||   ESPOSA DE LOS ASAKURA    ||



     Por: Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
                                  .:: Capítulo 7 ::.



* Que quede bien claro que todo esto es culpa de ustedes. *


Decía la itako con expresión indiferente, como si nada importante pasara en su vida.
No obstante, apenas hacia unos minutos se habían ido los abuelos, líderes de la familia Asakura, escandalizados y sin embargo, interesados por la decisión de la joven, quien elegía a ambos hermanos como prometidos y futuros esposos.


La rubia no sabía qué pensar sobre esto, pero al menos Hao se guardó su promesa de deshacerse de los ancianos.


* Yo creo que en realidad es tu culpa, Annita. *


La sacerdotisa giró el rostro y con una ceja en alto, miraba incrédula y confundida al shaman de fuego.


* Yo?. *


* Por supuesto, es culpa tuya por no tener una hermana gemela. *


La Kyouyama rió ligeramente, divertida con las incoherencias que este hombre recitaba, llamándolo idiota mientras una linda sonrisa iluminaba su rostro, cautivando al moreno, quien la tomó entre sus brazos, arrebatándole ansioso y brusco cuantos besos quiso.


Sus manos traviesas se colaron descaradas bajo la camisa escolar de la rubia, palpando sus pechos.


““Si tuviese una hermana, no soportaría los celos de que te tuviese a ti o a Yoh.””


Pensaba la itako. Y por cierto. . .


* ¿Dónde está Yoh?. *


El castaño de largos cabellos se llevó la mano a la cabeza, fingiendo amnesia.


* Quizás haya acompañado a los viejos a la estación. Sería bueno que los llevara hasta Izumo, ¿no crees?. *


* Hao, ¡eres un tramposo!. *


La rubia curveó los labios, ligeramente enojada con la sucia jugada del mayor de los gemelos. Aunque no podía negar que le gustaba y hasta le divertía este juego.
Hao e Yoh parecían un par de chiquillos compitiendo por ver quién pasaba más momentos a solas con la joven de ojos negros.


““Pero yo prefiero tenerlos a los dos para mi solita.””


Pensó la Kyouyama, más que complacida de tener toda la atención de ese par de apuestos hombres.


* Annita… eres insaciable… *


El Asakura rió al tiempo en que tomaba nuevamente entre sus brazos a la rubia mujer.
La había leído la mente y pretendía sacar provecho de ello. ¿Cómo?, simplemente estimulando toda esa pasión que la joven tenía. . . para él solo.


Sin más, el moreno de largos cabellos deslizó sus manos hasta la abundante carne bajo la espalda de la sacerdotisa, palpando, estrujando, acomodándose para después alzarla ligeramente y llevarla hasta el futon.
Anna rodeó la cintura del shaman con sus piernas, encendida y ansiosa. Fue un deleite sentir, aun sobre sus pantaletas, la virilidad del muchacho que adquiría dureza y tamaño al frotarse contra su vulva.


* Hao!… *


El nombre del moreno escapó de los labios de la rubia, apasionada, suplicante, así era la voz de la chica, quien una vez sobre el lecho, se negó a soltar a su amante y en cambio sus manos iban y venían desesperadas, tocando, acariciando, sintiendo a ese hombre tan excitante.


En su pasión, la itako terminó por desordenar los cabellos del Asakura; adoraba eso. Físicamente, esos largos cabellos eran lo que diferenciaba a esos dos hombres, quizá por ello adoraba enredar estos en sus manos o simplemente enterrar estas en aquellos, encendiendo al muchacho.


La excitación que recorría al shaman no lo dejó realizar más ceremonias, terminando por arrancar las bragas a la rubia e inmediatamente después le mandó dos dedos en su mojada vagina, penetrándola con rapidez y brusquedad.
Lejos de protestar por el trato, la sacerdotisa se arqueó agradada, susurrando el nombre del moreno tras un fuerte gemido.


* ¿Te gusta, preciosa?. *


La pregunta estaba de más y Hao lo sabía, pues la chica ondulaba sus caderas, deseosa de más de aquel contacto.
El Asakura seguía susurrándole palabras a la mujer, insistente en que le respondiera si esto era de su agrado, tan solo por el mero placer de escucharla rogar por más y más.


* Ha-Hao…no me tortures más, lo necesito… ¡hazlo!… *


* ¿Qué quieres, preciosa?. *


La joven respiraba agitada, furiosa por el juego del shaman y sin embargo, insistiendo.


* Tu sabes… *


* No, no lo sé, dímelo. *


* Métemelo, maldita sea!!… *


* Perdón?. *


Hao rió entre divertido y sorprendido por las palabras, casi gritos, de la chica rubia, mismas que delataban su desesperación.
Como le gustaba al shaman esa boquita suya.


Los ojos de la Kyouyama se tornaron opacos por el insoportable deseo y ya un poco más dócil, se abrazó al moreno, pegando su cuerpo al suyo e incluso frotándose contra él.


