuando el recordaba haberla apagado horas atrás.
Y al salir, pudo verlo....


Un joven se hallaba sentado sobre el pasillo de madera, admirando todas las blancas lucecitas que adornaban el oscuro manto del cielo.


* ¡ Yoh !.... *


Un suave murmullo de sorpresa escapó de los labios del peliazul, sorpresa, si, aunque ya sabía perfectamente, desde el instante mismo en que sintió un fuerte poder espiritual, que era el mismísimo Shaman King el que había venido esta noche.


* ¿Qué quieres?, ¿a qué has venido?. *


Aquello fue un claro reproche por parte del ainu.
El tono de voz reflejaba su total desaprobación hacia el castaño, cuya sola presencia era, de cierta forma, indeseada, incomoda, inoportuna.... le traía problemas.
Sin embargo, por otro lado, se sentía feliz de volverlo a ver, estaba consciente de ello. Quizá por eso una parte de él se sentía como un niño pequeño al que le esperaba un fuerte regaño por lo que recién había hecho con la bella itako.


Horo Horo no obtuvo respuesta, tan solo observó como el shaman de morena piel lo invitaba a sentarse junto a él para admirar las estrellas.
El ainu se acercó con cierta reserva y es que de cierta forma ellos eran rivales, ahora tenían algo más en común, algo, o mejor dicho.... alguien. Si, ambos la amaban, la querían a ella.... a Anna.


* Te lo dije.... ella es la mujer más maravillosa de todo el mundo. * _Yoh le habló de pronto._ * ¿Ahora me crees?. *


En el rostro del ainu podía apreciarse la melancolía.
Era verdad; la primera vez que escuchó aquellas palabras de parte del Asakura, lo creyó loco, un completo imbécil. ¿Cómo podía expresarse así de la rubia sacerdotisa?, considerarla maravillosa....
Yoh no baka, si Kyouyama era una mujer fría, avara, cruel.


-Anna es el mismísimo demonio en persona.-


Eso pensaba el Usui de la rubia mujer y ahora....


* Tenías razón, ella es.... tan perfecta. *


Yoh sonrió satisfecho, se notaba la sinceridad de su amigo, sin mencionar el cariño, los obvios
sentimientos que el ainu profesaba por la que laguna vez fuese la esposa del Shaman King.

Si, el Shaman King, Yoh Asakura, había vuelto; ¿la razón?.... no la sabía, pero sospechaba que la razón era separarlo de Anna, exigirle que termine su reciente relación con la rubia.


-Si, eso debe ser.-


Pensaba con tristeza el joven del norte.
Y creía estar en lo correcto, después de todo, ella fue su esposa, la misma mujer a la que Horo Horo nunca trató con delicadeza; disfrutaba hacerla rabiar y sin embargo, ahora....


* Y aunque me exijas alejarme de Anna, que la deje... me sería imposible. *


Si, imposible, sin ella se moría.
Sin su compañía, su suave voz entonando su nombre; esas suaves manos acariciando su cuerpo, el delicioso aroma de su frágil figura e incluso si ella no le gritaba como acostumbraba, no sería feliz.


* Perdóname por haberme involucrado con ella; nunca ha sido mi intención que se olvide de ti, eso no, simplemente me enamoré.... lo siento. *


* Pues no lo sientas. *


La voz del difunto shaman lo sorprendió, obligándolo a alzar la mirada. Seguía intacta la sonrisa en el rostro de ese joven.

Así es, Horo no debía arrepentirse, ni disculparse por nada en absoluto, todo lo contrario.


* ¿La sabes, Horo Horo?, ¿la razón por la que vine esta noche?. *


El ainu negó con la cabeza, tan solo como respuesta. ¿Cómo iba a saberlo?, Yoh estaba muerto, eso era claro, solo era su alma la que estaba aquí, pero.... seguramente sería por breves momentos.


* Bueno, quería agradecerte por haber cuidado de ella todo este tiempo. De todos mis amigos, jamás creí que fueses tu el que la acompañara *


Horo lo miró incrédulo.
Y él que pensó que el Asakura vendría a exigirle que se alejara de ella por no creerlo merecedor de su cariño.... que estúpido fue al pensar que así sería.

Por otra parte Yoh sonreía tranquilamente; imaginaba que Manta podría acompañar a Anna como el buen amigo que siempre fue, Ryu e incluso Len, aunque este último quizá lo haría con sentimientos distintos desde un principio. Nunca estuvo muy seguro de que tipo de sentimientos tenía Len hacia su esposa.
Pero la sorpresa que se llevo el Shaman King, fue grande al enterarse de que fue el peliazul el que acompañó a Anna todo este tiempo.


Horo Horo sonrió irónico, todo era demasiado bueno para ser verdad.
Yoh le estaba “dando permiso” para amar a la sacerdotisa; él vino especialmente para agrad... un momento!!....


* ¿Cómo es que estas aquí?, ¿quién te invocó?, cómo.... *


El chico de castaños cabellos rió divertido, llevaban un buen rato conversando y hasta ahora se le ocurría preguntarle el “cómo” de su presencia. Era obvio que su presencia preocupó al ainu.


