DEL PADRE Y DEL HIJO



     Por: Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
                                  .:: Capítulo 6 ::.



Le costó mucho abrir los ojos; no había sido bueno volver a tomar esas pastillas.
Como sea, tuvo un sueño extraño, por no decir erótico, así que la rubia supuso que estaba mojada a causa de dicho sueño.
Pero escuchó esa voz. . .


* ¿Dormiste bien?. *


Entonces el cansancio pareció desparecer. Anna se sentó en la cama, sorprendida de que Hao estuviese, otra vez, allí con ella.
Enfadada, la rubia dobló las cejas, y no esperó un instante para reclamarle al moreno por su comportamiento.


* Tu!!, ¿qué crees que?. . . *


Pero su voz fue ahogada en un violento beso, casi salvaje. Era la primera vez que el castaño la besaba de esa manera.


La Kyouyama se agitó bajo el cuerpo del Asakura, tratando inútilmente de librarse de él, pues Hao la aferraba a su cuerpo, mostrándole a la mujer cuán agresivo él podía ser, y precisamente lo que él quería demostrarle, era que el que mandaba aquí, no era otro sino él.


Fue amable con ella y no resultó, ya iba siendo hora de enseñarle a esa mujer que el mundo no gira a su alrededor.


Esa noche, el pelilargo realmente estaba siendo dominado por la furia, lo estaba desde que la rubia lo humilló y rechazó, por eso estaba tan brusco con ella, así como apasionado y encendido al sentir la cálida y suave piel de Anna, a quien le mordió el labio en medio del beso, haciéndola sangrar.


* Auch… imbécil!, ¿qué haces?. *


La chica se separó, dolida y asustada; ese hombre se estaba comportando muy extraño, pero la culpa era suya por no ponerle fin a sus jueguitos.



* Lo siento, me dejé llevar. *


Le decía Hao al tiempo que se acercaba a ella nuevamente y buscaba sus labios, tratando de aliviar su herida, más el moreno apenas pudo lamer el labio y un poco de la dulce sangre de la mujer, cuando Anna le soltó tremenda bofetada, volteándole el rostro.


Estaba. . . tan molesta y creía que con eso bastaría para hacer reaccionar al pelilargo, más en cambio lo hizo enfurecer.


* ¡Maldita perra!. *


Las pupilas del Asakura lucían desteñidas, desbordando furia. Estaba harto de esa mujer, harto de ser paciente, de esperar y de ser amable. Ahora él le enseñaría que ninguna chica provoca a Hao Asakura y escapa intacta.


Así, el castaño le sujetó las muñecas, inmovilizándola, Anna se retorció desesperada bajo el pesado y musculoso cuerpo del muchacho, maldiciéndolo a él y a su mala suerte.
La chica estaba furiosa al ver como el Asakura la dominaba con una sola mano mientras con la otra la despojaba de su pequeño camisón de dormir, admirándola semidesnuda.


* Debo admitir que eres preciosa. *


Anna apretó los dientes y jadeó con frustración e impotencia.
Entonces alzó el rostro y su mirada se cruzó con la de Hao.


* ¡Te odio!. *


Dichas palabras en combinación con la colérica mirada de la mujer, hicieron enfadar al moreno, pero igual lo excitaron.
Y con fuego renovado, Hao destrozó las bragas de la rubia de tan solo un leve tirón.


El pelilargo permaneció inmóvil, con la mirada fija en el sexo de la mujer prisionera bajo su cuerpo.


* Imbécil, deja de mirarme, suéltame!!. . . *


Le gritaba la joven de ojos negros, avergonzada y desesperada, más el Asakura parecía absorto en la belleza de la joven y no la escuchaba.


Hao se inclinó, robándole un beso a la Kyouyama, para luego concentrarse completamente en los pequeños senos de la mujer, succionando los sonrosados pezones, lamiendo a placer. Cuando el moreno deslizó los labios hasta la vulva de la rubia, esta estaba completamente mojada.


