Por:
Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
.:: Capítulo 2 ::.
* Que tal Annita!!, ¿cómo has estado?. *
La saludó con una maliciosa sonrisa en el rostro... su sonrisa no había cambiado en nada a pesar de los años.
* Tú?!... se supone que estabas en el infierno. *
La sacerdotisa no podía dar crédito a lo que veía. Sentía cierto temor, pues él, a pesar de no ser el Shaman King, era un hombre muy poderoso... incluso mas que Yoh, pero eso no era todo.
Estaba de pie, frente a ella y con suerte, a un metro de distancia de su futon. Su mirada y las sensaciones que le producía eran extrañas... sin duda no venía con buenas intenciones.
* Mmmm, debería ser así para un shaman ordinario, pero yo no lo soy... *
Contestó igual de arrogante que cuando no era más que un muchacho. Su personalidad tampoco había cambiado, al menos no para bien.
* Pues que bien por ti. *
_Dijo con sarcasmo en su voz._
* Pero, ¿por qué diablos estás aquí?. Está bien que quieras acabar con Yoh pero no en mi habitación. *
Sin duda estaba molesta y temerosa... no presentía nada bueno y trataba de que el inesperado visitante se marchara.
Él sonrió ampliamente. Le encantaba esa frialdad de ella, le atraía demasiado.
* No me estás entendiendo, pensé que era obvio. *
Le dijo una vez que estuvo muy cerca de ella.
* No juegues, dime que diablos quieres, estoy cansada y quiero dormir sin que nadie me moleste. *
Anna trató de sonar lo más fría y molesta que pudo, pero no podía evitar admirar al chico.
Él estaba tan cerca que hasta incluso podía sentir como una suave brisa, causada por su respiración, le abanicaba el rostro. Estaba nerviosa, Hao la ponía así y no era para menos; el chico tenía un cuerpo bien formado con unos contorneados músculos, su rostro perfecto y su sensual mirada... bastaban para sonrojarla.
* Pues lo lamento por ti. * _Sonó casi tan frío como ella._ * Necesitamos hablar. * _Seguía sonriendo seductoramente._
* ¿Necesitamos?, si que estás loco. ¿Qué te hace pensar que necesito hablar con tigo?, ¿de qué?. *
Se vio molesta, no le gustaba que hubiera alguien más odioso que ella.
* Pues, si. *
Antes de que la itako pudiese hacer algo al respecto, Hao se había acomodado junto a ella en el futon.
* Ambos tenemos un problema que podemos solucionar con ayuda del otro. *
Esa era la gota que resbaló del vaso.
Presa de la ira, se levantó, pero antes de que pudiera dar un paso se vio fuertemente abrazada por la cintura.
* No hemos hablado aun. *
Le dijo mientras la acomodaba en el futon junto a él. Hecho esto, la atracó a su cuerpo ignorando todos los golpes que le proporcionaba la chica.
* Tienes que ayudarme... *
Le dijo con una voz extremadamente sensual, acariciante y excitante.
* Suéltame, ¡ ahora !. *
Anna estaba tan nerviosa que ni siquiera sonó molesta. Su voz no mostraba ninguna emoción clara.
* Bien... se ve que necesitas sentirte amada, ¿no?. *
Le dijo él, acariciando su mejilla con la propia.
* ¡¿Me has estado espiando?!. *
* No, lo supe por que se nota en tus ojos... *
Estaba demasiado entretenido. Hacer enojar a la chica se estaba haciendo demasiado placentero...
* Por lo que veo... el idiota de mi hermano no se ha dado cuenta de lo hermosa y sexy que eres... *
Sus manos se deslizaron por las suaves y firmes piernas femeninas hasta llegar a su entrepierna.
Roja estaba la itako por aquel atrevimiento del shaman. Nunca nadie la había tocado de esa manera y esa extraña sensación se sentía muy bien.
Hao, sin borrársele la sonrisa, comenzó a proporcionarle suaves caricias en su vagina por sobre las bragas.
Anna cerró los ojos y se mordió el labio inferior. Eso que sentía gracias a Hao era delicioso.
* Te gusta, ¿verdad?... yo puedo darte todo lo que necesitas... todo el placer que quieras, todo el placer que mi hermano nunca te dará. *
Parecía un sueño.
Lo que estaba sintiendo le encantaba y haría cualquier cosa para obtener más, pero sabía que no era algo que se conseguía a la vuelta de la esquina (bueno, tal vez con un prostituto pero ñ_ñ no sé) y Hao, el se lo estaba ofreciendo.
* ¿Y que dices?. * _Preguntó sin dejar de acariciar su clítoris._ * ¿Aceptas?. *
Parecía demasiado bueno para ser verdad. Le encantaba la idea y sobre todo por que sería con un chico tan apuesto y sexy como Hao, pero... estaba Yoh. Ella lo amaba con todo su corazón, pero el menor de los Asakura parecía no haberse dado cuenta de ello... siendo así...
¿Qué habría de malo en ello?.
Olvidando todo su orgullo y perdiendo completamente la cordura...
* Si, si quiero. Quiero sentir más... pero... *
Casi no podía hablar a causa del placer que sentía.
* ¿Pero?. *
* No aquí... *
* Está bien, nos iremos a un lugar en que nadie nos moleste. *
Sonriendo triunfal, se detuvo y se puso de pie levantando a la chica también.
* ¡¡No!!. * _Dijo molesta._ * ¡¡ No quiero que te detengas !!!. * _Reclamó._
* Tranquila, te daré tanto placer y estarás tan cansada que no podrás ni siquiera abrir los ojos. *
El espíritu de fuego los esperaba fuera de la casa.
Sin perder tiempo, subieron en él.