* Fue mi abuela... yo... solo quería saber como estaba Anna. Ahora estoy más tranquilo. *


Aquellas sinceras palabras, le arrancaron un amplia sonrisa al shaman de hielo. Si, él se encargaría que la itako fuese completamente feliz.

Horo estaba tan concentrado en sus planes a futuro, que tardó en percatarse de la sospechosa y extraña mirada de su amigo.


* Lo sabía. *


* Qué cosa?. *


* Nunca te lo dije, pero.... parece ser que lo descubriste por ti mismo. *


El ainu no sabía a que se refería el otro shaman, pero su sonrisa acusadora y los suaves codazos lo estaban incomodando.


* Su forma de hacer el amor.... es maravillosa. *


Era más que intenso el rojo en las mejillas del muchacho peliazul.
Era obvio que Yoh estuviese al tanto de lo que él y Anna hicieron, más ese comentario era algo que.... nunca esperó de él.


* B-bu, bueno, Yoh... eso, eso no, bueno si, es que... *


Horo Horo tartamudeó un poco, tratando de salir de la vergonzosa situación, más nada pudo decir. Y es que era verdad, tener relaciones con la rubia itako era.... sencillamente indescriptible.
Sentir su suave y pálida piel era la mejor sensación que pudiese haber sentido.


* Prométeme que la amarás intensamente y cuidaras que nada la haga sufrir. *


* Claro, ni siquiera tienes que pe.... ¿Yoh?.... *


El ainu giró el rostro a un costado, buscando la sonriente expresión de su amigo, pero este ya no estaba.
Lo buscó, confundido, en todas direcciones, pero nada....


* Se ha ido. *


Fue un suave susurro que venia cargado de nostalgia.
Levantó el rostro para admirar las estrellas.... ¡ ese tonto !, quería asegurarse de que el joven de Hokkaido amaba plenamente a la sacerdotisa.

Horo Horo respiró cansado, no esperaba una conversación como esa después de hacer el amor con Anna Kyouyama.
Después de un rato, simplemente se puso de pie y regresó tranquilamente a la habitación de la itako, dispuesto a dormir y descansar a su lado, cobijado por su piel de leche, y relajado con el exquisito aroma de su cuerpo.
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Deslizó la puerta de la recamara, entrando sigilosamente; contemplando la delgada silueta que descansaba bajo las sabanas, silueta que temblaba ligeramente.


-Quizá por el frío de la noche.-


Pensó, más fue una idea que desechó en cuanto se acercó para ocupar su nuevo lugar en ese futon.

Ella temblaba, dejando que los sollozos escapasen sin remedio de sus dulces labios.... Anna lloraba y eso le rompía el corazón. Así como la primera vez que la vio derramando lagrimas; ahora recordaba el viejo dolor de verla llorar así.


* Anna.... Annita, ¿por qué llo.... *


* Él estuvo aquí, sentí su presencia. *

_Le dijo ella, interrumpiéndolo con voz que se quebraba en cada palabra._
* Pero, no sé porque... no quiso verme. Es que no entiendo, tanto tiempo, ¿por qué ahora que estoy contigo?, ¿por qué?. Yo.... no tengo intenciones de alejarme de ti. *


Al decir esto último, Anna giró sobre el futon, enfrentando los sorprendidos ojos del shaman de hielo. Ella quería estar con él y estaba tan asustada como lo estuvo él mismo al sentir la presencia de Yoh.


* No te preocupes; ya te lo dije, no pienso dejarte. *


La acercó a él hasta envolverla en un fuerte abrazo que de inmediato fue correspondido.
Horo no tardó en contarle hasta el más mínimo detalle de la conversación que recién había tenido con el que alguna vez llegó a ser el Shaman King.


* Él.... ¿vino solo para eso?, para asegurarse de que yo era feliz?. *


* Si, y te prometo que me aseguraré de que así sea. *


* ¿Por qué él te lo pidió?. *


* Por eso, si, pero más que nada, porque usted, señorita amargada.... es la mujer a la que amo. *


Anna lo miró con ojos furiosos aunque un sutil brillo de cariño se reflejaba en sus gemas negras.


* Horo no baka. *


El peliazul sonrió divertido por la expresión de su amante, mientras esta se abrazaba nuevamente a él para poco después, recostarse, ambos, sobre el futon, tratando de conciliar el sueño.

Estaban realmente cansados, no en balde, la noche casi terminaba y no habían dormido casi nada. Pues primero ocuparon la noche para amarse y luego, la inesperada visita del Asakura les había robado el sueño, ese sueño que de ahora en adelante pretendían compartir juntos desde esta noche....

Y hasta la última que les quedara.



Sin finalizar.

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A mi modo de ver, era muy fácil adivinar que se trataba de Yoh. ¿Qué no?.
En realidad, tomando en cuenta que todos aquí pueden ver fantasmas, me pareció buena idea meter a Yoh en esto ya después de muerto.

Por otra parte, la conversación entre ambos shamanes era con el objetivo de que compartiesen sus pensamientos sobre la mujer que aman, que es, nada menos que la misma chica, itako no Anna.

-I love HOROxANNA-

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 25 de Mayo de 2005.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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