DEL PADRE Y DEL HIJO



     Por: Maeda Ai
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                                  .:: Capítulo 4 ::.



El moreno no fue capaz de ocultar su sorpresa. ¿Era ella la nueva esposa de su padre?. ¡Imposible!, esta mujer debía ser al menos veinte años menor.
La rubia no era más que una adolescente y Silver un viejo pervertido que gozaba de ella noche a noche.


““Seguro debió comprarla.””


Hao no podía pensar en otra razón para que la Kyouyama se casara con un hombre que casi le triplicaba la edad.




Hace dos años que su padre se casó, el castaño ya había escuchado que Anna era una mujer joven, pero no pudo o no quiso creerlo hasta ahora, que el coraje se había desvanecido un poco y decidió visitarlo y de paso conocer a su nueva esposa. Más ahora había un nuevo motivo de enojo.


““Esta chica es bellísima, no debería estar con el viejo.””


El Asakura no pudo evitar doblar la boca ante el último pensamiento. Genial, ahora estaba celoso de su padre.
El moreno dio un largo suspiro para luego dejarse caer sobre la cama.


Con la cabeza recargada en sus brazos, el chico se pasó un buen rato admirando el interesantísimo techo de la recamara de huéspedes. Estaba seguro de que esa noche no podría dormir.


* No cuando esos dos están teniendo sexo a unas cuantas habitaciones lejos de esta. *


Susurró para sí el pelilargo.


Maldición!, ya de por si fue difícil tolerar el infierno en el que lo tuvieron sus padres a causa de sus constantes peleas; el divorcio de estos tampoco fue el paraíso, ahora tenía que lidiar con la idea de que tenía una madrastra diez años menor que él y que encima se le antojaba tirársela un par de veces.


Hao volvió a suspirar, como reprendiéndose a sí mismo por pensar en esas locuras.
Peor fue para él escuchar un sonido inusual en esa casa, ese que venía de la habitación de su padre.


Curiosidad mal sana, sí, eso fue lo que llevó a Hao hasta la habitación que Silver compartía con la rubia, para escuchar, para espiar. El moreno nunca fue un voyeur. . . hasta ahora. . .
La puerta estaba entreabierta y fue tan fácil ser testigo de lo que la pareja hacía en ese instante.


Los ojos del Asakura se destiñeron, ante él, la increíble imagen de una Anna desnuda, disfrutando de las caricias de su esposo.


Hao tragó saliva. Al borde de la cama, la mujer estaba sentada en las caderas de su marido, de espaldas a este por lo que Hao podía admirar perfectamente el hermoso cuerpo de la Kyouyama, belleza que se veía interrumpida a causa de las toscas manos de Silver, que estaban ocupadas acariciándole las piernas a su esposa, dándole a su hijo, sin saberlo, la libertad de admirar el cuerpo de la joven de ojos negros.


Esa silueta femenina era en verdad muy esbelta, frágil, muy frágil. Al parecer esa era la moda entre las jovencitas, parecía que en cualquier momento se rompería por la fuerza del Asakura.
Ese cuerpo entallado por una piel extremadamente pálida. Hao quería comprobar si esa piel era tan suave como se veía.


Los pechos eran pequeños, aunque acentuaban perfectamente las proporciones de esa chiquilla; sus largos cabellos de oro se adherían, húmedos, al cuerpo de la mujer, como tratando de disimular su desnudez.
Y si el moreno miraba un poco más abajo, justo en la intimidad de la joven. . . bueno. . .


Para su buena o mala suerte, ni él sabría decirlo, Silver buscó la pequeña boca de su esposa, saboreándola en un beso por demás pervertido, penetrando con su lengua en esa dulce boquita.


Hao apretó los dientes, mitad furioso, mitad excitado; la escena era tremenda como para resistirla, pues sin romper el beso, Silver ya se dedicaba a estrujar los senos de la Kyouyama, jugando con ellos, pellizcando un par de veces los sonrosados y duros pezones.


““¡Maldito viejo!.””


El pelilargo no podía evitar el sentimiento de la envidia.
Esa chiquilla era un droga que a él se le antojaba probar. E irónicamente, como si estuviese bajo la influencia de un narcótico, Hao se desconectó de la realidad, perdiéndose en la fantasía, pues el hombre que veía junto a la mujer, no era otro más que él mismo.


