Por:
Maeda Ai
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.:: Capítulo 16 ::.
Hao miraba a través del gran ventanal; sus labios torcidos delataban su pésimo humor.
No era para menos. Liri Lara, su madre, estaba diciendo puras estupideces. Ni siquiera la taza de te, que se bebía de vez en vez, la callaba lo suficiente como para él poderle explicar.
* ¿A qué has venido exactamente, madre?. *
La mujer sonrió casi con ternura al escuchar al muchacho.
Vamos, Hao es su único hijo y acababa de hacerla inmensamente feliz.
* A felicitarte, ¿a qué más?. *
El Asakura dobló las cejas, ligeramente arrepentido por haber pensado mal de esa mujer, más las siguientes palabras de la morena confirmaron sus sospechas, él no se había equivocado en absoluto.
* No cabe duda que eres muy astuto, mira que seducir a la rubia para quedarte con el dinero. *
* ¡El dinero no me interesa!. *
* Oh, vamos, Hao… no tienes que fingir conmigo, después de todo eres mi hijo, ya sabía yo que tu no me decepcionarías. *
El castaño soltó un cansado suspiro, dejando caer todo su peso sobre el respaldo de su sofá. ¿Cómo podía hacerle entender a su madre que entre él y Anna lo que menos importaba era el maldito dinero?.
El pelilargo estaba más que arrepentido de haber llamado a su madre para contarle de sus planes de boda con la Kyouyama.
El que Liri Lara lo visitase de improviso no ayudó mucho. Desde que llegó, la morena no paraba de felicitar a su queridísimo hijo por el estupendo plan que había planeado: casarse con la rubia para él obtener todos los derechos sobre los negocios, propiedades y bienes monetarios que el estúpido de Silver les había negado.
* Tu bien sabes que nosotros teníamos más derecho sobre la herencia que esa mujerzuela. *
* ¡Ya basta!. *
Hao alzó ligeramente la voz. No iba a permitir que nadie, ni siquiera su propia madre, insultase a su futura esposa.
Esa actitud no pasó desapercibida por la morena, quien miraba al muchacho con un dejo de enfado. ¿Por qué no le sorprendía?, claro, su hijo también había caído en las redes de esa mujer.
Liri Lara suspiró profundo. ¡Qué decepción!, y ella que creía que su hijo estaría a su lado, que recuperaría lo que por derecho le correspondía, pero ella conocía muy bien a Hao y bien sabía lo mujeriego y caprichoso que era. Así que estaba segura que el pelilargo perdería el interés en un par de meses a lo mucho.
* Como sea, asegúrate de que te ceda todos los derechos sobre el dinero y las propiedades. Ahora estas encaprichado con ella, pero sé muy bien que no desperdiciarás la oportunidad. *
Decía la mujer. Una calculadora sonrisa adornándole el rostro. El Asakura solo pudo suspirar hondo y responder con un cansado “si, si, como sea, ya lo sé”, prácticamente dándole por su lado a su madre.
Más justo en ese instante, escuchó el sonido de cristal impactándose contra el suelo.
Hao giró el rostro, encontrándose con la rubia mujer, su mujer, su prometida. ¿Desde cuándo estaba allí?, ¿acaso había escuchado la conversación que tuvo con Liri Lara?.
Desde el marco de la puerta, Anna miraba incrédula a los Asakura, en especial a Hao.
Primero la sorpresa, luego la tristeza y finalmente la ira, todas esas emociones recorrieron cada célula de la chica de ojos negros, su expresión denotaba cada una de esas emociones.
* Maldito!!. *
Susurró, luego la Kyouyama entró hecha una furia en el estudio del moreno, primero que nada, desquitando su coraje contra Liri Lara, estampando su mano, no tan suave en ese momento, en la mejilla izquierda de la morena.
* Fuera de mi casa, ahora!!. *
* ¡Maldita ramera!, ¿Cómo pu…? *
* ¡¡Que se largue!!. *
La Kyouyama sujetó a Lara por los cabellos, prácticamente arrastrándola hasta la salida. Si ella no quería irse por las buenas, entonces lo haría por las malas.
* Anna, ¿qué crees que haces?, suel… *
Demasiado tarde, la joven de ojos negros silenció al moreno con un certero puñetazo justo en la quijada para luego seguir arrastrando fuera de su casa a su “querida suegra”.
La Kyouyama estaba furiosa, sus negros ojos centelleaban por el coraje y sus manos antes frágiles desplegaban una fuerza que el Asakura nunca vio en ella.
Anna terminó por lanzar a Liri Lara más allá de la puerta; poco faltó para que le diese una patada y arrojarla fuera de la mansión.
Azotando la puerta, la rubia se giró, encontrando al pelilargo; le dedicó una mirada llena de desprecio y decepción.
* ¿Cómo pudiste?. *
* Anna, no es lo que crees!, déjame explicarte, yo… *
* Cállate, cállate!!. . . *
Ella lo pasó de largo, subiendo las escaleras directo a su habitación.
Ya arriba, Hao le preguntó: ¿qué hacía?, pues la chica sacaba del closet la ropa del moreno, arrojándola al suelo.
* Largo de mi casa!. *
Le dijo ella, sin detenerse a mirarlo.
* No lo haré!. *
* Claro, las propiedades, la empresa, el dinero… *
Anna desvió la mirada, luchando contra las lágrimas. Se sentía utilizada, por primera vez en su vida, alguien había jugado con sus sentimientos. Hao se había aprovechado de su dolor y ella se había enamorado de él.
* ¡Vete!. *
* Anna, por favor, ¡no seas tonta!. *
El Asakura la sujetó por los hombros, sacudiéndola ligeramente, tratando de lograr que lo escuchara.
La Kyouyama alzó la mirada entonces, una gélida mirada dedicada especialmente para él.
Más tranquila, con un leve movimiento se alejó del pelilargo. Caminó hasta la puerta, sujetando la perilla.
* Tienes razón, pero esta tonta acaba de abrir los ojos. Si no te vas tú, me voy yo; quédate con todo, no me interesa… hasta nunca, Hao!!. *
Dicho esto, la rubia desapareció tras la puerta dejando sorprendido al moreno, sus ojos contraídos y desteñidos.
Ella en verdad lo había dejado. . .