||  UNA PARA TODOS !   ||



     Por: Maeda Ai
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                                  .:: Capítulo 1 ::.



Anna Kyouyama caminaba por los pasillos de la pensión EN; su hermoso rostro reflejando fastidio.
Recién volvía de la habitación de su prometido, a quien le había reclamado por todo el caos que reinaba en el lugar y que él mismo había planeado.


“”Debería matarlo, estoy en mi derecho.“”


Pensaba la joven mujer.
Pretendía regresar a su alcoba y dormir, aunque por el coraje quizás no le resultaría tan fácil.

Tan concentrada iba en sus pensamientos, que fue sorprendida por unos fuertes brazos que la rodearon con firmeza, haciéndola desaparecer del pasillo.


Y ahí estaba ella, en una de las tantas habitaciones de la pensión. Hubiese gritado de no haber sido porque aprisionaron su boca.


* ¿Qué pretendes?. *


Su voz sonó dura, más a su “secuestrador”, parecía no importarle.
Él sonreía de forma traviesa, aunque también había un poco de ternura en aquellos tentadores labios.


* Las palabras salen sobrando, Annita. *


Sintió su fresco y cálido aliento acariciarle en su rostro.
Estaban muy cerca el uno del otro, en medio de la oscuridad de la habitación, y si echaban a volar su imaginación. . .


* Ni se te ocurra ponerme una mano encima, Hao, por qué si te atreves yo. . . *


La rubia itako quedó muda de pronto; más tardó ella en amenazar al shaman, que este en deleitar su sentido del tacto con las marcadas curvas de la sacerdotisa.


* ¿Tu qué, Anna?. *


Con diversión, cuestionó el moreno, completamente satisfecho con la agitada respiración de su presa producto de sus hábiles manos que se posaron, cada una, sobre las curvas más allá de la espalda de la Kyouyama.


* Ahh, detente, Hao. . . *


Un gemido callado escapó de los dulces labios de la rubia mujer, al sentir como el shaman de fuego oprimía con lujuria la carne que palpaba. Y esa fue la oportunidad que el mayor de los Asakura aprovechó. . .
Reclamó los labios de la chica, plantando en ellos un fuerte beso que iba cargado de pasión y deseo.


“”¡Cómo me gusta esta mujer!.“”


Pensaba el moreno, al tiempo en que sus manos se perdían en ir y venir por las curvas de la hermosa silueta femenina.
Anna ya no sabía cómo controlarse, gemía y suspiraba totalmente agradada con las indecentes caricias del amo de fuego.


“”Pensará Hao que soy una chica fácil.“”


Este pensamiento cruzó las ideas de la Kyouyama, más no le importó; enterró las manos en el largo cabello del muchacho.


* Hao, ¿qué pretendes?. *


* Hacerte el amor, ¿qué más?. *


Apenas dijo esto, el castaño mordió suavemente la piel del cuello de la joven, haciéndola jadear.
La itako había sido acorralada entre la pared y el fuerte cuerpo del shaman. Había echado la cabeza hacia atrás, permitiéndole al muchacho que la llenase de besos. Con ojos entreabiertos miraba el techo.


* Anna. . . me gustas, me encantas. *


El Asakura se desesperó, la lujuria había opacado sus oscuros ojos.
Sin más, se deshizo de la yutaka que cubría a la chica; un par de perfectos senos se mostraron ante él. Firmes, tentadores... no esperó ni dos segundos para deleitarse con ellos, amasando el pecho izquierdo mientras sus labios atrapaban el pezón del otro. Y se aferraba a la cintura de la joven con la mano que le quedaba libre.


* Oh Hao, maldito demonio. *


La sacerdotisa ya no sabía si despreciar o venerar a este diablo, pues la estaba haciendo estremecer y eso que apenas y la había tocado.
Debía admitir que era la primera vez que sentía placer y era en los brazos de Hao Asakura.
Anna formó un arco con la espalda al tiempo en que emitía un prolongado gemido, luego le entregó su voluntad completa al shaman de fuego.
Y si es que en algún momento quiso resistirse a él, ahora solo le quedaba el recuerdo.


Pronto ambos jóvenes se hallaban en el futon, él sobre ella, acariciando cada curva del perfecto cuerpo de la rubia de ojos negros, mientras sus labios parecían no cansarse de devorar sus tibios labios.


Hao deslizó la mano hasta la intimidad de la itako, dónde, apenas sintió la humedad causada por la excitación de la chica, introdujo su dedo medio.
Anna gimió agradada, aferrándose al moreno con brazos y piernas. Definitivamente el mayor de los gemelos tenía tremendas ganas de poseerla, pues no tardó en simular una penetración con su dedo, que entraba y salía del cálido sexo de la hermosa mujer.


El amo de fuego nunca creyó posible el poder estar de esta forma tan excitante con la prometida de su hermano; la chica que tanto le gustaba.
Lo complacía sobremanera escucharla gemir cómo ahora mismo lo hacía y ver su bello rostro matizado por un intenso color rojo.