El Asakura se mordió el labio al ver como los dedos masculinos se perdían dentro de la suave y mojada vulva de la rubia, entrando y saliendo rítmicamente y arrancando de esa boquita rosa, sonoros gemidos de placer.


* Silver, ohh. . . Silver. . . *


Solo las palabras de Anna parecieron despertar al muchacho; no fue mejor ver como la rubia besaba con ternura la mejilla de su esposo.
Hao torció la boca, disgustado, en especial por el bulto que se formo bajo sus pantalones.


Genial, ahora si era todo un pervertido. ¿A qué hombre, no un adolescente, un hombre, se le pone duro el pene al ver a una niña sosteniendo relaciones con su propio padre?.


La idea asteó al moreno, pero igual mantenía los ojos clavados en la pareja. Abrió los labios, más reprimió cualquier sonido de sorpresa o placer. La misma Anna se había acomodado sobre Silver para ser lentamente penetrada por el grande, duro y ancho pene.


* Oh, santo dios. . . adoro esto. . . *


Fueron las sinceras palabras de una Anna que se arqueaba al ser ensartada completamente por la virilidad de su esposo.
La mujer no tardó mucho en subir y bajar sobre aquel pedazo de carne, dejando de reprimir sus gemidos, pues necesitaba sacar todo el gozo contenido en ella.


La rubia gozaba cabalgando a su hombre, sin saber que era objeto de deseo por otro más, con sus movimientos sensuales y provocadores. Pero ella no lo sabía y de cualquier forma no podía evitarlo, pues las embestidas de ese hombre, fuertes y profundas, la llevaron a un lugar donde nada importaba, solo él, su amado esposo.


La excitación de la Kyouyama era tal, que su sensibilidad estaba en el límite. Tras gritar el nombre de su esposo, su linda figura fue poseída por un éxtasis devastador que la dejó agotada, totalmente recargada sobre el pecho de su amante y con agitada respiración, su vagina se contraía exquisitamente fuerte, apretando con desesperación el miembro de Silver, quien terminó agradeciendo la caricia, eyaculando dentro de su mujer.


Mantuvieron la unión por unos momentos hasta que el pene del Asakura perdió fuerza.


* Me daré una ducha. *


Con estas simples palabras, el pelilargo abandonó a su esposa, sentada en el amplia cama, con una expresión de clara tristeza, quizá decepción y hasta resignación.
Anna bien sabía que su esposo no podría darle más por esa noche, lo peor es que el fuego en ella aun no era apaciguado en su totalidad. Ella aun tenía la necesidad de un pene entre sus piernas.


La Kyouyama se moría de ganas por reunirse con su esposo en la ducha, pero ya estaba cansada de discusiones acerca del desempeño de ambos en la cama.


* Silver. . . te amo. . . *


Susurró para sí la chica, al tiempo en que sus manos se deslizaban hasta su vagina y se acariciaba con fuerza. Si ella hubiese sabido que tenía público, se hubiese escandalizado, pues no importaba cuan ardiente fuese ella en la cama, Anna solo había estado con un hombre en su vida, solo Silver la había visto con su atuendo al natural.


Así que, sin saberse vigilada, la chica se masturbó hasta alcanzar un orgasmo por demás frustrante, pues ella quería hacer el amor con su esposo.


Como sea, expuso su mojado sexo a Hao sin saberlo, enloqueciendo al muchacho, quien igual o más frustrado que ella, apretó puños y dientes, soportando la tremenda excitación.
El moreno terminó volviendo a su habitación, con la única idea de jalársela un rato en honor a la bellísima mujer de su padre.


Una mujer prohibida, inalcanzable y altamente adictiva. Todo aquello era Anna Kyouyama para él, y eso que lo único que había hecho hasta ahora. . . fue mirarla.



Sin finalizar.

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Wow. . . estaba inspirada ^¬^ .

Podría decirse que en este capítulo se plasma la idea principal, bueno, la idea que de pronto me llegó a la mente y me impulsó a escribir este fanfic.

Bueno, en el fic, Silver tiene poco más de cuarenta años, al recién casarse con Anna, cincuenta antes de morir.
Total que ya no está tan jovencito como quisiéramos, pero no puedo dejar de imaginármelo tan bueno como en el anime, quizás solo una o dos arrugas y ya ¬¬’ .

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 23 de Febrero de 2009.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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