LAS COSAS QUE ME HACES HACER... PORQUE TE AMO



     Por: Maeda Ai
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                                   .:: Capítulo 7 ::.



En algún lugar del inmenso mundo, recostado sobre el frío césped, Hao Asakura mantenía sus provocativos ojos fijos sobre el cielo aun entintado en azul.
Su sonrisa tranquila y traviesa adornándole el rostro, esa expresión que hizo y hacia estremecer a más de una chica... y era precisamente una mujer la que ocupaba sus pensamientos.


* Itako no Anna.... *


Tan peligrosamente bella, irresistiblemente hermosa, así era Anna Kyouyama.
Más hermosa que los ángeles, fría y cruel como el peor de los demonios.... como él.

De belleza simple y sencilla, era una mujer al natural. Ningún color artificial cubría la pálida piel de su rostro; brillantes gemas negras tenia por ojos, fríos y calculadores, si, pero capaces de arder bajo las llamas de la pasión, su pasión, su fuego.
Dorados eran sus cabellos, cabellos que se mecían sensualmente con el viento....


* ... Dorados.... como el sol. *


Finas y sutiles curvas daban forma a su frágil silueta femenina; blanca era su piel, tan blanca como la nieve, pero no fría, no.... era cálida, lo más suave y sublime que sus manos hayan tocado, lo más cálido, lo más delicado.
Sus dos pequeños senos eran coronados por un par de aureolas de un tentador color rosa; blandos, de tamaño adecuado como para ser cubiertos por cada uno de sus puños, simplemente perfectos.

Un sutil aroma superficial cubría su cuerpo, más por debajo de éste se escondía la fragancia exquisita de su desnudez, incitadora, deliciosa... el shaman de fuego podría perderse por completo, dejarse envolver por su aroma y permanecer así por la eternidad.


Y finalmente, la virtud más extraña que poseía esa mujer, poseía, porque Hao Asakura se encargó de robársela.... Anna era pura como pocas, como ninguna que hubiese yacido entre sus brazos.


* La única realmente digna de estar a mi lado.... la única. *


Un profundo suspiro inundó el ambiente, las palabras de Hao no eran más que producto del recuerdo de la noche en que hizo suya a la única mujer que realmente merecía serlo, y la única que en verdad lo era en toda la extensión de la palabra.... ¡Suya!, porque no había sido tocada por ningún otro; suya, porque ella misma se le había entregado completamente; suya, porque la deseaba, estaba loco por ella y no permitiría que Yoh o cualquier otro hombre se atreviese a tocarla; suya, porque gracias a esa mujer, por primera vez experimentaba la sensación de los celos; suya porque haberle hecho el amor le daba ese derecho.... suya, solo suya....


Entonces, de forma inesperada, el shaman de fuego se percató de la excitación en su cuerpo, excitación que surgió tan solo por pensar en esa mujer.... un ángel caído del cielo, o tal vez, el demonio más hermoso.


* Anna.... no lo entiendo, ninguna mujer me había hecho disfrutar tanto del sexo, como tú lo hiciste.... *


Tenia enfermizos deseos de sentir la suavidad de su piel, besar sus lindos labios hasta saciarse con su dulce sabor; verse a si mismo envuelto entre los brazos de la rubia; escuchar sus gemidos de placer, sus gritos que le pedían más y más; ser retenido por sus piernas al rededor de su cintura, hundir su hombría en aquel cuerpo femenino, tan frágil, tan fuerte.... que irónico.


* Esa mujer... la deseo. *


Hao se saboreó los labios.
El calor invadía su cuerpo y no podía sacarse a la rubia itako de la cabeza, no podía, no quería....

Cerró los ojos, aun pensando en ella, recordaba la noche en que prometió darle placer, esa noche Anna no fue la única en deleitarse con sensaciones nuevas para su cuerpo, el shaman de fuego disfrutó como nunca, como si fuese la última noche de su vida.
Cada caricia, cada beso, cada suspiro... recordarlos lo hacían vibrar y no era para menos, sentir la calidez de su cuerpo...


