||   ELLA ES. . .    ||



     Por: Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
                                                                      .:: Capítulo 6 ::.
               “Sin ti, ni un segundo más”



De regreso a casa, Horo Horo le habló de todo el torneo en si.
Emocionado, le narraba cómo venció al rival de su último partido.


* Yo estuve ahí, lo vi, ¿de acuerdo?. *


* Gomen na, aun estoy emocionado. *


Ella solo sonrió.

El Usui casi se fue de espaldas al ver a su novia mirándole desde las gradas. Era la primera vez que Anna iba a apoyarlo en un partido, así que decidió que ganaría tan solo para impresionarla.


""Aunque Anna Kyouyama no es una mujer fácil de impresionar””.


Pensaba el peliazul, mientras acompañaba a la chica hasta la puerta de su apartamento.


* Un trofeo más, ¿no es así?. *


* Eh, si. . . uno más. *


Un tranquilo silencio se formó entre ellos, que no se atrevían a mirarse directo a los ojos. Habían estado muy ocupados, cada uno con sus cosas y recién ahora habían podido verse.


* ¿Quieres pasar?. *


Preguntó la rubia; su rostro hacía un costado, cubierto por los dorados cabellos, aunque Horo podía alcanzar a admirar las mejillas encendidas en rojo.


* Hai. *
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Cuando lo invitó a pasar, nunca mencionó que sería directo a su habitación, pero ambos lo deseaban y sabían que este encuentro iba a terminar así, en la cama, con las sábanas enredadas en las piernas de ambos.

El peliazul la besaba suave y tranquilamente, quería disfrutar de esto lo más que pudiese pues no sabía hasta cuando volvería a tenerla así, entre sus brazos. . . solo para él.


* Te extrañé, ¿sabes?. *


Una tierna sonrisa adornó el rostro del muchacho al escucharla decir aquello.
Anna no era una mujer muy cariñosa que digamos, de hecho, a pesar de ser novios desde hace un par de meses, rara era la vez que ella mostraba un poco de interés.


“”Siempre soy yo el que la busca, el que la acaricia, el que la besa y le dice que la ama””.


Pensaba el Usui, confundido porque esta vez fue diferente. . .
Fue Anna la que lo buscó, lo invitó a quedarse con ella y fue también la que comenzó con los besos.


* ¿Por qué te estas comportando así?. *


Anna sonrió entre los besos. Vaya, no sabía que había sido demasiado obvia.


* Tengo ganas de esto. . . de ti. *


* Oye, ¿qué crees que soy?, un pedazo de carne?. *


Ambos rieron, divertidos y conformes con la situación. Se olvidaron de las palabras y se dejaron envolver por la pasión y la necesidad que tenían el uno por el otro, necesidad que se habían guardado por las últimas dos semanas.


Horo Horo deslizó sus ansiosas manos por los contornos del frágil cuerpo de la rubia, amoldando su figura por encima de las ropas. Pero no era la tela lo que él quería sentir, sino el cálido roce entre sus pieles, la suavidad de Anna y admirar esa piel tan blanca cómo la leche.
Fue tanto su deseo por ella, que poco tardó en despojarla de sus ropas, teniéndola totalmente desnuda ante él, que la miraba embelesado.


“”No importa cuantas veces haya tenido la oportunidad de admirar su desnudez. . . cada vez la veo más hermosa y delicada””.


Mientras la abrazaba con cuidado, el muchacho peliazul no pudo evitar aquel pensamiento.
Je. . . era inevitable, él era mucho más alto que ella; su cuerpo fuerte y musculoso, mientras que Anna era pequeña y muy, muy delgada.
La veía tan frágil y delicada, que tenía la extraña sensación de que iba a lastimarla.


* ¿Te vas quedar ahí parado tan solo mirándome, Usui?. ¡Qué aburrido!. *


* Ahh, tanto me deseas, Annita?. Pues ahora mismo voy a darte lo que quieres. *


Hablaban en tono bromista y sin embrago, Horo Horo dejó de jugar. . .
No dedicó tiempo para disfrutar de la suavidad de la mujer. Apenas la tomó entre sus brazos, recostándola sobre la cama, mordió sutilmente los redondos senos que él adoraba, y sin más, dejó que sus labios se deslizaran sin detenerse hasta la delicada intimidad de la rubia mujer.


* Oh, amor. *


Suspiró la Kyouyama al tiempo que alzaba las caderas para permitir que su amante la complaciera con mayor libertad.
Sonoros jadeos y gemidos comenzaron a inundar la habitación, era Anna que se movía intranquila ante los atrevidos besos y hasta mordiscos que el peliazul ejercía en su sensible sexo.


Pero la voz finalmente se le apagó al sentir como Horo Horo aprisionó el clítoris entre sus labios, para luego succionarlo delirante.
Anna adoraba cuando él hacia eso, la volvía loca de placer y la desarmaba completamente, haciéndola entregarse sin reserva alguna.
La rubia se mordió el labio inferior para retener el gozo que inundaba su cuerpo, más finalmente cerró fuertemente los ojos, dejándose estremecer por la indescriptible e intensa sensación de un orgasmo.


