Por:
Maeda Ai
. . . . . . . . . . .
.:: Capítulo 21 ::.
El silencio era el único compañero de la mujer.
Sentada frente a la mesa, Anna esperaba no solo que sirvieran la cena, sino también que el moreno se reuniese con ella.
La mirada fija, perdida en algún oscuro rincón del inmenso comedor, y con sus lindos ojos negros ahora rojos e hinchados de tanto llorar, primero por ella y por Hao, luego al saber la verdad sobre Silver y después. . . al recordar aquella vez con su esposo. . . eso terminó por destrozarla.
Finalmente, La Kyouyama terminó llorando nuevamente a causa de Hao. Para ese instante, la rubia sentía y creía que las lagrimas se habían secado, y aunque el dolor seguía allí, oprimiéndole el corazón y al garganta, simplemente ya no había más agua salada para derramar.
* Ya estoy aquí. *
Anna dio un respingo al escuchar al castaño, saliendo de su trance en la nada. . .
* ¿De qué querías hablarme?. *
La mujer no respondió en seguida, se tomó su tiempo, tan solo mirando al Asakura con sus ojos llenos de pesar y desesperanza, incomodando al muchacho, quien desvió la mirada para luego tomar asiento justo frente a la bella y triste mujer.
* Qui… quieres hablar durante la cena?, por mi está bien si… *
* No!, prefiero… tratar esto… ya!! *
La voz de la Kyouyama sonó tan apagada. Seria, tranquila y hasta decidida, pero tan vacía. . . tan triste.
Anna bajo la cabeza, pensándose cada palabra que intentaba decir al hombre frente a ella. Le era tan difícil dar ese paso, aun cuando ya había tomado esa decisión.
* Yo… sabes?, los últimos días han sido extraños… pesados. *
* Si, lo sé. *
La rubia sonrió sutilmente; una sonrisa tan apagada.
* Lo nuestro fue tan intenso e ilógico desde el principio. *
La mujer mantenía aquella sonrisa en sus labios, al tocar ese tema incluso sus ojos brillaron ligeramente, pues los lindos momentos llegaron a su mente. Pero así de rápido como el semblante de la Kyouyama se suavizó, de igual forma se entristeció, incluso se endureció.
Ella alzó la mirada. . . fría. . . vacía.
Entonces, de su pequeña boca emergieron las palabras que Hao jamás espero escuchar. . .
* ¡Se acabó!. *
* ¿Qué?!!. *
* Lo que oyes… esto se acabó. Nosotros… no hay un futuro para nosotros… *
Anna se veía tan tranquila, tan serena. En cambio Hao. . . él tuvo que erguirse apresuradamente ante la sorpresa que le causaba la repentina decisión de la joven mujer.
Sus ojos contraídos y desteñidos por la sorpresa. Ella. . . ella no podía estar hablando en serio, esto debía ser una broma, o tal vez la forma que la chica tenía para vengarse de él. Sí, eso debía ser.
““Es más, seguramente es una trampa. Lo que Anna quiere es orillarme a cumplirle su capricho… eso quiere. Esta desesperada… y loca si cree que me hará caer!.””
Una sonrisa burlona adornó el apuesto rostro del joven de largos cabellos.
* Por favor, Anna… deja ya ese capricho tuyo. *
El Asakura hablaba con exceso de confianza y superioridad, más la estúpida y cruel sonrisa s ele borró de la cara al ver la propia sonrisa de la joven de dorados cabellos. Pequeña y sincera era su expresión, su sonrisa.
* Un capricho. *
La mujer casi suspiró aquel par de palabras.
Con la mirada baja, fija en el lindo anillo que adornaba su dedo anular; jugó con este hasta despojarse de él. Y sin borrar la pequeña y triste sonrisa en sus labios, Anna se levantó para dirigirse donde el moreno.
* A-Anna!, qué?!… *
* Kore… te lo devuelvo. *
La rubia sujetaba la mano derecha del pelilargo, depositando en esta la sortija que aquel le diera, como una promesa de amor.
Sin más, la chica dio media vuelta, dejando al castaño sumido en la confusión y la incredulidad. Esto. . . era una broma, ¿verdad?. . . verdad?.
Hao apretó con fuerza el anillo, convencido de que esto no era una broma.
* Anna!!… espera… *
El Asakura la alcanzó, sujetándola del brazo y haciéndola girarse con brusquedad.
Los ojos del muchacho seguían desteñidos, escudriñando a la rubia. Él se perdió en el mirar de la chica; esos hermosos ojos negros que alguna vez llegó a ver llenos de amor, ilusión, lujuria, odio, deseo y tristeza e incluso miedo, más ahora. . . ninguna de esas emociones estaba en aquellas gemas negras, solo quedaba la resignación. Él. . . Hao Asakura se encargó de borrar todas esas emociones.
““Yo… hice añicos todas sus ilusiones.””
Pensaba el moreno.
Por primera vez en su vida, su expresión estaba llena de temor, temor a perder a la Kyouyama. Y fue la desesperación causada por esa emoción lo que lo hizo abrazar a la mujer, aferrándose a ella.
Ella se iría. . . ella lo dejaría solo, ella. . .
* Lo haré!. *
* Nani?!!. *
* Voy a darte el hijo que tanto quieres. *
La joven torció la boca, más luego su expresión se tornó triste y las lágrimas no tardaron en mojar su lindo rostro.
* Bakamono, no quiero tu lastima, ni que luego me eches en cara que… *
* No es eso… yo solo… yo solo quiero que estés a mi lado. *
Tras estas palabras, el Asakura estrechó más el abrazo, sintiendo como la mujer temblaba entre sus brazos y sollozaba sin control.
Anna entrecerró los ojos y asintió con la cabeza, aceptando la propuesta del moreno. Sin embargo, ella simplemente no podía dejar de llorar.