* Ahh, ¡ que sensación tan maravillosa !. *


El éxtasis fue tan intenso, que creyó haberse elevado hasta el cielo tan solo para caer de golpe y descubrirse aun en la tierra.
Solo quería divertirse, satisfacer sus deseos y necesidades carnales, que, como todo hombre, él también poseía; disfrutar de su cuerpo, placer físico era lo que buscaba, nada más....


* ¡ Nada más !... *


Pero el destino es tan impredecible.
Como hombre, él pretendía utilizarla, jugar con su cuerpo, saciarse y desecharla como a todas las demás mujeres que poseyó.... ¡ qué estúpido !. Todas las mujeres con las que estuvo terminaron enamoradas de él, decían no poder vivir sin Hao, pero ella no....


* Y ahora estoy aquí, tratando de sacarte de mi cabeza, ¡ maldita mujer !. *


¿Quién iba a pensar que el amo del fuego estaría obsesionado con el recuerdo de una noche, obsesionado con ese frágil cuerpo femenino, con su exquisito aroma, y no poder deshacerse del recuerdo de una simple mujer?.
Pero la itako no era cualquier chica, ninguna podría compararse con esa rubia, jamás. Y es que ella es diferente, es especial.... es Anna.


* Es una diosa vestida de mujer. *


No podía más, ya no tenía caso negarlo.... la necesitaba, a Anna, necesitaba besarla hasta cansar sus labios; tocarla hasta que sus manos no le respondieran más; penetrarla con demencia hasta hacerla llorar y gritar de infinito placer.... necesitaba tenerla, sentirla, hacerla suya, pero más importante que eso....


* Refugiarme en su pecho mientras me abraza, escuchando el latir de su corazón; que sus suaves y dulces caricias tranquilicen a mi alma llena de maldad. *


Una cálida sensación quemaba su pecho desde el interior, obligando a su corazón a latir desesperado, agitado. Una palabra se formó en su mente, pero aceptarla equivaldría a rendirse, a resignarse y ponerse a los pies de esa perversa mujer.

La necesitaba, lo había comprendido; que la deseaba, ya no podía ocultarlo; que le obsesionaba su recuerdo y que estaba loco por ella, no tenia caso negarlo....


* Pero que la amo.... ¡ es una estupidez !. *


Y sin embargo, Hao no pudo ganar la batalla interna que tenía consigo mismo.
Sin detenerse a meditarlo un poco más, invocó al espíritu de fuego y de un solo salto se posó sobre su mano. Si seguía analizando las emociones nuevas que lo invadían, podría arrepentirse y tratar inútilmente de olvidarla.

Quería verla, necesitaba estar con ella, retenerla entre sus brazos y enredarse en su cuerpo de nuevo.


El hombre que pretendía que su relación con la sacerdotisa fuese solo de una noche, ahora iba en su busca.... porque no podía estar sin ella, sin su mujer....


* .... Sin mi Anna. *

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El shaman permanecía de pie entre las sombras, contemplando la escena. Frunció el seño; ella yacía, desnuda, sobre el cuerpo de aquel estúpido shaman que sonreía lleno de felicidad y, por supuesto, de satisfacción, después de hacer el amor con la mujer más hermosa y perfecta de la tierra, nada menos que la tremendamente bella, Anna Kyouyama.

Y sintió rabia, celos y aquella maldad que hacia arder a su alma.


* ¿Cómo pudiste hacerme esto, Anna?. *


Susurró entre dientes, poco antes de perder la cordura.
Estaba loco de celos y más que dispuesto a matar al maldito de Yoh Asakura, que se había atrevido a disfrutar de la mujer que le pertenecía a él y a nadie más. . .


La mujer de Hao Asakura.



Sin finalizar.

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Desde hacía mucho tiempo tenía la ambición de escribir acerca de como Hao se obsesiona con la rubia itako, y sinceramente el resultado no está tan mal ^^'.

Para mi, ningun chico de mankin puede resistirse a Anna Kyouyama, ni siquiera el propio Hao, después de todo, en el manga él mismo dijo que Anna sería su esposa y que sus intenciones... eran muy serias ^¬^.

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Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 27 de Noviembre de 2006.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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