Hao quería alargar esto lo más posible, disfrutar de Anna al máximo. Cada detalle, cada gemido, cada beso. . . pero la excitación y las ansias lo vencieron.
En segundos se deshizo de toda tela que pudiese esconder su bronceada piel. Acomodándose encima de la itako, la contempló por breves segundos, en verdad fugaces y deliciosos.
Llenó sus ojos con la hermosa imagen del cuerpo de la rubia, ahí, desnuda, tan sensual, tan apetecible. . .


“”Y es toda para mi. “”


Con tal pensamiento, se aventuró a besarla con pasión y fuerza, al tiempo en que separaba las piernas de la chica, y sin más... comenzar a penetrarla.


* Mmm, ahh, Ha-Hao. . . *


La Kyouyama, ante la deliciosa sensación de tener al shaman dentro su cuerpo, rompió el beso, emitiendo un incitador gemido que solo inflaba el ego del amo de fuego, que se deslizaba cada vez más profundo dentro de la joven.
Tanta era la excitación del Asakura, que en uno de aquellos vaivenes, hundió totalmente su hombría en la vagina de la mujer, que se aferró a él con fuerza, reprimiendo las lagrimas y cualquier gemido de dolor que la pudiese delatar.


* Anna, Anna. . . *


A Hao se le iba la voz llamando a su compañera de esta noche. Estaba disfrutando tanto de ella, que no se percató de que acababa de robarse su virginidad.
Poco a poco el dolor que sintiese la itako se fue disipando, siendo reemplazado por choques eléctricos que la hacían estremecer, era el placer mismo que la recorría y nunca había sentido nada así.


* Oh Hao, no pares, no. . . *


El shaman de fuego sonrió al escucharla. Tendría que estar loco cómo para hacer eso.
Cada vez que Anna sentía la grandeza del moreno entrar en ella, le regalaba la caricia más placentera e intima que puede haber entre un hombre y una mujer.


Así, el cuerpo de la itako se mecía al ritmo de cada penetración; sus pechos hermosos moviéndose a ese ritmo. . . Hao estaba extasiado.


“”Dios, esta mujer me va a volver loco.“”


Pensaba. Su respiración se volvía cada vez más intensa; sudaba y disfrutaba cada momento, cada beso, cada gemido, cada mirada, y claro, cada vez que su pene se deslizaba por la cálida vagina de la rubia, abrazándolo con su humedad, tratando de retenerlo ahí.


* Viviría eternamente feliz entre tus piernas, mi querida Anna. *


Le dijo él, susurrando y mordiendo la oreja izquierda de la joven de ojos negros, quien jalaba aire con fuerza.
Ya no podía más, su vagina se estaba volviendo cada vez más estrecha, comprimiendo aquel pedazo de carne caliente.


* Ah, Hao, Haooo. . . *


La chica arqueó la espalda, dejando que el miembro del shaman se hundiera un poco más en ella, totalmente entregada al éxtasis que había logrado.


Pero el castaño de largos cabellos aun no tocaba la cima de placer y seguía penetrándola, brusca, intensa y profundamente, totalmente desquiciado. . . de pronto se detuvo, sus pupilas se contrajeron y perdieron color e inmediatamente después, su pene liberaba un liquido caliente, que recorría la flor de la itako.


Se besaron casi con desesperación, sin deshacer aun la unión de sus cuerpos, acariciándose aun con deseo.


* No pensé que fueras tan ardiente, Annita. *


La rubia sonrió para luego empujar a su compañero. Levantándose, tomó su yutaka y caminó hasta la puerta de la habitación.


* Vamos, Anna, vuelve aquí. *


Le decía Hao, quien no entendía por qué la chica caminaba de forma ligeramente distinta. . . ya no mecía las caderas.
La sacerdotisa deslizó suavemente la puerta y, deteniéndose antes de salir, miró al castaño.


* Hao, ¡eres un dios del sexo!. *


El shaman no pudo más que sonreír ante las palabras de su amante. Le estaba hinchando aun más el ego, ahora sería insoportable.


* Pero no creas que volverá a pasar algo así. . . buenas noches. *


Dicho esto, Anna salió de la habitación, deslizando la puerta tras de si.


“”¿Hablará en serio?. “”


Se cuestionaba mentalmente el moreno.


* Bueno, no importa. Ya vendrá rogando que la coja nuevamente. *


El amo de fuego parecía estar muy seguro de sus palabras, después de todo. . . ¿quién más podría darle tanto placer cómo él lo había hecho?.


Terminó tumbándose en el futon, siendo abrazado por los sueños de inmediato, susurrando entre sueños, que Anna Kyouyama era suya. . . solo suya.



Sin finalizar.

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He aquí una de mis ideas más ambiciosas y nada fácil, en verdad. Esto va para largo y en verdad quiero que la itako se acueste con Yoh y con todos sus amigos.

Aunque debo advertir que nada es lo que parece.
Por el título de esta historia, digamos que le di un sentido distinto a esa frase, ¿cómo era?: una para todos y todos para una. O algo así ^//^.

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 15 de Marzo de 2007.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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