* Ahh, Horokeu mmm. . . *


Un grito se escapó de sus labios; arqueando su cuerpo, disfrutó de un poco más de la ardiente lengua que aun recorría su intimidad con delicadeza, clavándose dentro suyo de vez en cuando, como si tuviese sed de ella.


* E-eres un perverso. *


Le decía la rubia mujer, su voz entrecortada por el cansancio.
Más Horokeu parecía ignorarla. En ese momento se dedicó a llenarla de besos y caricias, tratando de calmar la insaciable necesidad que tenía por esa mujer, por sentirla suya nuevamente.
La anheló tanto, que aun le costaba creer que la Kyouyama en verdad estaba ahí, desnuda entre sus brazos, dispuesta a hacer el amor con él. . . solo con él.


* Por favor, no me digas que ya estas cansada, si apenas viene lo mejor. *


Horo Horo pronunció aquéllas palabras mientras se acomodaba entre las piernas de su amante, disfrutando del tranquilo placer que le producía el simple hecho de frotar la punta de su pene en la entrada de la vagina de Anna, quién lo miraba sonrojada con una sutil sonrisa adornando su lindo rostro.


El muchacho ya no pudo resistirse y en un arrebato de amor y pasión, besó a la joven mientras forzaba su hombría, penetrando poco a poco a la mujer.
Lo disfrutaba, oh, vaya que disfrutaba cada centímetro que se adentraba en aquel cálido y húmedo refugio que le ofrecía tan perfecto cuerpo femenino.


* Ahh, Ho, Horokeu. . . e-eres muy grande. . . *


Le decía la Kyouyama, refiriéndose al miembro viril del chico; respirando agitada por el esfuerzo y por el gozo que comenzaba a invadirla.


* Y tu tan estrecha, amor... me aprietas tan bien. *


* Hentai. *


* Hey, tu empezaste, además. . . es la verdad. *


Las risas de los amantes se escucharon en toda la recamara, para luego ser reemplazadas por fuertes gemidos. No les importaba si los vecinos los alcanzaban a oír; en ese momento, solo existian ellos dos. . . Horo Horo dentro de Anna, tratando de amarse.


La chica elevó las piernas para luego flexionarlas alrededor de la espalda del peliazul, reteniéndolo dentro suyo, satisfecha... porque de esa manera sentía que sus frenéticas embestidas eran más profundas.
Él por su parte, se dedicaba a oprimir con moderada fuerza los redondos pechos de la mujer, a quién se le iba la voz gimiendo de placer.


Hubiesen querido mantenerse así por siempre, más llegó el momento en que la excitación fue demasiada e insoportable.
Anna lanzó un gemido, formando un arco con su espalda mientras cerraba los ojos. Estaba disfrutando del éxtasis que solo te puede dar un orgasmo; su vagina palpitando, oprimiendo con fuerza el duro pedazo de carne que la invadia.
Horo Horo no pudo resistir tanto placer y, tras gruñir suavemente, con toda la fuerza que le quedaba, dejó que su propio orgasmo recorriese su cuerpo, haciéndolo eyacular dentro de la intimidad de su compañera.


* ¿Qué tal estuvo eso, ah?. *


* Maravilloso. . . te amo. *


Anna llenó de besos el apuesto rostro del muchacho, agradecida y feliz por el inmenso placer que acababa de hacerle sentir.
Con un amplia sonrisa estampada en el rostro, el peliazul acarició una de las blancas mejillas, quitando uno de los rubios mechones de cabello que se adherían a ese bello rostro.


Era muy feliz, tanto o más de lo que llegó a imaginar. Y sentía terror solo de imaginar que este sentimiento no fuese para siempre.
Lo estuvo pensando por un tiempo, de hecho, desde la primera vez que él y Anna hicieron el amor. Algo que necesitaba y sin embargo mantenía en secreto por miedo a que la rubia no reaccionara de la forma en que él esperaba, pero. . .


""La necesito con locura y no sé hasta que punto pueda soportar el no tenerla para mi, solo para mi””.


Los pensamientos del muchacho eran tortuosos; estaba conciente de que él quería algo más serio con esa mujer.
Inseguro, tomó los labios de su amada en un beso tierno y suave, casi suplicante.


* Quiero que vivamos juntos. *


La sorpresa no pudo contra el fuerte y constante latir del corazón de la bella chica, cuya única respuesta fue abrazarse con fuerza al hombre que, con unas cuantas palabras, la había hecho muy feliz.



Sin finalizar.

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Después de la noche que compartieron y el placer que le hizo sentir. . . yo le diría que sí ^//^.

Por supuesto no todo es miel sobre hojuelas y en los siguientes capítulos los haré sufrir un poquito, pero. . . muy poquito.

-I love HOROxANNA-

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 3 de Julio de 2006.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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