Él sonrió complacido; Anna decía: “no!”, pero su cuerpo parecía no reaccionar de la misma manera.


El castaño no esperó e introdujo un par de sus dedos en el sexo de la joven, haciéndola gritar. . .


* Nooo!!. . . *


Anna estaba aterrada y juntó las piernas, negándole al Asakura lo que para él era la visión más excitante y bella del mundo.



* ¡Ábrelas!. *


Le ordenó él, con voz ronca y mirar serio, más la chica estaba en verdad desesperada por alejarse de ese hombre.
Sin embrago y contrario a sus deseos, Hao le separó las piernas bruscamente, de inmediato metiéndole nuevamente los dedos, los mismos que entraban secos y salían muy mojados con los fluidos de la vagina de la Kyouyama.


El pelilargo estaba tan excitado que pronto reemplazó sus dedos por sus labios y su lengua.
Anna arqueó la espalda al sentir la lengua de Hao sobre su vulva, lamiendo frenéticamente.


* Yametee!!, de-detentee… *


* Olvídalo. *


Le dijo el moreno, sin dejar de penetrar la intimidad de la mujer con su lengua.
Los negros ojos de la Kyouyama se llenaron de lágrimas, humillada y sometida a la voluntad del castaño, pero más que nada, porque su cuerpo no le respondía y se llenaba de placer ante las succiones del Asakura sobre su clítoris y su lengua experta entrando y saliendo de su cálido sexo.


La rubia ni siquiera se dio cuenta en qué momento el muchacho dejó de forzarla a mantener las piernas abiertas. De pronto el gozo que la inundaba hizo que Anna mantuviese las piernas totalmente separadas, permitiéndole a Hao lamer y succionar su vulva mojada.


La Kyouyama se aferró a las sábanas y cerró los ojos ante el placer que la recorría.


* Nooo!!. . . *


De rodillas sobre la cama, Hao se alejó ligeramente de la rubia para mirar el espectáculo, como los fluidos vaginales escurrían del sexo de la mujer, acompañados con los gemidos de una Anna que no pudo evitar ser estremecida por un fuerte orgasmo.


Ella intentó cerrar las piernas para contenerse, pero el moreno le sujetó aquellas, manteniéndolas completamente separadas, extasiado con la escena. Ella era. . . tan ardiente y sexy.


Cuando la rubia terminó de venirse, el Asakura aun le sostenía las piernas; su pene estaba tan duro que le dolía. . . esa mujercita lo había puesto así.
Hao se moría de ganas por penetrar a la chica, pero soportó el enfermizo deseo.


““Debo ser fuerte y esperar.””


Pensaba el muchacho, perfectamente consciente de que entre más esperase, más disfrutaría del momento en que por fin hiciese suya a la rubia de ojos negros.

Hao se inclinó, besando el cuello de la Kyouyama, antes de advertir. . .


* De ahora en adelante, este será nuestro juego. *


Le susurró al oído para luego deslizar su lengua por el cuello de la joven.
El moreno abandonó la cama y poco después la habitación, dejando a una Anna con los ojos llenos de lágrimas, el corazón latiéndole alocado, la vagina pulsando más lentamente que al principio y con las piernas completamente separadas.



Hao suspiró profundo al salir de la recamara de la rubia.
Su erección era total, temblaba de excitación y en verdad le fue muy difícil no terminar lo que había empezado, pero estaba ansioso por jugar con la pequeña rubia.
Si. . . iba a torturarla con sus besos y caricias hasta hacerla rogar por hacerla suya, mientras tanto debía ser paciente y soportar esta espera que también lo torturaba.


Ahora lo que más necesitaba era un baño de agua bien fría. . . helada.



Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Inspirada o excitada... un poco de ambas, lo cierto es que, contrario a Hao y Anna, yo si quedé muy satisfecha con este capítulo ^0^ .

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 23 de Febrero de 2009.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*