* Onegai… hazme el amor… *


La sonrisa se borró del roso del shaman de fuego, siendo reemplazada por la seriedad; se moría de ganas por hacer suya a esa mujer tan sexy.
Lentamente, deslizó el zipper, dejando a su pene salir del encierro de sus pantalones, clamando por la mujer que yacía atrapada bajo su cuerpo. Sin más, el Asakura la hizo girarse bruscamente, guiando la punta de su pene al pequeño espacio trasero.


* No, Hao, por ahí no!!. *


Decía la mujer, moviéndose agitada entre los brazos del shaman, pues recordaba el dolor de tener al amo del fuego en su trasero.


* Pero Annita, esto es muy excitante. *


Pero la Kyouyama parecía no compartir los deseos del moreno y seguía intranquila bajo su abrazo, por lo que el castaño dejó que sus traviesos dedos jugasen un rato con las zonas más intimas de la mujer, penetrando suavemente en ambos lugares, acariciando de forma tan sublime los pliegues vaginales e incluso el ano.


* N-no, Hao… eres un tramposo. *


El muchacho sonrió triunfante. Claro, no importaba como, él quería tener a la mujer y experimentar de todo con ella, aunque algunas veces tuviese que jugar sucio, justo como ahora.


Al poco rato, Anna se hallaba completamente rendida ante los deseos de ese hombre, gimiendo sin importarle nada y en espera de que Hao enterrase su duro y grueso miembro donde fuera que él quisiera.
Y su punto trasero fue la elección.


La Kyouyama estrujó las sábanas y apretó los dientes al sentir como entraba en ella el pene del moreno. Ahora recordaba el dolor de la primera vez que lo hizo.
¡Kami!, en verdad él era demasiado grande para ella y sin embargo. . . sin embargo los gemidos y jadeos no tardaron en escapar de su dulce boca, pidiendo más y más. Cada vez más duro, cada vez más fuerte; solo quería que Hao siguiese así, clavándose dentro suyo. . . toda la noche.


* ¿Qué creen que están haciendo?. *


Los amantes detuvieron por un instante su loca pasión ante la voz de un tercero.
Yoh Asakura estaba de pie justo en la puerta de la recamara, visiblemente molesto por no haber sido invitado a pecar.


* Hao, acordamos que tendríamos a Anna al mismo tiempo. *


* Lo siento, hermanito. Tardaste demasiado y nos cansamos de esperar, pero ven, no he tocado tu lugar… *


El mayor de los gemelos sonrió, separando los pliegues vaginales de una Anna que ni siquiera se molestó en cubrir su desnudez o al menos cerrar las piernas, de hecho, exponía su sexo mojado que clamaba por tener la virilidad de un hombre en su interior.


El shaman de fuego introdujo un dedo en la vagina de la itako, haciéndola jadear e invitando a su hermano a compartir la bella mujer que estaba allí para los dos Asakura.


La visión que la rubia mujer le regalaba al recién llegado simplemente era irresistible, por lo que el castaño pronto se hallaba junto con los amantes, frotándose el pene que se endureció en cuestión de segundos, ansioso por penetrar a la Kyouyama.


* Yoh… ven, te necesito. *


Pareciera que las palabras de la sacerdotisa no hacían sino encender aun más al muchacho, quien clavó su duro miembro en la suave intimidad de la rubia. Anna se arqueó y gimió el delicioso gozo de sentirse complemente penetrada por dos hombres simplemente divinos.
Los vaivenes de cada cual eran inigualables, mientras Yoh salía de la chica, Hao se clavaba en ella, manteniéndola al borde de un frenesí constante del que la itako ya era adicta.



Recitando incoherencias, la Kyouyama no podía ya siquiera moverse, aprisionada entre los shamanes que se habían pegado cuanto podían a su divino cuerpo, manteniendo sus miembros completamente clavados en la fértil mujer.
Fue el simple hecho de sentirse llena y amoldada a los gemelos lo que desencadenó el éxtasis en la rubia de ojos negros; su vagina pulsaba fuertemente, obligando a Yoh a derramarse en ella, poco después, Hao siguió a sus compañeros y dejó su semilla en el adolorido ano de la chica.


Se mantuvieron entrelazados de aquella manera; los hermanos aferrados completamente a aquella mujer que habían aceptado compartir antes que perderla.
Permanecieron en silencio tranquilo y agradable. Solo Yoh rompió la quietud, reclamando algo que creía justo. . .


* Me debes una noche para mí solo… Annita. *



Sin finalizar.

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Sí, eso era todo lo que yo, digo ANNA, necesitaba ^¬^.

Es cierto, le estoy dando preferencia a Hao para estar con la itako T_T. Lo siento, Hao es irresistible.
De ahí que Yoh llegase casi al final.

Esto es un HAOxANNAxYOH.

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 19 de Enero de 2008.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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