DEL PADRE Y DEL HIJO



     Por: Maeda Ai
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                                  .:: Capítulo 8 ::.



Ella siempre quiso complacer a su esposo, no quería causarle problemas. Pero ciertamente tener a una chiquilla por pareja era en si un gran problema.


Así que Anna cambió muchas cosas en ella, tratando de asemejarse a Silver, quería ponerse a su altura, al menos frente a la sociedad. Así que renunció a ser ella misma y por supuesto a ser una adolescente común.



Para empezar, al terminar ella la preparatoria, cambió drásticamente su atuendo de marinerito por uno más serio, adecuado para una mujer casada, para una señora, es decir, un look tremendamente aburrido.



Silver se cansó de decirle que él no necesitaba que ella hiciera eso, es más, ni le gustaba el cambió. Pero Anna se empeñó; no le gustaba que la gente hablase a sus espaldas y mentiras para colmo. Decían que era una coqueta, que le era o le sería infiel al Asakura.
¿Para qué dar pie o avivar malas interpretaciones?, mejor prevenir, pero ni así consiguió que las malas lenguas dejasen de moverse.


En parte era culpa suya por ser tan bella y poseer un cuerpo exquisito, pues aun bajo las faldas largas, se delineaban las delicadas formas de una joven y atractiva mujer.

Ah, pero esa no fue la peor parte. El colmo de su tortuoso matrimonio fue no poder darle hijos al Asakura.
Se extendió el rumor de que era ella la que no quería embarazarse, siendo Anna tan joven, no querría adjudicarse el papel de madre. Pero lo cierto es que. . .


* Yo lo deseaba con todas mis fuerzas. *


Susurró para sí misma; una triste sonrisa adornándole el rostro.
Anna bajó la mirada, sus cabellos iluminados por el sol del atardecer. Si, su matrimonio no había sido nada fácil, pero aun así ella era muy feliz al lado de Silver.


La Kyouyama estaba resignada a no ser madre, porque el problema es ella, ¿no?. Después de todo, Silver ya tenía un hijo: Hao, quien por cierto es increíblemente parecido a su padre.



* ¿Qué haces?. *


La joven alzó el rostro, encontrándose con su esposo, quien la miraba preocupado.


La rubia llevaba un buen rato allí, la cena pronto estaría lista y ella no aparecía por ningún lado, hasta que el Asakura la encontró en una de las habitaciones vacías.
Sus delgadas cejas se doblaron con tristeza, descubriendo en ese instante que no importaba que hiciera ella, nunca haría feliz a su marido, y en cambio solo le provocaba problemas. . . Ni siquiera podía darle un hijo.


* Gomen!… nasai… gomen nasai!… *


Las palabras se le atoraron en la garganta y finalmente las lágrimas resbalaron por sus suaves mejillas.


El moreno se acercó a ella, rodeándola con sus fuertes brazos. A veces se le olvidaba que ella aun era muy joven. . . diecinueve años de vida eran apenas un suspiro. Anna siempre se esforzaba mucho en todo, en especial cuando se trataba de él, y cuando las cosas no salían como ella deseaba, se deprimía al grado de perder el apetito.


Silver bien sabía que ella tenía un carácter muy fuerte, pero solo con él, era dulce, amable y sumamente amorosa. Esto lo hacía sentir mal, pues lo que él más quería era que su joven esposa fuese feliz, que fuese ella misma.
El Asakura no quería que ella cambiase solo para adaptarse a su modo de vida.


* Si que eres obstinada… yo amo todo de ti… tu frescura, tu horrible carácter, tus aires de superioridad. No necesitas cambiar para mi… no me hace falta. *


Anna alzó el rostro, encontrándose con la linda sonrisa que el pelilargo le dedicaba.
El obstinado era él, pues ella bien sabía que sus problemas habían disminuido desde que ella cambió para él.


* Es más fácil para ti, no?. *


* Pues sí, pero… *


La voz del Asakura se apagó, ahogada en los dulces labios de su pequeña esposa, así como esa tímida lengua, que empujaba insegura, como pidiendo permiso para entrar en su boca y jugar.


* Tonta, sabes que puedes hacer conmigo lo que quieras. *


Le decía el moreno, acariciándole las mejillas y sonriéndole con ternura.
Él estaba realmente sorprendido de ver como esa mujer era una en la vida cotidiana y ante los demás, pero cambiaba drásticamente cuando estaba con él, especialmente en la cama.


““Quizá solo deja de fingir y me muestra su naturaleza apasionada.””


Pensaba el castaño, feliz de ser el único que conocía esa faceta de la rubia de ojos negros.


* Tu también. . . *


* Nani?. . . *


* Tú también puedes hacer lo que quieras conmigo. *


Silver sonrió ante las palabras de la mujer. Su expresión entre resignada y cálida se tornó traviesa; ¿era esa una proposición?.
El pelilargo estrechó a la mujer, sus manos no tardaron en colarse bajo la blusa de la chica.


Ambos estaban ansiosos por sentirse, lo necesitaban, porque cuando hacían el amor se sentían realmente dichosos, nadie, ni nada más importaba.


Silver besó a Anna casi con desesperación, tomándola entre sus brazos y llevándola a la cama.
Era por estos momentos que su loco y tortuoso matrimonio valía la pena.


Como sea, había una cena esperándolos y seguiría haciéndolo. . . por un buen rato.



Sin finalizar.

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Flashback... en medio de lo más emocionante, lo sé ¬¬’.

Todo para mostrar a una Anna que cambia su forma de ser para adaptarse a la forma de vida de su esposo.

Bueno, no quería plasmar una relación meramente sexual entre estos dos (aunque esa fue mi primera idea ^v^’), así que agregué mucho amor así como también dolor para esta pareja.

~*~

Este fanfiction fue escrito por Maeda Ai.

Es material de Fallen Angel

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño.

POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.


Totalizado el 23 de Febrero de 2009.


maeda-ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.


Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.
Fanfictions a petición.
Crossovers.

-- No presto mis Fanfictions. --

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